Habían pasado unos cuantos días desde que la gran noticia había conmocionado a todos en la pequeña tribu, finalmente luego de tantos años habría algún pequeño corriendo de un lado a otro en medio de tantos ancianos.
La mañana anunciaba un buen día, los débiles rayos del sol habían despertado a Sett quien para mayor confort había estado durmiendo en su figura humana para poder hacerle compañía a Aphelios dentro de la tienda en donde cuidaban a Alune. Abrió brevemente los ojos para poder asegurarse que todo estaba bien, Phel aún dormía así que tratando de no despertarlo le obsequió un beso en las mejillas antes de levantarse y poder ir a realizar sus labores matutinas, desde buscar algo para cazar hasta realizar algunas que otras tareas para ayudar a los pueblerinos.—Buen día, Settrigh.— la dragona sorprendió a su hijo al verlo salir de su lugar para dormir, con cuidado se acercó a acariciar suavemente alguno que otro mechón rebelde que amenazaba con caer a la frente del sujeto.
—Buen día, mami.— Sett sonrió al recibir esos pequeños tactos de su madre, siempre estaba feliz de recibirlos y no se preocupaba en demostrarlo.
—¿Ya irás a buscar la comida?
—Sí ¿Quieres algo en específico?— con cuidado guardó un pequeño saco de manta que Diana le había dado para recolectar plantas, estaría a salvo y guardado entre los bolsillos de su pantalón.
—No, cariño... Solo ten cuidado.— la mujer se hacía acercado para poder dar un pequeño beso en la mejilla del dragón y este se había agachado un poco para poder darle un abrazo.
—Entonces volveré más tarde.— añadió Sett una vez se separó de los brazos de su madre quien asintió al escucharlo y lo despidió para que fuera a realizar su trabajo.
Aprovechando su ausencia de dirigió a donde Aphelios y Alune, abrió un poco la tela que cubría la entrada solo para ver qué ambos estuvieran bien, por suerte así era... Todo estaba en orden así que de retiró para no causar algún inconveniente.
El Lunari despertó a penas unos cuantos minutos más tarde, en cuanto había abierto los ojos había tratado de ubicarse en tiempo y espacio, al dar un vistazo a su lado vió que Alune aún dormía en su largo sueño, al mirar hacia el otro lado encontró el lugar vacío de Sett, imaginaba que había despertado el ido a realizar algunas tareas así que él solo talló suavemente sus ojos con el revés de sus manos.
—Buenos días, Alune.— Murmuró el joven mientras se acercaba a su hermana solo para asegurarse que estaba bien, para suerte así era, claramente no esperó una respuesta por parte de su melliza.
Con cuidado salió de su lugar para poder tomar una fuerte bocanada de aire puro, también aprovechó para poder estirarse, sus huesos hicieron un extraño sonido al momento en qué se acomodaron completamente, aún los pueblerinos dormían y lo sabía porque la fogata central estaba apagada, casi siempre el par de dragones despertaba primero para ir por recursos.
Dió un vistazo rápido atrás solo para asegurarse de nueva cuenta que su hermana estuviera bien para así dirigirse a la fogata en donde cocinaban para colocar algunos troncos de leños pequeños en las cenizas y con un par de piedras sacar algunas chispas para encender el fuego.
—No deberías hacer tanto esfuerzo, Aphelios... podrías lastimarte a ti y a tu cachorro.— La voz de la dragona lo asustó al escucharla de forma repentina y se había notado pues había brincado en su propio lugar.
—Buen día, Jolie.— Aphelios le dedicó una sonrisa una vez se repuso del susto. —Lo siento, solo quería encender la fogata, no quise preocuparla.—
Ella sonrió al escucharle pero no hizo más que acercarse a peinar suavemente el cabello contrario en una nueva de afecto. —Está bien, disculpame a mi por asustarte... ¿Cómo despertaste hoy? ¿No tienes nauseas está vez?—
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El dragón de Obsidiana
FantasíaSett, un dragón mitad humano es atacado por un pueblo de magos que lo deja mal herido, por suerte se topa con Alune y Aphelios, miembros de un pueblo vagante que ayuda a las criaturas mágicas como él.