Un cambio de vida

El duelo y la sorpresa.

Me quedo anonadada, ¡Que está diciendo este hombre? Acabo de tirar mi celular al suelo, camino sin poder caer, no, por favor que esto no sea real.

Pareciera que viene en mi mente desde el primer día que nos conocimos, desde la primera vez que Ana Parker se queda a dormir en mi casa, nuestras primeras promesas ¡QUE ESTO SEA UNA MENTIRA POR FAVOR! Entro a mis redes sociales, hasta que miro una publicación de Facebook de Roció Fernández ex compañera, sube una foto junto a Ana, que dice "Hasta siempre Ana" me quedo mirando un punto fijo, me rindo en el llanto, no puede ser real, mi segunda mitad está muerta.

Me ducho llorando, no puedo más, me siento la peor del mundo, abandone a mi hermana del alma, y hoy ya no la tengo más. 

Mi teléfono comienza a sonar es Gastón, mi hermano, atiendo.

Conversación telefónica.

Gastón: Debes regresar Emilia.

Emilia: -sin parar de llorar-

Gastón: Perdóname hermana, nuestros padres están preocupados por ti, debes despedirte.

Emilia: ¿Cómo puedo despedirla? No puedo.

Gastón: Debes venir.

Emilia: Me tiembla el cuerpo Gastón.

Gastón: Acabe de sacarte un vuelo, prepara tus cosas en dos horas debes estar en el aeropuerto, mañana despedirán a Ana, por favor Emilia.

Emilia: ¿Cómo lo hare?

Gastón: Yo estaré para ti.

Enciendo un cigarrillo, lo fumo desesperada, mientras no dejo de llorar, la vida se pasa, y me cuestiono mil cosas en la cabeza, una de ellas de como la abandoné por hacer una vida diferente a la de ella, ni siquiera conocí a su niña ni siquiera se si tuvo mas hijos aparte de ella, no sé nada, estoy desesperada. Armo mi maleta mientras fumo mi tercer cigarrillo, y mi cabeza explota de tantas lagrimas que derrame, no puedo ni siquiera imaginarme el momento que va a aparecer en mi vida.

Pasaron las dos horas, estoy parada como puedo esperando en el aeropuerto, intentando no mirar las redes sociales, pero es inevitable, "ANA PARKER RIP" "mis condolencias por la familia Parker" entro a su Facebook, que ni siquiera usaba, apenas está la antigua foto de perfil junto a Gonzalo y su niña recién nacida, esto es un caos, se asoma una terrible tormenta de emociones.

Tomo el vuelo, intento dormir, pero es casi imposible, hasta que después de doce horas llego al aeropuerto Ezeiza en la ciudad de Buenos Aires, gracias a mi hermano por conseguir un vuelo directo.

Camino con mi maleta y veo a mi hermano, corriendo hacia mi y me abraza mientras me desbordo de lágrimas que se asoman.

Emilia: Decime que es mentira.

Gastón: -abrazándome- Tranquila hermana.

Emilia: ¿Cómo voy a hacerlo?

Gastón: Estaremos para ti, vamos que debes bañarte e iremos al funeral.

Cierro los ojos cada vez que me recuerda que algo terrible acaba de suceder en mi vida.

Llego a la casa de mis padres, están llorando abrazándome, se que Ana fue su otra hija, pero más lloran al verme destrozada, arrepentida.

Me baño, me visto, tapo mis ojeras por la noche de viaje que no fui capaz de dormir, por mis llantos, y voy hacia el funeral, ¿Esto es real? Están todos de negro, todos me miran, mis ex compañeros que se acercan a darme el consuelo, hasta que me asomo hacia los cajones cerrados, ¡LEVANTATE ANA! Me desbordo, acaricio su ataúd, todos están mirando este show, mi mejor amiga está muerta, su foto esta al lado, la acaricio, soy un llanto, no puedo más, mi hermano Gastón intenta sacarme de aquí, hasta que levanto mi mirada, hay alguien que esta de la misma manera que yo, abrazando el otro ataúd.

Nicolas: ¡Por favor déjenme un rato más!

Emilia: -lo miro-

Nicolás: Te amo hermano, hasta siempre.

Nos miramos llorando, acabamos de perder los dos a nuestros hermanos de la vida, nos miramos sin consuelo, mientras desbordamos de tantas lagrimas que derramamos, ni siquiera puedo odiarlo en este momento.

Después de llorar por varios minutos salgo a tomar aire, a fumar otro cigarrillo, mientras todos van a consolarme, pero de pronto Nicolás se acerca.

Nicolás: Se lo que sientes -agarra mi mano apretándola- Lo lamento mucho.

Emilia: igualmente.

Nicolás se aleja, se abraza con otros amigos de Gonzalo, esto es terrible.

El velorio es eterno, los pocos familiares lejanos que tiene Ana están, ya que sus abuelos quien la criaron murieron hace unos años, también la familia de Gonzalo, que su familia era tan parecida a la de Ana, por lo poco que me dicen es que Nicolás se hizo cargo de todos los gastos juntos a sus otros amigos, pero no puedo ni siquiera pensar en eso.

Vamos todos en caravana en los autos y llega el peor momento de nuestras vidas, despedirnos de ellos para siempre, mi madre Olga me abraza junto a mi padre Aldo, y Gastón mi hermano, sienten ese dolor de la misma manera, pero la disimulan por mí.

El peor día de nuestras vidas acaba, regreso a casa de mis padres y me quedo dormida después de tantas lagrimas que derrame, intentando creer que iba a despertar de esta gran pesadilla.

Mi celular suena temprano, ¡Casi me olvido! No se que esta pasando, pero un abogado me llama, es el que me dio la peor noticia de mi vida, así que me cambio rápidamente, voy con el auto de mis padres hacia la cita.

Entre allí, estaban lleno de abogados, hasta que de pronto veo a Nicolás entrar.

Nicolás: -me mira- Disculpa Emilia ¿A ti también te llamaron?

Emilia: Si.

Nicolás: -suspira y se sienta junto a mi-

Abogado: Perdón, pero deben entrar.

Entramos allí, todo lleno de papeles, no entiendo bien que esta sucediendo, al parecer Ana y Gonzalo han dejado algo para nosotros.

Abogado: Mi condolencia para ustedes dos -en frente de nosotros sentado- Se que en este momento es muy difícil de hablar algunas cosas, pero es un proceso que debemos hacer, y se trata del mandato que han dejado Ana Parker y Gonzalo Manzur.

Emilia: ¿Qué ha pasado? -sin entender-

Abogado: Ana Parker y Gonzalo Manzur les ah dejado a los dos una casa, sus dos autos, la casa de sus abuelos, la casa de verano y sobre todo la mayor tarea.

Nicolas: ¿De qué habla?

Abogado: Ustedes son los tutores se sus tres niñas están apadrinados, Matilda de 4 años, las mellizas, Lola y Emma de seis meses, que juntos deberán criarlas o perderán la tenencia de las niñas, es parte del contrario que dejaron Ana y Gonzalo.

Emilia y Nicolás: ¿Qué? -dijimos los dos a la vez-