La vida se podía acabar en simplemente una fracción de segundo, y no se refería precisamente a morir, pero se sentía como morir o como si se quisiera matar en ese mismo instante.
Tantas sensaciones en un mismo sinonimo, sentir, querer, desearlo, era indescriptible, pero sabía que no había nada de bueno en muchas de ellas. Pero la realidad no era buena, y en un despertar el mundo había podido dar un giro de 90 grados.
Tal vez todo su dolor no era posible describirlo en palabras, pero tampoco salía algún sonido de su boca. Abrir los ojos y encontrarte con simplemente lo que tus ojos remarcaban, una luz blanca y molesta, silenciosa como todo a su alrededor, todo a su alrededor estaba silencioso, los pajaros, los autos, los doctores, su madre que parecía estar herida y le miraba con tristeza.
Kenma simplemente podía recordar como soltó una pequeña carcajada como si de una mala broma se tratara, como si todos practicaran mimica y nadie le ubiese avisado, pero se rompió un poco cuando le extendieron un cuaderno simplemente con unas sencillas palabras "Kenma,¿Estas bien?"
Era raro mirar todo, parecía estar vacio, como si solo estuviera allí, y faltase algo que le completase, era todo ridiculamente absurdo en la cabeza del rubio teñido, solo quería que sea un mal sueño y despertar de una buena vez y estar en los brazos de lo unico que le hizo feliz por mucho tiempo.
Al fin y al cabo no era un sueño, lo unico que logró formular en palabras pocos días despues fue "No quiero que se entere nadie" y así fue, no perdió los dos años de escuela yendo a un especialista, tardó cerca de un año en aprender el lenguaje de señas fluidamente y otro medio año aprender a leer masomenos los labios de la gente. ¿Pero el? No "hablaba" con alguien más que no fuera su madre por señas, su voz, fue encerrada en un cofre con llave, sin formular ninguna sola palabra por dos años, tampoco sabría si podría volver a hablar correctamente, o si podría formular alguna palabra siquiera.
Había adaptado demasiados traumas los cules tratar, el miedo a la oscuridad, en como no podía ni ver ni oir nada le desesperaba, el miedo a subirse a un automovil, la soledad que le rodeaba, el no querer decir ninguna palabra, todo era un desastre en su cabeza pero se mantenía bien.
Solamente anulaba todas las palabras que quería decir o gritar, quería encontrar esperanza en toda esta desesperación y salir de aquel desastre.
Y en ese tiempo tenía lo mejor, a Kuroo, y ahora, no tenía nada, desapareció, sin decir absolutamente nada, quería ahorrarle una molestía de tener que luchar con un sordo casi en depresión, y que en cualquier momento terminaría con el por lo complicado de la situación. No quería ser una carga más.
Aunque cada noche quería volver a aquella noche donde estaban ambos juntos o que el destino les volviese a unir, pero todo era mala idea, estaba donde estaba parado.
—Mañana vuelves al colegio.—Pronunciaba mientras hacía el lenguaje en señas.
—Puedo leer tus labios.—Mantenía su mirada seria mientras terminaba de cenar atenta a los labios de su madre.
—¿Estas preparado para volver?—Kenma asintió con la cabeza tomando el ultimo bocado de su comida.
—Tampoco es como que vaya a volver... Es una nueva escuela... No conozco a nadie.—La mujer sonrió un poco triste dandole la razón, al menos había logrado mejorar un poco más la lectura de labios estaba orgullosa de ello.
—Estaba pensando en comenzar a ahorrar para tus aparatos...—Le hizo una seña que no entendió lo ultimo dicho, asi que cambio a señas denuevo.—Ahorrar. Para tus aparatos.—Kozume negó con la cabeza.
—El dinero solo nos da para alimentar a mi hermana y a nosotros. No los necesito.—Dijo por ultimo marchandose, había investigado que con aquellos aparatos podría volver a escuchar, la musica... Los videojuegos, las personas, no como antes, pero podría escuchar algo. Pero no estaban en una situación economica muy prometedora, y ademas estaban demasiado caros, tampoco aún estando bien economicamente sabría si se los pudiera comprar.
Suspiro acostado en su cama, ¿Volver a un sitio lleno de personas? Tal vez era la primera vez que le emocionaba ir a la escuela aunque sea un ultimo año.
[...]
Tal vez era sordo, pero no estupido, ¿Y la pregunta era que hacía un sordo con audifonos de celular? Pues si alguien quería acercarse a hablarle y no sabía de su condición, pensaría que no lo escucharía por los audifonos, y directamente le tocarían un hombro. Y como dijo, sordo pero no estupido.
Almenos había comenzado la escuela como todos, no a mitad de curso, o algo por el estilo donde debía presentarse, aquí solamente debía sentarse mirar al profesor, tratar de entender lo maximo posible y evitar contacto visual con la mayoría de alumnos.
Y así fue, se sentó tal cual lo planeado, y miró solo a la profesora, tal vez incomodandola un poco, pero claro, no podía perderse algo que diga por andar mirando a otro sitio.
Entendió que termino la clase cuando todos se levantaron de su sitio, otra desventaja, el sonido de una campana alertaba el final y comienzo de cada clase. Miró a todos como se marchaban hacía su respectivo descanso y el solamente se quedaba como un pobre antisocial en su pupitre.
Pero así era, la vida solitaría de un sordo, no podía esperar como en las peliculas que aparecíera alguien que pudiese entenderle y de ahí crear una gran amistad la cual pudiese salvarle.
Pero despues de todo esta era su historia, y había mucho que contar.
Este es el comienzo de una historia Kuroken, espero que les guste.
Aclaraciones:
LETRA SIN NEGRITA ESTAN HABLANDO NORMAL
LETRA NEGRITA LENGUAJE DE SEÑAS.
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El Sonido De Tu Voz [Kuroken]
Fiksi Penggemar¿Que harías si un día despertaras y sintieras todo vacio a tu alrededor? ¿Y que harías si la persona que amas desapareciera de la nada? Dos preguntas, una para cada diferente persona para dos personas conectadas. •Menciones de LevYaku •Solo se permi...