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Febrero 2 semanas - martes

A pesar de sus deficiencias visuales, tenía una buena capacidad de curarse de sus heridas, siendo el cuarto día tras su accidente que ya podía asistir a clases con una tobillera para mantener su pie controlado y en absoluto descanso. Como seguía lastimado no tuvo de otra que sentarse en las gradas a la hora de deportes; era algo triste, aquel ramo era su preferido además del taller de esgrima y no poder competir con el resto era como un castigo, uno que merecía. Suspiró, mirando el techo del gimnasio, era bastante alto y seguramente si se lanzaba una pelota hasta arriba muy difícil chocaría con la infraestructura. Sus pensamientos fueron quitados debido a que pudo ver desde el rabillo del ojo a su persona especial, Nightmare, sentándose a su lado.

— Hola. —Saludó el bicolor esbozando una sonrisa mientras ahora le entregaba toda su atención. 

Nightmare estaba como siempre, abrigado con su bufanda con una expresión indiferente, sus ojos siempre denotaban molestia al mundo, empero desde hace poco tiempo notaba que al conversar con él o con Error sus rasgos se relajaban, ahora parecía más somnoliento que enojado, cara que siempre le provocaba ganas de mimar para que se durmiera luego. 

— Siendo alguien que ama los deportes —respondió el mayor—, te debe frustrar no poder hacerlos.

— Me entristece. 

No se sorprendía que fuese tan obvio para el azabache el cómo se sentía, pero disfrutaba que cuando atinaba sonreía orgulloso de sí mismo o así es como Cross describía aquella comisura alzándose milimétricamente. Guardaron silencio, a pesar de estar juntos seguían en horario de clases y al menos el bicolor debía estar atento a las palabras de su profesor; no obstante, después de minutos comenzado el partido de volley se sintió con malestar, no por su pie sino por muchos ojos en su alrededor posándose sobre él.

Se sintió observado, tal fue el grado de intimidación que sentía sobre sí que bajó la cabeza tratando de soportar el gran peso, por tristeza parecía que no iba a resistir mucho. 

— Cross.

— ¿Uh?

Ladeó la cabeza, topándose con una mirada distinta a la que provocaba su malestar.

— Vayamos al baño.

No entendió muy bien por qué pedía eso, pero con ver que se levantaba y ofrecía su mano de forma demandante no le quedó otra que hacerle caso, tomó de sus falanges para que le ayudara a sostenerse mientras se afirmaba de la muleta que trajo consigo. Juntos llegaron al cuarto de lavado, como no estaban en receso estaba solamente ocupado por ellos dos, allí se acercó al lavamanos y se mojó el rostro tratando de quitarse todo el malestar. 

Soltó un sonido similar a cuando uno toma una gaseosa con mucho gas, ahora se sentía mejor. Miró desde el reflejo del espejo al mayor, quien estaba de brazos cruzados a su lado.

— Estás pálido. —Dijo él.

— No me sentí muy bien. 

Confesó mientras se secaba con la camiseta su mojado rostro, cuando terminó, Nightmare pasó su mano por su frente como si estuviese tomando su temperatura, sus ojos se movían relativamente rápido sobre sí, haciendo que Cross sonriera.

— Nunca había notado lo mucho que te preocupas.

Night ladeó la cabeza.

— ¿Por qué dices eso?

— Me miras mucho, puede que sea porque te gusta leer los gestos pero el motivo... lo siento como si únicamente lo hicieras por preocupación.

Su rostro permaneció estoico, estando en silencio por un par de segundos antes de responder mientras negaba con la cabeza, en todo el lapso, Cross dejó de mirarlo desde el espejo para hacerlo directo a él.

— Obviamente me preocupa si de la nada estás pálido a punto de desmayarte. —Regañó, su mano volvió a la frente del menor pero esta vez deslizando hasta su mejilla donde tironeó con mucha suavidad. Cross abultó el labio inferior por tal acción— ¿Pero puedes adivinar desde cuándo mis gestos cambiaron de objetivo?

— Uh... ¿Hace menos de un mes?

Él sonrió de una forma coqueta, galán, poco a poco retiraba su mano con tal de apartarse, mas Cross en sus arrebatos le sostuvo desde la muñeca para seguir teniendo contacto.

— En realidad desde hace mucho más de un mes.

Con tal relevación, apretó su muñeca totalmente indignado, sonrojándose cada vez más, se sintió totalmente atacado.

— ¿¡Y no me dijiste nada!? ¡Pudimos haber sido pareja hace rato! 

— Calla, que cualquiera te puede escuchar.

No podía hacerle caso cuando se notaba a leguas que el más alto estaba disfrutando de sus berrinches, era difícil no sentirse así considerando las semanas donde se cuestionaba si él siquiera lo consideraba un amigo. Refunfuñó. 

Su molestia y dudas desaparecieron cual burbuja reventada debido a que ahora ambas manos estaban sobre sus tibias mejillas, Nightmare acunaba su cabeza con tal de acercarse y tener el mejor ángulo donde depositar un suave beso sobre sus labios. El contacto producía electricidad en su corazón, haciendo que los latidos fuesen imprudentes y tan potentes que seguramente no era necesario acercar el oído para que el adverso lo escuchase; brindarse tales muestras de afectos a diferencia de lo que se pensaba eran bastante seguidas, siempre que tenían la oportunidad compartían aquel mágico momento. 

No se había demorado en corresponder, cerrando los ojos automáticamente mientras sus manos pararon hasta las prendas del pecho del mayor, de esa forma podía sostenerse sin tener que apoyarse con ambos pies. Solo era presión, era lo único que al menos él sabía hacer ante su inexperiencia, aunque era suficiente para hacerlo sentir en las nubes. 

Pasado unos segundos, Nightmare se separó quitando algunos mechones de cabello blanco que caían por los ojos del menor con total delicadeza. 

— ¿Te sientes mejor? —Preguntó entonces, siendo una entonación suave y atenta.

— Sí. —Asiente, apartándose para buscar la muleta y prepararse mentalmente para salir del baño— Volvamos que si no el profesor se molestará.

Nightmare sí que sabía hacerle sentir mucho mejor.

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora