LA PRISIÓN DE NARUTO 🎭

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El recinto estaba oscuro, las ventanas permanecían cerradas. La chimenea estaba encendida y el fuego crepitaba brindando su calor a toda la habitación.

La cama de dos plazas se ubicaba en el centro del lugar, la araña de cristal colgaba de la pared iluminando toda la habitación.

Los cuatro pilares situados en cada extremo de la sala, sujetaban las anaranjadas telas de seda que cubrían la cama.

Fuera era una blanca noche fría, la más fría del año. La nieve caía cubriendo con su manto blanco cada sitio del reino de fuego.

Los sonidos del palacio no llegaban a ese sitio apartado de todos y de todo. Sasuke salía de ducharse y junto al fuego se vestía. Su mirada reflejaba una gran tristeza que desde que sucedió aquello nunca más pudo alejarla de su alma.

Aquel fatídico día donde todo cambió, día en que su amado rubio cayó siendo encerrado en una peculiar prisión de la cual nunca más pudo salir. Condenado y atormentado desde entonces.

¿Cuántas veces hubo intentado salvarlo? Había perdido la cuenta ya. Pero nunca lo pudo lograr. ¿Por qué demonios era tan débil? Ni siquiera Gaara, el rey, lo pudo lograr.

Pero no se daría por vencido, mientras siga con vida no dejaría de intentar devolverle la libertad a su amado Naruto.

Al acabar de vestirse la puerta sonó. Era Gaara. Sasuke lo hizo pasar, entre ellos no había formalidad ya que se conocían de años.

— ¿Qué te trae por aquí Gaara?
— Los encontré y los traje al palacio — fue la repentina respuesta del rey a lo que Sasuke lo miró asorado.

—¿Hablas en serio?
—Si
Sasuke se apuró a ir junto a la cama, corrió el velo para dejar a la vista a Naruto. Estaba muy pálido, vestía comodas ropas de dormir color naranja, yacía inmóvil.
Miraba al techo, respiraba pero su mirada mostraba desesperación.

Sasuke sujetó suavemente sus mejillas y giró su cabeza para que el rubio pueda mirarlo ya que le resultaba imposible moverse por sí mismo.

Una vez más sus miradas se cruzaron y los ojos del moreno se humedecieron. Éste acarició los dorados cabellos de su tan amado rubio. Cuando quiso hablar su voz se le quebró, una vez más.

— Mitsuki volvió al palacio mi amor, Gaara lo encontró y....le dió el perdón real.

Gaara sujetó la mano de Naruto y giró su cabeza para poder mirarlo a los ojos. Si bien el rey no lloraba, su dolor iba por dentro y era tan intenso como el de Sasuke.  Siempre se sentiría culpable por lo que le estaba pasando a su leal amigo.

— Además apareció tu hijo, porque estamos seguros de que es tu hijo. Es igualito a tí amigo mío. Él también es un jinchuriki como tú — la respiración de Naruto se empezó a ascelerar — Es el jimchuriki del nibi ¿sabes? — Gaara sintió cómo su amigo apretaba levemente su mano mientras respiraba entrecortado — Tranquilo amigo, cuando estemos seguros de su identidad lo traeré aquí para que lo veas.

Luego lo soltó y se marchó, prometiendoles volver con novedades. Al quedar solos, Sasuke volvía a sujetar las mejillas de su amado volteando su cabeza suvemente para poder mirarse a los ojos.

El moreno estaba recostado sobre del rubio, acariciaba su dorada cabellera mirandolo con inmenso amor. No se le despegaba nunca, desde que quedó en ese estado había permanecido a su lado cuidándolo.

— Quizás ese jóven sea tu hijo biológico mi amor.

Naruto empezó a llorar mientras miraba a Sasuke, intentaba desesperadamente hablarle, comunicarse con él pero le era imposible. Aquel confinamiento amenazaba con volverlo loco. Tenía tantas cosas que decir pero le era imposible.

"Sasuke, quiero ver a Mitsuki y a mi hijo biológico ahora mismo. Quiero saber cómo es, cuál es su nombre. Por favor...mi amor por dios...date cuenta...hijo...necesito a mis hijos ahora...."

Pero Sasuke no supo interpretarlo ni podía oírlo. El moreno le secó sus lágrimas para besarlo con ternura en los labios.

— Mi amor....perdoname por ser tan débil....lo siento....pero te liberaré....te lo he jurado en el pasado y te lo juro ahora. Por favor no llores más, piensa en tus hijitos. A ellos no les gustaría verte sufrir mi vida.

Sin poder contenerse más, Sasuke enterró su rostro en el cuello de Naruto y lloró amargamente. El rubio cerró sus ojos e intentó mover sus brazos sin éxito alguno.

"Sasuke...mi amor....no lo lamentes ya...no fue tu culpa...y no eres débil...nunca lo fuiste...Sasuke...te amo"

El moreno se incorporó un poco para mirar a su amado a los ojos y decirle:
— Te amo Naruto, también te amo...sé que quieres consolarme...mi amor...no podría vivir sin tí...

Sasuke besó a Naruto en la boca con intensa pasión, abrazándolo. Las luces se apagaron al tiempo que el moreno se cubría con las colchas sin dejar de estar sobre del cuerpo de Naruto.

Fuera la nieve empezaba a caer con mayor intensidad. 















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