LA PROPUESTA 🎭

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Shinki se encontraba en su lugar habitual del jardín contemplando la nada, su mente estaba en blanco total.

Necesitaba descansar un poco ya que su cuerpo así se lo estaba exigiendo. Había estado sobreexigiendose bastante durante ese último tiempo, debido a la proximidad de los examenes.

Deseaba ser un gran hechicero para proteger a su padre adoptivo, el rey, quien tanto había hecho por su persona. Nunca nadie se hubo preocupado de esa forma por alguien como él.

Su chakra le permitía usar la arena de hierro como sea que él prefiera. Esto lo volvía alguien muy peligroso ya que poseeía  la mejor defensa, ocasionando intensas envidias en la mayoría de sus compañeros.

Nada le resultaba fácil, pese a ser el príncipe, tenía sus inconvenientes. Pero también contba con la amistad de su primo que siempre estaba a su lado.

Ambos hacían un buen equipo a la hora de trabajar y combinar fuerzas. Ellos dos junto a Mitsuki, un prometedor futuro hechicero, eran el mejor de los grupos. 

Sabían que despertaban la envidia de todos sus compañeros, y no solo por ser  excelentes manipuladores del chakra, sino porque tanto Shinki como Mitsuki  habían sido acogidos uno por el rey y el otro por su brazo derecho, contando además con la amistad del sobrino del rey.

Pero ellos los ignoraban a todos y aunque había quienes intentaron separarlos, jamás lo lograron debido a la gran confianza que existía entre ellos.

La brisa de aquella tarde le  trajo al príncipe algunos recuerdos de aquella época en la que en verdad solía ser felíz. Ser príncipe no le resultaba una carga tan pesada, ni se sentía tan solo.

Suspiró muy apesadumbrado, en verdad los extrañaba mucho. Aún no comprendía cómo fue posible que alguien como Kawaki y Sarada hayan podido separarlos, cuando se suponía que eran inseparables.

Lo cierto fue que desde su distanciamiento con su primo y con Mitsuki nunca más volvió a ser el mismo. Y solo confiaba en dos personas, su padre y Sasuke.

Más aún después de lo que le sucedió a Naruto Uzumaki, su desconfianza se intensificó más aún.

Alguien lo interrumpió anunciandole que su padre lo necesitaba con caracter de urgencia. Suspirando nuecamente profundo fue a ver qué deseaba.

Al entrar a la sala de reuniones vió Sarada Uchiha junto a Itachi. Aquello no le gustó nada, ella siempre le había caído mal. Pero la expresión de su padre, el rey, le provocó un ligero escalozfrío en su espalda.

Sarada lo contemplaba con sombría expresión, echo que le provocó repulsión. Como siempre solía suceder. Gaara lo miró entrar con cierta preocupación.

— Hijo acercate — así lo hizo Shinki — El señor Uchiha hizo una singular propuesta matrimonial. Pretende casar a su hija contigo.

La expresión del príncipe fue tan sombría que basta Itachi mismo se turbó. Pero fue Sarada quien intervino:
— Todos sabemos que quien realmente sale beneficiado de este matrimonio eres tú Shinki — intervino ella con altanería —  Después de todo tendrás a todo mi clan de  aliado.

— Padre ¿qué has respondido? — preguntó el príncipe ignorando a la Uchiha abiertamente.
—Que no es a mí a quien deben convencer sino a tí.

Shinki sonrió complacido, recién clavó la mirada a Sarada. Una oscura mirada que ella no solo sostuvo sino además se burló.
— En.ese caso mi respuesta es no ya que no tienes lo necesario para ser princesa.

Aquello la desfiguró de la furia, ya que jamás se hubo imaginado que podría negarse a un pedido suyo y de su padre.

—¿Disculpa? ¿Oí bien? ¿Te estás negando?
— Por supuesto, no me interesas Sarada.
— ¿Estás loco?
— Más bien creo que quien desvaría eres tú al suponer que podría aceptarte.

Itachi, molesto, intervino hablandole directamente al rey. Le recordó los multiples enemigos que tenía y lo débil que sería si el clan Uchiha al completo le dan la espalda.

Pero Gaara se limitó a decir:
— ¿Qué pasó contigo Itachi? Qué bajo has caído, solías tener honor. Ahora eres un sometido de los caprichos de tu hija quien no te deja bien parado.

— Mira quién habla, el que no puede tomar una decisión sin consultarle previamente a su hijo. Que por cierto no lleva la sangre real, y que no es aceptado ni por tus parientes.

— Aprecio tu punto de vista Itachi, ahora sé que jamás podremos llegar a ser parientes — respondió Gaara.

Sarada explotó de furia pero su padre supo contenerla. Cuando esruvieron a punto de irse, el rey dijo:
— Ve con cuidado Itachi, tanto tú como tu hija. No vaya a ser que planeen algo que no sea bien visto por mí o por mi hijo.

Sin decir nada los Uchiha abandonaron el recinto y tanto padre como hijo suspiraron aliviados. Shinki le hiza saber a su padre el rechazo que sentía por Sarada y su clan. Estaba preocupado por lo que podrían hacer los Uchiha, más aún Itachi.

— No todos los Uchiha piensan como Itachi y su hija.
— Y no todos los Uchihas son como Sasuke padre.
— Tranquilizate Shinki, no dejaré que nos arruinen. No soy tan tonto ni tan débil.

— No era eso lo que quería decir padre. Perdón.
— Sé a lo que te refieres hijo, no te preocupes. Nada malo me pasará y podremos salvar a Naruto.

Shinki hizo una mueca de dolor ya que seguía doliendole la suerte que corrió el mejor hechicero del reino y mejor amigo de su padre y suyo.

Súbditamente recordó a Mitsuki, discípulo de Naruto, y la furia se adueño de su ser. Pero supo discimular muy bien frente a su padre.

— Shinki, estás muy tenso últimamente. Ve a recorrer la ciudad, te relajarás.
— No padre, estoy bien

— Pasas demasiado tiempo a encerrado en el castillo, deberías salir más seguido. También es deber de todo rey, el conocer las auténticas necesidades de su pueblo.

— Lo sé padre, lo sé.
— En ese caso alistate y sal del castillo. Es una orden.
— Pero padre....
—¿Acaso no me obedecerás?
— Si padre.
— Elige el día y recorre un poco la ciudad. Te hará bien.

Tras hacerle una reverencia a su padre, el príncipe se fue no muy convencido de hacer lo que se le había ordenado.

Al quedar solo Gaara, apareció entre las sombras Sasuke quien dijo:
— Hiciste bien, tu hijo está en extremo preocupado por quedar bien ante tí, necesita despejarse un poco.

— Me preocupa ¿sabes? No tiene vida propia después de lo sucedido con Naruto — luego lo miró — Ni tu tampoco la tienes Sasuke. De echo ambos me preocupan ya que Naruto no hubiese querido que estén así.

El dolor se reflejó en el rostro de Sasuke al oír nombrar a su amadisimo rubio. Lo necesitaba tanto que había ocasiones en las que se desesperaba.

— Naruto será libre de nuevo Sasuke, no dudes al respecto.
— El.problema radica en que está sufriendo torturas indescriptibles mientras tanto.

Gaara suspiró apesadumbrado masajeandose la sien. Él también estaba más que preocupado pero no podía demostrarlo o sucumbiria a la desesperación.

Gaara temía que la mente de su amigo no resista y cuando ses liberado de su prisión, ya sea demasiado tarde. Pero sabía guardarse sus temores para sí mismo. Como rey él debía ser de hierro como la arena que Shinki manipulaba.













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