❝Se supone que a Soobin no le gusta Yeonjun...
... Aunque la persiana semiabierta de su habitación sea testigo de todo lo contrario.❞
Donde Yeonjun llega a la vida de Soobin para generarle muchas dudas, pero también se queda ahí para responder cada...
Cada persona siente el interior de su cuerpo de una forma que solo ella sabe: esa experimentación de lo interno, así como la descripción de nuestros sentimientos, que es algo aún más abstracto.
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– Tengo planes para nosotros esta tarde. ¿Quién quiere unirse a un paseo por la plaza?
La semana comenzó con esta pregunta y con los cuatro chicos sentados en la mesa volteando al mismo tiempo hacia Hueningkai, quien había soltado tales palabras a las 10 de la mañana.
– Lo siento Kai, tengo algo que hacer esta tarde y las siguientes entre semana – Taehyun fue el primero en contestarle a su amigo y el primero en recibir una mirada de decepción por parte del mismo. Con una mano sobre su hombro en señal de disculpa, Taehyun le prometió salir con él ese mismo fin de semana.
– Sabes que yo trabajo, cariño. Pero puedes entrar a trabajar conmigo si es que tanto me extrañas – Beomgyu fue el segundo en negarse, mientras era sorprendido por un apretón en su muslo por parte de Taehyun, quien asentía como si no hubiera hecho absolutamente nada. Beomgyu le reclamó con una mirada confundida y terminó la disculpa con la promesa de comprarle cualquier postre que su joven amigo quisiera.
– ¿Yeonjun Hyung? ¿Tú sí puedes acompañarme? – Con ojos brillosos, Hueningkai fue obvio respecto a lo que sentía bajo la atenta mirada de todos sus amigos en la mesa. Insistente, unió ambas manos en señal de súplica y casi formula un puchero con sus labios.
Enternecido y sin pensarlo mucho, Yeonjun asintió de acuerdo y le contestó a Hueningkai que contara con él para acompañarlo a cualquier paseo, siempre y cuando no le surgieran otros planes. Se tomaron de las manos sobre la mesa y las reacciones ante eso fueron muy diversas:
Taehyun sonrió sabiendo lo feliz que Hueningkai se sentía ante el gesto y orgulloso por ser testigo de lo que entre ambos chicos se estaba formando.
Beomgyu suspiró con una leve mueca en su boca y tuvo que desviar la mirada varias veces hacia su otro amigo, el de mirada perdida y de nombre Soobin.
Soobin tan solo tomó la pajilla de su bebida y bebió y bebió cual pez en el río hasta que ya no hubo más líquido y tuvo que ponerse de pie de inmediato para huir hacia la máquina dispensadora.
Este fin de semana había sido algo agotador. Lo pensó mientras apretaba el botón de la bebida color frambuesa y suspiraba cansado mientras los hielos caían en su vaso.
Soobin tenía muy en claro antes del Sábado y el Domingo que lo que había hecho había sido lo correcto. El salir del camino que estaban caminando tanto Yeonjun como Hueningkai sin duda sonaba cómo lo correcto; pero sin querer hacerlo y lamentándolo, Soobin terminaba siempre cruzando aquel camino como un invasor, con una sensación extraña en su pecho cada que pensaba en como Hueningkai y Yeonjun eran el uno para el otro y como él y sus sentimientos no podían entrar en ese perfecto cuadro. No pintaba ni un brochazo en aquel perfecto mural.
