Shinki es el hijo del rey cuya monótona existencia dará un giro completo con la llegada al reino de un joven de dorada cabellera y voluntad de fuego.
Boruto es un huerfano que deambula de reino en reino, portador de una increible belleza que cautiv...
Shinki llegó justo a tiempo para liberar a Boruto quien estaba moribundo. Eliminó las lianas que estaban absorviendole el chakra y lo sacó del lugar cuya niebla era venenosa para quienes poseen chakra en su interior.
Lo llevó a la siguiente sala que estaba desértica, era rustica ya que las paredes, el suelo y el techo estaban hechos de piedra y tierra.
Allí el pelinegro colocó a Boruto en el suelo mentras éste respiraba bocanadas de aire con intensa desesperación.
— Respira Boruro por dios — le susurraba Shinki — S-Shinki...e-en serio eres tú ¿cierto? — Calma, está bien. Aquí el aire es puro.
Boruto lo abrazó con fuerza intensa llorando sin control. Shinki le respondió aquel abrazo con otro más tierno, necesitaba que se calme.
—Viniste por mí, me salvaste Shinki. Gracias. — Tú me llamaste ¿cierto? — Si, mi amor lo siento...
— Shhhhh — Shinki colocó su dedo índice sobre los labios de su amado dorado — Tranquilo amor, quien lo siente soy yo. Perdoname por ser tan idiota, como lo dijiste en la carta.
Boruto seguía llorando, solo deseaba que ese hermoso pelinegro lo ame con locura nada más. Shinki acariciaba su mejilla con dulzura.
— Ya no llores más mi vida, por favor te lo pido. — Solo dime que me amas. — Jamás dejé de amarte Boruto, jamás.
Shinki se quito el anillo y a su vez le quitó el anillo que el rubio llevaba puesto, para volver a ponerle el otro. Boruto le colocó el otro anillo a Shinki sin dejar de mirarlo con amor intenso.
— Esta vez si es para siempre Boruto te lo juro — Para siempre entonces
Ambos se besaron con pasión intensa, pero justo en esos momentos el suelo donde se encontraban se desboronó abriendose a sus pies. Ambos cayeron al subsuelo sin soltarse en ningún momemto.
Al dar contra un duro suelo el aire se les fue de sus pulmones en breves instantes. Pero fue solo un segundo nada más.
Cuando se recuperaron al segundo siguiente se incorporaron para ver el sitio donde llegaron. Era la prisión de los Ootsutsukis. Pero sus cuerpos yacían sin vida en el suelo, o más bien sus esqueletos.
A unos cuántos metros de altura, había burbujas transparentes en cuyo interior estaban sus almas aprisionadas. Boruto contempló aquello más que asombrado. Esa cueva los mató a todos.
— Momoshiki — murmuró al tiempo que las lágrimas humedecían su rostro — No puede ser posible.
Está muerto galán.
Pero no es libre aún muchacho. Podrías ayudarlo a descansar en paz.
¿Saben cuál es él chicos?
Los bijuus le mostraron cuál de todos es él. — Shinki necesito salvarlo, es importante para mí que Momoshiki descanse en paz.
—¿Momoshiki? ¿Quién es? — Aquel que cuidó de mí cuando Jiraya fue asesinado. Su alma está aprisionada aquí. — Hazlo amor, liberalo pero después volveremos a casa ¿de acuerdo? — De acuerdo.
Boruto se concentró para acumular chakra y así romper la esfera que aprisionaba a Momoshiki. Una vez libre el Ootsutsuki se corporizó frente suyo. Su expresión mostraba un intenso dolor.
— Cumpliste tu palabra muchacho. — Por supuesto Momoshiki. Pero tú... — No llores Boruto, está bien. Fuí yo quien tomó la decisión, me la busqué.
— Vete Momoshiki, antes de que te vuelvan a atrapar. Descansa en paz. — Eres una gran persona muchacho. Gracias, muchas gracias.
En esos momentos su alma desapareció frente de ambos. — Descansa en paz amigo.
Cuando el alma de Momoshiki dejó este mundo, recién Boruto respiró aliviado. Estaba listo para volver a casa con su amado Shinki.
El pelinegro lo abrazó con amor intenso. —¿Listo para volver amor? — Miy listo
Boruto activó el portal espacio – tiempo para volver al palacio real, donde su papá y su hermano lo esperaban.
— Tendrás mucho que explicar mi vida — le dijo Shinki — Me lo imagino amor, me lo imagino. Pero no me dejarás ¿verdad?
— Jamás volveré a cometer ese error — el pelinegro con abrazaba con fuerza — Jamás. Te amo demasiado para hacer eso.
El portal se abrió, y ambos desaparecieron del lugar cerrándose el portal al instante siguiente.
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