Luna.

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Había finalizado aproximadamente el día 6 de la quinta luna, esta llegó al punto más alto de esa noche, Aphelios y Sett permanecían dormidos juntos, Aphelios recostado en el gran dragón y cubierto con una de sus alas era la forma favorita de ambos para descansar en el aire fresco pues últimamente Phel sufría más calor de lo habitual. El doncel despertó en medio de la noche, había sentido un extraño palpitar en su pecho, tal vez alguna pesadilla de la cuál no recordaba ahora, aunque al ver qué todo estaba en orden no se preocupó, se acomodó bien en el dragón y tras respirar un poco más volvió a conciliar el sueño.

A la mañana siguiente Sett abrió los ojos primero, dió un vistazo rápido al cielo y después giró la vista hacia donde Phel se encontraba, él parecía dormir tranquilamente así que acercó el rostro hasta él para poder olfatearlo, tal vez era idea suya pero podía jurar que tenía un ligero aroma a leche.

Volvió a su forma humana teniendo cuidado con no dejar caer al Lunari, se inclinó un poco y dejó en sus mejillas un par de besos, uno tras de otro. —Buen día, Moon Cake.— Murmuró está vez dando unos cuantos besos más en la mejilla contraria.

Aphelios se removió inquieto quejándose levemente de haber sido molestado. — Aún es muy temprano, déjame dormir un poco más.— Murmuró sin embargo el dragón retiró su ala para pegarla a su cuerpo.

—Ya es de día, si no despiertas voy a lamerte.— añadió a modo de broma 

El azabache rió un poco al escuchar la amenaza y talló suavemente  sus ojos con el revés de sus manos. —Está bien, ya estoy despierto.—
Se levantó con cuidado y bostezó un momento antes de poder estirarse un poco, sin embargo su bostezo fue interrumpido al sentir algo en su estómago, con cuidado llevó las manos a su abultado abdomen y parpadeó un par de veces ante lo sorpresivo del hecho.

—¿Qué pasa, Mooncake? ¿Te duele algo? ¿Estás bien?— Sett se levantó rápidamente y tomó con cuidado la mano del chico la cuál estaba aún sobre su abdomen.

—Estoy bien, solo sentí que algo se movió.

—¿Te dolió?

—No, solo fue algo raro... Cómo si tuviera mariposas en el estómago.

—Eso es porque los bebés se mueven dentro de tu interior.

—Si, el señor Revé y Alune dijeron que comenzarían a hacerlo en poco tiempo, creo que dijo que era el 'Gran Despertar' cuando se movían por primera vez.—

Sett quitó la mano y la colocó en un área libre para tocar directamente el abdomen contrario, si bien no sintió algún otro movimiento se sintió feliz de percibir el cálido calorcillo en la zona, separó su mano y se acercó suavemente al chico para poder darle un abrazo el cual correspondió casi enseguida.

Ya que eran los primeros en despertar se habían dirigido a encender la fogata, Phel colocó suavemente un leño para comenzar a avivar las llamas, Sett había ido a cazar algo para poder comer, había decidido atrapar unas cuantas aves para que hicieran algo bueno para comer.

Alune llegó casi enseguida, algo adormilada aún se sentó en un tronco cercano mientras tallaba su propio rostro para despavilarse.

—Buen día, hermana.— Aphelios la saludó mientras picoteaba un poco la lumbre para que la flama se hiciera más grande.

—Buenos días, Aphelios ¿Cómo despertaste?— Alune dirigió la vista a su hermano con una sonrisa en los labios.

—¿Qué ocurre?

—Oh, nada... Solo que gestar te sienta bien.

—¿Me sienta bien?

—Sí, te ves más guapo y feliz.— Alune tomó su cepillo y comenzó a acicalar su propio cabello. —¿Dónde está Sett y Jolie?—

El dragón de ObsidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora