REGRESO AL PALACIO REAL 🎭

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Habían llegado al recinto de los condenados y Mitsuki sujetó a Boruto para dirigirse a su habitación. Sabía que debía demostrar continuamente que el rubio era suyo para que pueda estar tranquilo.

Una vez en el cuarto solos y tras haber conjurado el escudo protector, recién Mitsuki y Boruto pudieron relajarse.

El rubio se tiró a la cama respirando aliviado:
— Ah estoy muerto — murmuró sintiendo cómo el cansancio se iba adueñando de su persona.

— Duerme Boruto, hoy no fue un buen día lamentablemente. Veremos cómo se presentan las cosas mañana.
— Shinki...interesante...

Mitsuki frunció el ceño al oirlo murmurar aquello, no le gustaba nada que su amigo se interese en alguien que no valoraba la amistad como Shinki.

Ya le explicaría cómo funcionaban las cosas cuando esté despierto y de mejor ánimo.

Cuando Boruto se durmió profundamente, el peliazúl salió de la habitación conjurando nuevamente el escudo para que Boruto esté protegido.

Debía buscar comida de alguna forma y eso haría. Volvió a salir, fuera nevaba y el frío calaba sus huesos. Se envolvió con su capa azúl colocandose la capucha.

Pediría en alguna esquina sin rendirse. Boruto necesitaba comer y él tenía que llevar algo al recinto o no podría pasar otra noche allí.

Las personas pasaban sumergidas en sus propios mundos, viviendo sus afortunadas vidas sin importarles los demás. Mitsuki suspiró apesadumbrado, nunca se acostumbraría a ese tipo de vida. Nunca.

Al recordar a su padre adoptivo y maestro el dolor volvió a invadir su alma. Tanto él como su maestro fueron traicionados pero al menos él podía moverse con libertad.

Su maestro en cambio había sido encerrado en la peor de las prisiones. Ojalá pudiese volver el tiempo atrás, así le evitaría vivir aquel martirio.

El frío molestaba mucho más cuando su estado anímico empeoraba. Si tan solo pudiera salvar a su maestro, quizás las cosas fuesen diferente. Pero era imposible aquello.

Shinki. La imagen de quien fue en una época su mejor amigo volvió a él una vez más, ocasionándole dolor y furia.

—Si tan solo hubieses confiado en mí...maldita sea Shinki...yo sí creí en tí.
Suspiró apesadumbrado, sabía que nada ganaría lamentándose por lo que pudo haber sido y no fue.

El frío se volvía más insoportable conforme avanzaba el día y caía la noche. Tendría seriamente que pensar en buscar otro lugar dónde quedarse porque no podría llevar nada de comer esa noche.

¿Dónde podrían pasar la noche? Maldita sea su suerte.
— Maestro...te necesito tanto...

Susurró al tiempo que sentía que iba adormeciendose. Malo, muy malo porque podría morir. Pero sus fuerzas habían llegado a su fin, la batalla con Kawaki lo había dejado exausto.

Boruto. No podía dejarlo así, mucho menos en ese lugar tan peligroso. Se obligó a sí mismo a colocarse de pie y a empezar a caminar.

Las imágenes se le desdibujaban, el mareo amenazaba con voltearlo. Había pasado todo el día sin probar bocado y para colmo empleó grandes cantidades de chakra.

Sujetándose de las paredes fue dirigiendose al recinto de los condenados. El frío lo hacía tiritar pero usó toda su voluntad para llegar a destino.

Allí el líder Orochimaru le informó que según las reglas tanto él como Boruto debían abandonar el lugar. Mitsuki apenas respiraba, sus labios estaban morados y su piel extremadamente palida.

AYÚDAME  (ShinBoru) (SasuNaru) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora