Descubrimiento.

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-¡Esto es más divertido que cualquier otra cosa! -. Gritó Alune mientras sostenía fuertemente de la cintura de su hermano mellizo, quien al mismo tiempo se abrazaba al cuello del gran dragón con toda la fuerza que tenía en sus manos.

Habían pasado un par de días desde que los hermanos habían encontrado a un gran dragón herido, y como una tribu que se dedicaba al cuidado y la crianza de criaturas mágicas habían por supuesto salvado de una posible muerte a tan magnifica criatura.

-Está bien, Sett. - gritó Aphelios mientras se acercaba un poco más para que el dragón pudiera escucharlo.

-Ya fue suficiente, vamos a bajar de nuevo- añadió.

-¡Hermano, no! - replicó la fémina.

-¡Sí, ya fue suficiente vuelo por hoy! - afirmó él.

El dragón emitió un sonido que parecía incluso un pesado suspiro, sin embargo, disminuyó la velocidad del vuelo a tal punto que... ¡Se detuvo!

Estaban aproximadamente de 10 a 15 metros de altura volando por encima de un gran lago, Aphelios miró con sorpresa como el dragón perdía altura de forma rápida una vez que se colocó en picada, mientras él estaba preocupado en gritar por el susto del momento, Alune parecía disfrutar el espectáculo.

Claro, cuando estuvieron a escasos metros de tocar la superficie acuosa el dragón volvió a desplegar sus alas, haciendo que una corriente de aire volviera a elevarlos por los aires para salir de la mediadura del cuerpo de agua. Esta vez volando no muy lejos del suelo y a un paso medianamente lento Sett bajó al suelo y creó una especie de resbaladilla con su ala para que pudieran bajar sus pasajeros quienes se encontraban despeinados por el ajetreo del aire en sus rostros, Phel parecía algo mareado mientras que ella aún seguía riendo un poco por tan maravilloso paseo.

-¡Hay que hacerlo de nuevo una próxima vez! - murmuró ella mientras se detenía a acomodar su vestido y la bufanda de su hermano.

-Eso fue peligroso.

-Pero también muy divertido, hermano.

Sett admiraba el intercambio de ambos, pero finalmente se acercó a ellos para empujar suavemente con la punta de la nariz al azabache quien se acomodó suavemente el cabello con su mano izquierda y se giró para acariciar con su diestra el rostro del dragón quien cerró los ojos para disfrutar de sus caricias.

A pasos tranquilos se devolvieron al campamento mientras los hermanos intercambiaban alguna que otra cosa con respecto a las labores que debían hacer por lo que como les era costumbre se dividieron los trabajos mitad y mitad.

-Bien, yo dejaré la comida en el bosque de las hadas y tu irás por la leña en la montaña. - Dijo Alune con una sonrisa mientras buscaba entre las herramientas del trabajo una cesta para que su hermano cargara la leña y una más para ella y así transportar también la comida que llevaría al bosque.

-Solo ten cuidado, recuerda que...

-Sí, hermano. Las hadas son traviesas.- interrumpió la melliza mientras reprimía una pequeña risa.

Aphelios se permitió sonreír para ella y se acercó a besar suavemente su frente.

-Me voy. - anunció, Su hermana se despidió de él y se adelantó al lugar donde recogería la comida que necesitaba parar cumplir sus labores.

Aphelios tomó la cesta que su hermana le había dado para verificar que fuera suficientemente fuerte para poder llevar suficiente leña para cocinar la cena para los suyos.

Sett se acercó con cuidado hasta él para ver que es lo que estaba haciendo. Al ver que se acomodaba la cesta finalmente en su espalda se permitió ir detrás de él aunque Aphelios lo detuvo.

El dragón de ObsidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora