vulnerable | vsoo

siete

Pasaron tres días, en el que Jin trato de hablar con Jisoo cada vez que podía, pero la pelinegra no se lo permitía.

Justo era jueves y también día de educación física, los dos grupos de ultimo año se juntaban para la clase, Jisoo se alistaba en los vestidores de chicas, se colocó su ropa para la clase y después salió de ahí, claro que las chicas aun no le hablaban y algunas de ellas la molestaban, pero siempre aparentaban que no lo hacían con mala intención. Y Jisoo lo aguantaba.

Cuando salió de los vestidores se encontró con Jin recargado en la pared, hacía movimientos pequeños con uno de sus pies en el piso, segundos después el joven se dio cuenta que Jisoo lo miraba, así que saco una sonrisa y la saludo, la Kim hizo lo mismo tratando también de alejarse, pero esta vez Jin no planeaba dejar que solo fuera un saludo y nada más.

Así que camino rápido, hasta quedar a lado de ella.

―Estas lista para la clase ―Comenzo la conversación el más alto, rezando para que no lo vuelva a ignorar―No te preocupes, el maestro es mezquino pero créeme, es mejor que el de literatura―Trato de bromear un poco, pero Jisoo ni siquiera podía concentrarse en lo que le decía.

Jin ya no soportaba mas la incomodidad entre ellos, no estaba llegando a ningún lado, así que sin importarle nada, la toma del brazo dejando de caminar.

―¿Que pasa Jisoo?, eh, me llevas evitando desde hace tres días, más bien, desde el día que nos conocimos―Explico, pero Jisoo se mantuvo en silencio―Vamos, dime que pasa, ¿hice algo malo?, ¿fui demasiado molesto?

Al oír aquello, Jisoo negó con rapidez, tampoco deseaba que se sintiera así, no era molesto, nunca lo fue, de echo fue el chico más amble que pudo a ver conocido, y más en una escuela donde asisten puros niños ricos con aires de grandeza.

―No Jin, tu no hiciste nada malo―Susurro la pelinegra.

―Entonces, ¿qué pasa?.

―Es solo que... he tenido que ponerme al corriente con las materias, y me ha quitado tiempo... si eso es―La verdad era que ni ella misma se la creía, Jisoo odiaba mentir.

Pero Jin siendo lindo y amable, también era algo ingenuo, así que sonrió feliz creyéndose todo.

―Porque no me lo dijiste antes, yo mismo puedo ayudarte con eso...

―¡No!―Interrumpió al pelinegro, sorprendiéndolo por su de repente respuesta―No lo necesito, ya algunos compañeros me han pasado sus anotaciones, pero de todos modos gracias.

―Está bien...―Le contesto, pero la Kim ya se había adelantado, dejando a Jin con la palabra en la boca.

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Las chicas jugaban un mini partido de futbol en la cancha, y los chicos estaban haciendo algunos ejercicios en otra cancha. Jisoo se mantenía alejada de la pelota, no solo porque no sabía jugar, si no porque temía que la golpearan con ella, aunque no tenía por qué preocuparse, bueno de la pelota no, pero de las chicas con las que jugaba vaya que si, varias llagaban empujandola con fuerza, y ella no podía hacer nada porque no era notorio, ni parecía una falta, lo hacían de la manera más natural posible, hasta que una niña del grupo contrario chocó contra ella, logrando que Jisoo cayera al suelo.

―Oh no, discúlpame―Le hablo con inocencia y después le extendió su mano―Dame tu mano.

Jisoo se la acepto, pero al momento que la chica le suelta la mano, la Kim se queja un poco.

―¿Qué?, ¿te lastimaste la mano?―Iba a decirle que no era nada grave, pero la más alta fue rápida y tomo la mano de Jisoo.

―¡Auch!―Se quejó, por el de repente apretón de la chica con labios regordetes.

―Ay lo siento―Junto un poco sus cejas, aun viendo la muñeca de Jisoo, pues el dolor provenía de aquella parte del brazo―Esto no se ve bien, vamos a la enfermería para que te atiendan.

La pelinegra estaba punto de negarse, ya que ella solo sentía un pequeño dolor, como si fuera un moretón.

―¿Se encuentran bien chicas?―Llego el entrenador después de ver la caída.

―Yo sí, pero ella no, parece que se lastimo la muñeca―El entrenador se acercó a la pelinegra para ver la parte donde se lastimó.

Y Jisoo no tarda en soltarse con delicadeza del agarre del entrenador, quien la ve apretando sus labios en una línea recta―Estoy bien, no se preocupen.

―Parece que lo tienes inflamado, ve a tratarlo con la enfermera si no el dolor aumentara y será insoportable señorita Kim Jisoo―La nombrada suspiro y no pudo seguir negándose.

―Entrenador, la voy acompañar, es lo menos que puedo hacer después de que cayera por mi culpa―Que amable, pensó Jisoo.

―Está bien señorita Lalisa, vayan.

Las dos salieron de aquel sitio sin imaginarse que alguien las observaba, más bien era Taehyung quien observaba con algo de confusión, Lalisa acompañaba a Jisoo a la enfermería, y eso en lugar de agradarle porque su hermana ayudaba a una persona, solo lo lleno de incertidumbre, algo no le gustaba en toda esa amabilidad que de repente dejaba notar.

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―Y bien, Jisoo, ¿verdad?―Asintió ante la duda―¿Te está gustando el colegio?

―Bueno es...―Miro a su alrededor antes de responder―Muy grande.

Lisa soltó una pequeña risita.

―Se honesta, es aburrido, o me equivoco―Las dos se miraron para después sonreír―Aunque los chicos son lindos, no crees.

Jisoo no supo cómo responder, así que se encogió de hombros. La pelinegra siguió caminando, pero Lisa se quedó atrás, mirando a la Kim por detrás, y al terminar de examinarla con sus grandes ojos, dejo ver una sonrisa de lado.

―Mi novio es lindo, no es así―Al escuchar lo último, la más baja volteo a ver a la del flequillo―Los vi hablando afuera de los vestidores, parece que se llevan bien.

La voz de Lisa había cambiado totalmente, esta parecía real, no como la voz dulce que mostro hace rato, así que Jisoo se tensó y Lisa camino más hacia ella―Te gusta, ¿no es así?―La pelinegra trago saliva.

―N-no, c-claro que no―Tartamudeo, al no poder mentir.

—¡Deja de negarlo maldita zorra!, eres igual que tu madre, pero sabes que―Jisoo quedo acorralada en una de las paredes, después de caminar varios pasos tratando de alejarse de Lisa, algo que no logro, la sonrisa de la rubia aterraba a Jisoo, su corazón latía con fuerza―No dejare que te salgas con la tuya―Levanto su mano para acariciar su pelo negro―Así que será mejor que no te acerques a Jin, si no quieres conocerme de verdad.

Jisoo suspiro con fuerza, sus ojitos se aguaron, tenía demasiado miedo, se podía notar por las manos que le temblaban como gelatina y el corazón que parecía salírsele en cualquier momento.

No podía seguir viendo a Jin tan culpable porque le hablaba de manera fría y cortante, pero alejarse era lo mejor, en el fondo se lo repetía miles de veces, tener problemas con la hija del director no le convenía.

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