JUNTOS 🎭

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"Hey mocoso, despierta. Ya te recuperaste"

"Dejalo descansar Shukaku. El pobre la tuvo muy difícil"

"Tú siempre lo concientes Nibi"

"Y tú eres muy duro con él. Deberías ser más paciente"

Boruto sentía ese diálogo en su mente, que lo fue despertando. Por unos segundos no sabía dónde estaba. Pero luego recordó todo.

"No fue un sueño, fue real Boruto"

Le dijo el Nibi con dulzura. El rubio respiró aliviado. En esos momentos abrió los ojos y lo primero que vió fue a su padre que le sonreía feliź.

— Bienvenido hijo — escuchó que le dijo y sus ojos se le llenaron de lágrimas.

— Papá — se avalanzó a sus brazos emocionado, no podía creer que haya tenído éxito — Al fin eres libre.

— Y todo gracias a tí hijo.
A Boruto le encantaba la voz de su papá, como le fascinaba verlo reír y  moverse. Sentía que lo quería muchisimo.

— Fue gracias al Nibi papá, ella es muy poderosa.
— Ya me dí cuenta.

"Kurama debería apremder de Naruto"

"Oh qué pasa Matatabi ¿quieres que te mueva mis nueve colas?"

"Al menos deberías ser más agradecido con ella Kurama"

"Tsk, ser meloso no es mi estilo".

Tanto Boruto como Naruto reían al oírlos, era evidente que los tres se llevaban muy bien.

—Papá ¿por qué me seguiste? No tengo nada para ofrecerte....

Naruto colocó su mano sobre los labios de su hijo, mirandolo con intenso amor. Las lágrimas humedecían su rostro.

—¿Cómo pudiste pensar que te dejaría solo ante el peligro? No sabía de tu existencia, no sabía nada de nada. Pero ahora que sí lo sé, no voy a dejarte solo hijo.

— Pero ¿Y Sasuke? ¿Y Mitsuki?
— Ellos están aquí, junto con Shinki. Estamos todos hijo.
—¿E-En serio? Wow

Boruto los había llevado al lugar donde se habia criado. Aunque sabía que el rey de trueno habia muerto y su sucesor era tan tirano como el rey del viento, aquel lugar estaba apartado de todo y de todos.

Boruto se incorporó, aún estaba débil pero iría mejorando con las horas. Supo que estuvo dormido tres días sin parar.

Además se enteró de otras novedades, su papá y Sasuke se casaron. Mitsuki y Shinki fueron sus testigos.

Naruto no paraba de reír, de hablar y de moverse. Estuvo tanto tiempo prisionero dentro de su propio cuerpo, que necesitaba sentirse libre.

Mitsuki y Boruto se abrazaron fuertemente. Luego el rubio se acercó a Shinki y ambos se besaron con pasión.

Todos salieron dejandolos solos, aunque a Mitsuki no le causaba ninguna gracia aquello, fue practicamente arrastrado por su padre Naruto fuera del lugar.

— Gracias por venir conmigo Shinki.
— Iré contigo al fin del mundo, de ser necesario ángel.

Boruto lo volvió a abrazar, en verdad necesitaba tenerlo a su lado. No se alejaría de Shinki por nada del mundo.

Ese día lo pasaron más que bien, en familia y felíz. Optaron por alejarse de todos y de todo. Necesitaban respirar un poco de paz.

Naruto y Sasuke se alejaron para estar juntos, como lo habían deseado y anhelado durante tanto tiempo.

Mitsuki, Boruto y Shinki entrenaron y pescaron juntos. Así al caer la noche, todos tenían qué comer. Hasta que Boruto se hubo recuperado pasaron muy agradables momentos.

Boruto y su papá compartieron momentos fascinantes juntos. Boruto lo llevó a las tumbas donde estaban su hermana y Jiraya.

Naruto rezó por sus almas y agradeció a su difunto maestro por haber cuidado a su hijo.

También pudieron comunicarse con Gaara, mediante el poder de Shukaku.

Así supieron que condenaron a muerte a los intrusos del viento, mandandole al rey de ese reino su descontento por su accionar.

Supieron que se juntaron los cinco reyes donde expusieron sus razones para hacer lo que hicieron.

Salvo Gaara y el reino del fuego, los otros cuatro reinos coincidieron en capturar a Boruto y matarlo.

A los biyuus que el joven llevaba en su interior los sellarían en vasijas sagradas. El Ichibi seria entregado al viento, mientras que el Nibi al agua.

Gaara exigió al viento una compensación por el ataque recibido. Así consiguió que el rey le entregase a su hermano menor como rehén.

El fuego seguía siendo el reino más poderoso de todos. Por tal razón, los demás reinos no se animaron a declararle la guerra.

Ahora Gaara tenía al príncipe del viento en el castillo bajo la estricta vigilancia de Itachi.

"Cuiden a Boruto, fue condenado a muerte"

"Descuida, eso haremos amigo"

Cuando Boruto se enteró de ello, sintió un odio tan intenso que decidió ir al reino del viento y matar al rey, al principe menor y a todos los hechiceros reales. No dejaría uno vivo.

Su padre fue el único, en esos momentos, que pudo contener su odio y ayudarlo a volver a ser el dulce y noble muchacho que normalmente era.

Necesitaban más que nunca generar lazos y entrenar para protegerse unos a otros, como la verdadera familia que eran los cinco.

Naruto pasó varios días junto a Boruto solamente, compartiendo momentos, alegrías y recuerdos de sus vidas. Se contaban sus cosas, sus secretos, sus vivencias mutuas y sus sueños.

Transcurrido un mes completo, los cinco estuvieron listos para proseguir con el viaje.

Esa noche previa, Shinki le confesó su amor a Boruto. El rubio lo amo con tal intensidad que se sintieron enloquecer.

— Shinki, no me abandones nunca....por favor....
— Descuida ángel mío, jamás me separaré de tu lado. Pero aún queda un gran camino que recorrer.

Se devoraron a besos junto al fuego de la habitación. Shinki le colocó el anillo en el dedo derecho a su amado rubio, éste hizo lo mismo con Shinki. Así formalizaron su compromiso.

— Siempre te amaré Shinki
— Nos casaremos cuando todo ésto acabe ángel mío.

Naruto, por su lado, se había vuelto muy insaciable. Esa noche le resultaría breve para satisfaccer su apetito sexual. Necesitaba a Sasuke con cada fibra de su ser.

— Sasuke....te....te necesito mi amor....
— Tranquilo amor, aquí estoy solo para tí.

El amanecer llegó y con él, un nuevo inicio para todos ellos. Luego de desayunar estuvieron listos para partir.

— Rumbo al reino del viento — decía Boruto — Mataré al rey.
— Lo haremos juntos hijo. No estás solo en ésto.
— Como la familia que somos — Prosiguió Mitsuki.
— Andando entonces — finalizó Sasuke.

Boruto abrió el portal y los cinco se perdieron dentro del mismo. Cuando se cerró, aparecía tras los árboles una jóven idéntica a Boruto. Era Himawari quién sonreía mientras murmuraba:

— ¿Ves Jiraya? No debes preocuparte por ellos. Se encontraron y estarán bien.
— Ya veo, que bueno.

Inmediatamente ambos se desvanecieron en el aire. Los espiritus esos al fin podían descansar en paz. Boruto y Naruto se encontraron y era lo único que les importaba a ambos.

Lo demás dependía de los caprichos y las vueltas del destino.

        











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