Llore toda la noche como una adolescente ¿Qué pueden pretender de mi? por primera vez en mi vida supe lo que es amar a alguien, con intensidad, entregar todo mi amor, sin embargo las cosas no salen como uno quiere en la vida, de pronto estoy de este lado, llorando por el idiota de Nicolás ¡MIERDA! cuantas veces con una copa de vino consolé a mis amigas, a Ana Parker cuando rompía sus relaciones, pero acá estaba yo esta vez, destrozada, sin poder mirarle los ojos a Nicolás.
Matilda me despertó, tenia que fingir por mis hijas que estaba bien. Mientras tanto Nicolás estaba dormido en mi cama. Prepare el desayuno para las niñas, me quede en silencio mirándolas por varios minutos.
Matilda: -me mira- Ma ¿Estas bien?
Emilia: Si mi amor.
Matilda: Te veo triste mami.
Emilia: -sonrió un poquito- Estoy bien mi amor, no me siento bien pero ya se va a sentir mejor mamá.
Matilda: Esta bien mami, no me gusta verte mal.
Bañe a las mellizas en silencio, mientras ellas no dejaban de regalarme besos, sonrisas, eran tan pequeñas pero parecía que sabia que no me encontraba bien, que no dejaban de regalarme todo su amor.
Almorzamos, Nicolás seguía dormido, por su exceso de alcohol seguro. Pasaron algunos minutos, lo escucho levantarse, entra al baño directamente a bañarse, y yo sigo intentando distraerme con las niñas.
Sale de bañarse, me dirijo hacia la cocina, lavo algunas cosas y Nicolás entra.
Nicolás: Mi amor -se acerca-
Emilia: -bajo mi mirada lavando las cosas-
Nicolás: Amor.
Emilia: -comenzando a caerme las lagrimas y lo miro- Me enamore -desvió la mirada- No quiero escucharte.
Nicolás: Perdóname, te juro que solo fue un beso.
Emilia: No importa -regreso a mirarlo destrozada- Me engañaste, que me hubieras clavado una puñalada seguro que me dolía menos.
Nicolás: -toca mi espalda-
Emilia: No puedo creer que este llorando por ti -intentando limpiar mis lagrimas mientras no dejaban de caerse- Me jure a mi misma miles de veces que jamás lloraría por un hombre, y acá estoy destrozada, sin poder dormir por lo que me hiciste, llorando por el idiota que odie en todo mi bachillerato.
Nicolás: Perdóname, perdóname mi amor, te juro por mis hijas.
Emilia: No meta a las niñas en esto.
Nicolás: ¿Qué tengo que hacer para que me perdones?
Emilia: No puedo pensar ahora Nicolás.
Nicolás: Mañana... -pensando-
Emilia: Mañana mis hijas -desvió nuevamente la mirada- ¡Puta madre!
Nicolás: Son nuestras hijas para siempre.
Emilia: -cierro la grifería y me alejo- No quiero escucharte.
Nicolás: Mi amor...
Trate de ignorarlo el resto del día, no quería escucharlo.
Por la noche comimos los cinco, y esto parecía el comienzo de toda esta historia, casi sin mirarnos, intentando distraernos con las niñas.
Acosté a las mellizas, luego a Matilda ya que en el día de mañana no estarían con nosotras, Martha la madre de Nicolás se las iba a llevar mientras el abogado venia con los papeleos con la tutela a su totalidad. Luego me acosté a dormir, sentí a Nicolás entrando a la habitación, lo sentí como me acariciaba mientras yo me hacia la dormida ¿Cómo se sigue? me rompió el corazón, y se que solo era ¡un puto beso! pero no importa, ¡me engaño con esa idiota! que con solo pensarlo tenia ganas de matarla, a ella y a Nicolás.
Me desperté, entre a bañarme, luego desperté a las niñas, les prepare el desayuno y a primera hora llego Martha la mamá de Nicolás.
Martha: -me mira- ¿Estas bien? -sonriéndome- Tenes una cara mi vida -agarra mi mano- Tenes que estar tranquila, hoy es un día muy importante en su vida, después de casi tres años las niñas son nuestras para siempre.
Emilia: -sonrió un poquito- No puedo creerlo.
Martha: Ya todo va estar bien -se acerca y me da un beso en la mejilla- y también siento que algo sucedió con vos y mi hijo, pero todo se va a solucionar ¿si? te amo chiquita -besa mi cabeza- Bueno llevo a mis nietas, la abuela va a consentirlas todo el dia.
Emilia: Gracias Martha.
Martha: De nada mi amor.
Nicolás ayudo a Martha a subir a las niñas a su auto, y luego entro a la casa en silencio sin dejar de mirarme se sienta a mi lado.
Nicolás: Llego el día.
Emilia: -suspiro- Así es.
Nicolás: ¿Me odias?
Emilia: -lo miro- Ojala pudiera.
Nicolás: -besa mi mano-
Emilia: -desvió mi vista-
Nicolás: Te amo.
Emilia: Me rompiste el corazón y no quiero hablar sobre el tema, el abogado esta por llegar, voy a ordenar.
Comencé a ordenar el resto de la casa, mientras Nicolás entraba a bañarse para estar los dos presentables en un momento tan importante como el que estaba por ser en este día "especial" y a la vez horrible, por nuestros sentimientos. Se suponía que hoy iba a ser el día mas feliz de nuestras vidas, sin embargo estoy con el corazón roto, tapándolo con curitas para disimular el dolor que siento en este momento.
Ya todo estaba listo, solo había que esperar.
Cerca a de las 11 Am el abogado llego, con miles de papeles, Nicolás entendía un poco sobre todo porque no nos olvidemos el también era abogado, pero teníamos que firmar un papel con la tutela y el cambio definitivo de apellido de las niñas y eso a pesar de todo me hacia feliz entre todo este dolor que sentía.
Abogado: Firme por acá -señalando la hoja- , Matilda Attias Vázquez, Emma Attias Vázquez y Lola Attias Vázquez.
Emilia: -firmo sonriendo- Mis niñas.
Abogado: -mira a Nicolás- su turno.
Nicolás: -firma y me sonríe un poco-
Abogado: Legalmente son padres de las niñas, felicitaciones.
Emilia: No puedo creerlo -sin dejar de sonreír-
Abogado: Pero aquí no acabo.
Emilia: ¿Qué paso? -preocupándome-
Abogado: Es sobre Ana Parker y Gonzalo Manzur.
Nicolás: -preocupándose- ¿Qué pasa con ellos?
Abogado: Ahora que legalmente son sus hijas, también legalmente ellos ya son fallecidos.
Emilia: No lo entiendo.
Abogado: -se levanta- Espere un momento.
Emilia: ¿Qué paso?
Mi corazón no paraba de acelerarse ¿Qué esta pasando? el abogado sale de la casa, pero regresa y vuelve a sentarse.
Abogado: Este día es muy importante para todos.
Emilia: ¿Qué pasa Doctor?
Abogado: Necesitábamos que Ana y Gonzalo estén fallecidos legalmente, que ya el DNI de las niñas no aparezcan -suspira- Por muchos motivos, pueden pasar -grita.
Giro el rostro junto a Nicolás y no puedo respirar, se me cae la lapicera que tengo en mis manos...
Emilia: ¿Ana?
Nicolás: ¿Gonzalo?
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Un cambio de vida
Fiksi PenggemarCuando creían que solo deberían verse en fiestas algo sucede, y sus vidas cambian al completo ¿Podrán juntos superar con lo que la vida los sorprendió?