58

793 96 40
                                    

Marzo 2 semanas - jueves.

Cross estuvo bastante tenso desde el comienzo de la semana, había estado sopesando sobre las conversaciones que había tenido con su compañero y posteriormente su mejor amigo, no podría decir que estaba seguro sobre lo que deseaba, tenía sentido común en el amor, pero vivirlas era un mundo totalmente distinto, no podía darse consejos a sí mismo al nunca haber estado en la situación antes. Tardó en decidirse, pero por fin el miércoles en la noche le pidió a Nightmare que fuera a su casa a hacer una pijamada al siguiente día, cosa que costó lograr ya que lo consiguió a rastras.

Ahora nuevamente ambos estaban en la casa del monocromático, para Nightmare le fue imposible rechazar la propuesta debido la desesperada insistencia de su pareja, aunque no es que no le apeteciera, no había consecuencias negativas el ir a dormir con él, el irse juntos a la escuela a la mañana siguiente no le había desagradado la anterior vez, pero hubo un factor muy importante en su decisión: fue muy sencillo notar que su pareja no se sentía bien, había algo que estaba perturbando su mente desde hace días, no parecía ser tan grave, pero si pasaba a mayores iba a preguntarle, ir a su casa le permitiría cuidarlo como se debía haciéndole pasar una tarde amena. Por ello fue él quien le propuso al menos a ver una serie que a Cross le había interesado, logrando su objetivo de calmar su ansiedad por el momento.

El ambiente grato pudo ser restaurado hasta que la temperatura descendió alertando a la pareja que ya se estaba haciendo tarde, ambos fueron hasta la habitación del adolescente, sentándose en la orilla de la cama. Conversaron un rato más, Cross intentaba tener el valor para hablar del tema, pero lo único que se le ocurrió, fue levantarse y tocar otro tópico. 

– Algo que he notado, es que ya no te dedicas a observar mi vitiligo. –Aludió, llevando sus yemas por el borde de su propio abrigo con disimulo, intentando no avergonzarse por su idea.

– Ya vi tu espalda una vez.

Por suerte, parecía que el adverso no sospechaba.

– Ni te di tiempo, te golpeé esa vez, ¿no? 

– No lo recuerdes. –Suspiró el azabache sobándose la mejilla, Cross rió por esa acción, sintiendo que era la oportunidad perfecta debido al coraje que llegó de golpe como adrenalina. 

–  Puedes volver a verla si quieres.

– ¿Ah?

Como había sido un susurro, pareciese que Night no pudo escuchar con nitidez sus palabras; aun así, el menor se dio vuelta para darle la espalda y lentamente -para evitar que se notase su temblor- se quitó las prendas superiores, dejando su torso descubierto frente al mayor. 

Tragó saliva, mirando la ropa que había quedado en sus brazos.

– Puedes ver, tengo más manchas ahí que en mi pecho. 

Hubo un inefable silencio, Cross no podía escuchar nada a su espalda y ya estaba pensando que había cometido un terrible descuido. No obstante, sus músculos se tensaron al escuchar el crujido del suelo y el como poco a poco Nightmare se acercaba a él. No escuchó palabra, solo sintió como uno de sus dedos tocó su omóplato, sobresaltándose. 

– No tengo muchos lunares... –Intentó hablar casual.

– Eso es normal, aparecen con la edad.

– He visto personas con muchos lunares, como cien.

– Será que tenía cáncer.

– ¿Eh? ¿Así de malos son?

– No, ¿Quieres que te lo explique?

– Sí.

Nightmare, entonces, comenzó a hablar de aquel tema. Cross iba escuchando atentamente volviendo a su compostura, pero mirando el suelo aún, no sabía de qué escondía sus ojos, pero era su forma de sentirse seguro mientras Nightmare solamente pasaba su pulgar en la parte superior de la espalda, cerca de los hombros sin hacer deslices raros. Pasado el minuto de explicación, el menor no resistió más sentir  su dedo deslizándose por su piel y sin darse vuelta tomó los brazos ajenos y los tiró para que se apegara a él, callándolo al instante por tal interrupción.

– ¿Qué haces? –Fue lo único que dijo Night, el contrario apretó los labios por los nervios, su corazón latía a golpes, sin saber qué responder por sus tontos impulsos.

No obstante, Nightmare se estremeció al escuchar su voz tímida.

– Night... tócame. Tus manos están frías y me dan escalofríos.

El susodicho sentía su espalda apegada a su pecho, lo sintió desprotegido y su reacción fue envolver sus brazos en su torso, abrazándolo por el abdomen sutilmente sin tocar demás. 

– Sabía que tenías algo raro.

– ¿Por qué lo dices...?

– Cross, sé que tú no dirías eso si no fuera porque algo te influenció, ¿te dijeron algo?

Pronto el cuerpo del menor se relajó entre su cuerpo, cosa que calmó a Nightmare. Por otra parte, el de monocromía se sentía un tonto por lo que hizo hace segundos, queriendo morirse en ese instante por  la vergüenza. 

– No me han molestado si eso crees –cosa que era verdad–, solo me hicieron pensar que podíamos...

– ¿Tener sexo?

Cross asintió con la cabeza, ganando un suspiro de molestia. 

– Cross, ¿aceptarías tener tu primera vez a esta edad con tu primer novio con solo un mes de serlo?

– Me estás haciendo sentir culpable.

– No lo mires de ese modo, respóndeme en base tus sentimientos. 

Bajó la mirada hasta los brazos del mayor, su cercanía provocaba que el frío del clima no se acercara a él; amaba mucho aquella cercanía, sus abrazos, los mimos, los acurrucos y los besos eran una sensación increíble, amaba como nunca antes estar cerca de alguien, tenerlo solo para él y disfrutar de cada una de sus acciones y expresiones; confiaba en Nightmare, sabía que era una excelente persona y no le haría daño, quería que todas sus experiencias amorosas fueran con él y nadie más. 

– Lo aceptaría.

Tal seguridad en esas dos palabras hicieron que Nightmare sonriera, solo se limitó a llevar sus labios a la nuca ajena y depositó un suave beso sobre su piel, ganando temblores por parte del menor, no hacía falta escuchar su corazón para saber que el pobre estaba muriendo ahí mismo. 

Cross no se esperó que después de tal beso sus brazos se alejaran de él, Nightmare caminó hasta ponerse frente a él recogiendo las prendas de ropa que soltó sin darse cuenta. 

– Aun seamos hombres, no podemos hacer nada sin su debida protección. 

Esto hizo que el pobre joven se sintiese más tonto aún, incluso Ink le había dicho acerca de eso y se le olvidó, había roto el primer paso, estar preparado de hacerlo. 

Se tuvo que colocar la camiseta, aun con las mejillas rojas por lo sucedido, al menos parecía que Nightmare no estaba molesto, más bien, le estaba dando harta atención como si se tratase de un consuelo, cosa que apreció.

– Lo siento por este momento.

– Era necesario para aclarar las cosas. 

–...Al menos... ¿Podemos dormir juntos? 

Nightmare tardó en reaccionar, carraspeando.

– Sí, déjame primero lavarme el rostro.

Antes de poder siquiera responder, el mayor se retiró al baño con rapidez. Cross se quedó viendo por donde fue, suspirando más relajado. Al menos todo había terminado bien, aunque todavía sentía algo de calor. 

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora