vulnerable | vsoo

cuatro

Tuvo cuatro horas enteras de filosofía, ya le dolía la espalda, por lo incomodo que eran los pupitres, ahora ya estaba en receso, Jisoo tomo una de las pequeñas bandejas de la cafetería para irse sirviendo algunas porciones que daba el lugar, no podía quejarse pero deseaba comer solamente la comida de su madre, ya que la del colegio no se miraba muy apetecible, en ese momento saco una mueca con nostalgia, extrañaba mucho su vida de antes, no tenían tanto dinero, ni una casa tan grande como ahora, de echo Suni y ella vivían en un pequeño apartamento que rentaban, pero no se veía tan mal, Jisoo vivía cómoda en ese lugar, pero Suni tenía pensamientos diferentes, la hija lo notaba cada vez que la encontraba a media noche revisando las miles de deudas que tenía en la mesa de la cocina.

Se apoyaban entre las dos, Jisoo trabajaba de medio tiempo en una pequeña nevería, y nunca le molesto, ayudar a su madre, siempre fue algo que deseaba hacer, además de que en su antigua escuela se sentía más cómoda que ahora, suspiro una vez que vio como cuatro chicas se reían y a la vez la miraban, ganas no le faltaban de preguntar "¿por qué tan sonrientes?", pero era su primer día, y Jisoo no era una estudiante busca problemas.

Después de tomar la comida, miro por todas las mesas, pero ninguna se encontraba vacía, y al parecer nadie quería brindarle un lugar a la nueva, así que solo salió de ahí, total, prefería comer afuera donde el cielo se veía lindo.

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En la cafetería Rose comía una ensalada pero con pocas ganas, solo encajaba el tenedor en la lechuga y otros vegetales. Justo unos minutos después se sentó a su lado Lalisa, se veía muy agitada y con algo de sudor en su rostro. Rose se sorprendió y le pregunto:

―¿Por qué tan tarde Lisa?, ya hasta creía que no llegarías.

―Yo también creí que no llegaría, y es que mi madre esta insoportable―Conto dejando su bolso en la mesa, tomo un poco de agua de una botella y negó con la cabeza, Rosé solo rio un poco, Lalisa siempre se peleaba con su madre por todo.

―Y ahora ¿que paso?―Pregunto esperando cualquier tontería que caracterizaba a la madre de Lalisa como una señora muy preocupona y metiche.

―Ok, escucha esto―Se acercó más a la pelirroja y la del flequillo rubio miro a su amiga―Me llevo al ginecólogo, lo puedes creer.

―¿Por qué?―Hablo la Park quien le causo gracia, y algo de curiosidad.

―Me llevo porque creía que estaba embarazada―Rose rio a mas no poder, mientras la otra solo tocaba su frente con algo de cansancio―Está loca, literal, solo porque no llegue el otro sábado a casa.

―Oh esa vez que te quedaste con Jin en su casa por la tormenta―Recordó Rose que empezaba a entender la locura que invadió a la madre de Lisa.

―Sí, solo porque me quede con mi bebé, pensó que habíamos tenido relaciones―Tomo más agua de la botella al decir lo último.

―Que gracioso, si supiera que desde los dieciséis dejaste de ser una linda y dulce virgen le daría un infarto─Las dos se soltaron a puras risas.

―Bueno en fin, viste a mi hermano―Musito Lalisa tomando su celular, busco el contacto de su hermano.

―¿Taehyung?, oh si, entro a clases, pero se quedó dormido como siempre―La rubia ya se lo espera y rodo los ojos, marcandole.

―Oye, llegue a la escuela, está contigo Jin―Dijo Lisa teniendo en el teléfono a su hermano, mientras Rosé solo seguía jugando con su comida y escuchando la conversación.

―No, pero si lo estuviera no te lo diría

Lisa levanto una de sus cejas y sonrio con enojo.

―En lugar de apoyar a tu hermana solo te la llevas molestándome tonto―Le colgó al instante soltando su talefono en la mesa.

―Vamos déjalo respirar, si no lo vez en un solo receso te vuelves loca, además lo veras en clase están en el mismo salón después de todo―Le recordó la pelirroja.

Suspiro apretando sus dos ojos al cerrarlos, tomo calma diciendo:

―Tienes razón, no quiero volverme una novia latosa, nunca me perdonaría si termináramos, ya casi cumplimos dos años y lo amo como una loca―Coloco su brazo derecho en la mesa, con su mano acaricio su barbilla, pensó en su querido Jin y Rose solo negó, no podía entender a Lisa, porque ella no tenía una relación como la de la rubia, pero amaba ver a su amiga feliz.

Lisa miro a la Park, quien a pesar de su sonrisita, se podía notar un ánimo bajo.

―¿Qué?, ¿Por qué me miras así?―Le pregunto, al no poder evitar esos ojos de perla que definían a la del flequillo.

―Algo tienes, el fin de semana no contestaste mis mensajes, y tus ojos se ven cansados... como si hubieras llorado bastante―Aunque se pusiera todo el maquillaje del mundo, Rosé siempre era descubierta por su amiga, si es que lloraba o se sentía mal, Lalisa siempre la descubría.

―Que dices―Bufo al mismo tiempo que comía el primer vegetal frente a ella―Estoy perfectamente bien Lisa.

―No me mientas, no lo lograras, así que dime, ¿Qué está pasando?―Exigía una explicación, Rosé no quería decirle lo que en verdad le sucedía, pero conociendo a la chica enfrente de ella, sabía que no la dejaría en paz hasta que le contara todo.

―Papá... se va a casar―Susurro con la voz quebrada, odiaba recordarlo y pensar en ello.

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