El Sonido De Tu Voz [Kuroken]

capitulo 2

Sordo pero no estupido, se repetía eso en su cabeza, mientras tenía un bolante de la escuela en sus manos, donde según enseñaban lenguaje de señas, pero el no quería seguir aprendiendo, solamente buscaba alguien que le entendiese y pudiera preguntarle o le ayudase a pedir un libro en biblioteca.

Tomó aire nervioso y se atrevió a tocar la puerta de aquella aula recreativa, la cual fue abierta en segundos con un peligris demasiado alto y una obvia sonrisa en su rostro.—¡Hola soy Lev!¿Vienes para aprender lenguaje de señas? No tenemos muchos voluntarios, apenas dos,¡Es un gusto!—Kenma le miró asustado había entendido muy poco de lo que había dicho el contrario.

—Buscó... Alguien que pueda entenderme.—El chico cambió la cara entendiendo la situación y volvió a sonreir.—Se leer masomenos los labios.—Agregó por si le facilitaba las cosas al mas alto, el cual le invitó a pasar a aquella aula, donde no había nadie más que el y otro chico más.

—El es Yaku.—Kenma asintió dandole a entender que podía comprenderle.—Esta aprendiendo el lenguaje en señas, pero es un desastre.—su amigo le miró mal y volvio a mirar de buena gana al Castaño con puntas rubias.

—Es un gusto.—Dijo con una gran sonrisa, algo confundido, sin saber si era un nuevo integrante de aquel grupo.—¿Tu nombre es?—Entendió rapidamente la pregunta y saco un papel de su bolsillo desdoblandolo y enseñandoselo al de castaño claro, donde exactamente decía su nombre y apellido en grande.

—Necesito ayuda para pedir un libro de Quimica.—Se rascó la cabeza nervioso ante ambos chicos, pero los contrarios asintieron sin ningun problema, sin tratarlo indiferentemente. Aunque del que recibiría ayuda sería de Lev, Yaku apenas podía entender el lenguaje, aunque parecía que el más bajo controlaba al peligris a su placer.—¿Por que estan interesados en el lenguaje de Señas?—

—Mi madre es sorda de nacimiento y fui criado tecnicamente con ese lenguaje y me gustaría ayudar a los demas a que la comprendan o comprendan a las personas con esa caracteristica.—Kenma asintió y miró a Yaku que no había entendido en absoluto que había dicho el contrario.

—Que por que estamos interesados en el lenguaje de señas.—Le aclaró Lev negando la cabeza.

—Ahhh, Pues Lev me obligó, pero aunque me cueste mucho quiero aprenderlo.—Kenma sonrió y volvió a asentir, mientras caminaba o mejor dicho seguía aquellos compañeros que acababa de conocer, era raro que pudiese hacer que fueran amigos suyos, pero con conocer a alguien que le comprendiera el se sentía satisfecho.—¡Hey Alissa! ¿Otra vez?—Una peligris se acercaba con los ojos hinchados de llorar.

—Termine con mi novio, Me dijo pesada por querer juntarme todos los días con el. Idiota, no me quiere lo suficiente.—Hacía un puchero con sus labios y Kozume trataba de irse sin comprender demasiado la situación ya que no podía leer del todo los labios.

—Y si, quien querría aguantarte todos los días.—Yaku se aguantó la risa por el comentario del hermano de la chica la cual le insultó.—De todas maneras siempre terminan volviendo, el se disculpa, tu te haces la fria unos segundos y terminan siendo novios una vez más, deja tanto escandalo.—Dijo ya cansado y volteó a ver al chico sordo pero ya nisiquiera estaba ahí.—¿Y Kenma?—

—Yo que voy a saber.—

Novio, era lo unico que había podido entender de los labios de aquella bonita chica, aquella palabra que antes con solo nombrarla le provocaba un sonrojo al darse cuenta que eso eran con Kuroo. Pero habían pasado años, que esa palabra entre ellos dos ya no existía, pero el sentimiento en el corazón de Kenma seguía estando.

Tal vez... Su corazón aún se detuviera cuando le viera... Tal vez si se volvieran a ver seguiría sintiendo algo por el, pero lo cierto era que los sentiemientos de Kenma eran los mismos que en el pasado, ya que no había avanzado en la vida, pero posiblemente Kuroo si, y tal vez enrealidad haya dejado esos sentimientos enterrados en el pasado.

Y tal vez, si se moría se quedaría con aquel bonito recuerdo, eso pensaba varías veces, tal cual ahora pensaba a aquellas alturas en la azotea de la escuela, observaba como los arboles se movían, hasta había pajaron volando por ensima suyo, el mundo se veía tan vacio, no había nada que le emocione, nada.

Miró hacía abajo, todavía circulaban estudiantes, el receso aún no terminaba, todos se veían tan felices, frunció el ceño y suspiro, no debía irritarse por algo que había tenido antes y todos tenían.

Unos brazos se apoyaron en la baranda a su lado, notando recien la presencia de otra persona en la azotea. Levantó su mirada hacía los labios de la persona y su rostro asustado en si.

—¿Continuaras ignorandome? Te estoy hablando.—Tal vez nunca se ubiera esperado que fuera así.