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Noviembre 4 semanas - lunes

Había pasado entonces dos semanas después de aquel encuentro, a pesar de la propuesta aceptada no se juntaron más de dos veces en todo aquel tiempo pues siempre Error se quedaba con ellos, no le incomodaba a Nightmare, estar solos había provocado en él un malestar interno que más de una vez le hacía sentir síntomas que no quería aceptar, el moreno era solución para que el tema de conversación cambiara.

Esas dos veces donde habían tenido tiempo para sí fue en la biblioteca donde más que conversar se quedaban en sus respectivos libros, aunque más de una vez el menor se aburría y se quedaba jugando en el celular acomodado en los cojines, Nightmare terminaba leyendo más sus expresiones que las palabras de sus libros.

Una pelota de baloncesto rebotaba en el gimnasio sin mucha rapidez, el responsable del constante bote era el joven de cabellos blancos y negros, estaba solo en la cancha, mirando la nada con una expresión ida, solo fue interrumpido cuando quien atravesó el umbral era el mismo Nightmare. 

– ¿Y Error? –Preguntó Cross– Se suponía que íbamos a tener un partido.

– Faltó. –Contestó Nightmare a dos escalones de llegar a la cancha, Cross se acercó a él aún botando la pelota– me dijo que estuvo abrazado a Ink en la nieve por un largo rato y se resfriaron.

Cross rió tras escuchar eso.

– Cieerto, por eso Ink sonaba tan gangoso en la mañana.

– Verdad, ustedes dos son vecinos.

Ink se había mudado hace tiempo, por eso había dejado la escuela donde estaban ahora, entre él y el bicolor se conocieron pues vivían uno al lado del otro, hubiese sido extraño que no hubiesen hecho migas cuando Ink era muy social. Lo único que le parecía ridículo era que siendo que vivían a la misma distancia, Cross iba a la escuela suya y no la misma que Ink, eran ironías ilógicas de la vida. 

El bote del balón terminó, despertándolo de su pequeño trance; había ido al gimnasio únicamente para avisar al menor, hubiese sido descortés no avisarle. Con su labor cumplida, se llevó las manos a los bolsillos y se dio vuelta para comenzar a subir por los escalones.

– Solo vine a avisarte, adiós.

– ¿Ah? ¡No me dejes!

La pelota sonó otra vez con un sonido cada vez más rápido, pero más lejano, supuso que Cross lo había tirado lejos, pues él se iba acercando a él.

– Vete con tus amigos, me iré a la biblioteca.

–...Los únicos amigos que tengo son ustedes. –Intentó no reaccionar, no obstante eso no se lo esperaba– Ellos son solamente mis compañeros.

Alzó una ceja, mirando hacia el lado, justo donde se quedó Cross, mirándole firme pero con los labios ligeramente apretados.

– Pensé que eres social.

– ¡Lo soy! Charlo y soy buen compañero con ellos, pero mi amistad con ellos todavía no es la suficiente como para acompañarlos en los recesos. De hecho... –Sus claros ojos se desviaron a sus pies– Me gusta más estar con Error compitiendo o contigo charlando.

Más de tres latidos fuertes retumbaron su propio pecho, ahora quien apartaba el rostro era él mismo, tratando como nunca ignorar la sorpresiva calidez por sentirse incluido por él. 

– Bien, déjame estudiar tus ojos, quiero saber de qué tono a tono puedes ver bien.

– Me siento usado.

– Qué bueno.

Cross sacó de su bolsillo un gorro y se lo colocó para partir hasta la salida, Nightmare fue detrás de él, suspirando y aceptando lo rápido que fue todo.

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora