Síndrome de Estocolmo JimSu +21

Juicio parte 1.1

YoonGi solo quería que la tierra se lo tragar en esos momentos, su madre y padre derramaban lágrimas amargas y su hermano no podía con la impotencia.

—Doctora SuRan, aparte del jóven Min, ¿quién más se ha “encariñado” de esta forma con usted?

—De hecho tengo seis pacientes con la misma condición.—  respondió con tranquilidad.

—¿ha oído hablar de la comunidad bdsm, doctora?

—objeción su Señoría, relevancia.— interrumpió la fiscal, el juez miró al abogado.

—tengo un punto, Señoría, se lo prometo.— argumentó con súplica.

—objeción denegada. Señor YongHwa vaya al grano, y rápido.

—conozco algo— contestó la testigo.

—¿conoce el bondage?— asintió dos veces a modo de respuesta. —¿cree posible que la práctica de esta, pueda generar las marcas ya vistas en el joven Min?— miró directamente a SeoMin con una sonrisa al escuchar la respuesta.

—es posible, si.

—entonces, ¿no cree que es un poco precipitado decir que mi cliente abusó a Min YoonGi? Los juegos sexuales son habituales en las parejas.— la mujer quedó en silencio por unos minutos.

—El estado psicológico en el que se encontraba la víctima confirmó que no disfrutó para nada aquellas prácticas.— refutó la contraria.

—Pero su campo no es psicología ¿o me equívoco?

—No, no lo és.

—entonces dejemos la estabilidad mental del paciente para alguién experto.— la mujer selló sus labios, derrotada por el abogado solo le quedó retirarse.

—Señorita Kim, puede llamar a su siguiente testigo.— anunció el juez.

—Si me lo permite, haré un cambio en el orden.— el hombre en el estrado asintió con aburrimiento. — la Fiscalía llama como testigo a Jung HoSeok— anunció. Los cuchicheos llenaron la sala y la cara de SiWon no podía ponerse más roja del enojo.

—Órden.— demandó una vez el testigo estuvo en su lugar.

—Señor Jung, expliquenos qué relación tiene con el Señor Min.

—Bueno, YoonGi y yo hemos sido mejores amigos durante toda su infancia y parte de su adolescencia, y también fuimos pareja, aproximadamente tres años y medio.

—Podria decir que se conocen de toda la vida, ¿no?— el testigo asintió. —Como ex pareja, ¿alguna vez mantuvieron prácticas sadomasoquistas u otra clase de fetichismos?

—No, jamás.— negó efusivamente. —YoonGi tiene su lado serio y, así mismo, uno sensible y sumiso. Pero nunca se sometería voluntariamente a esa clase de actividades.

—cómo está tan seguro.

—hemos experimentado un par de veces, pero en ninguna ocasión nos pareció bien.

—¿usted es fetichista?

—un poco, sí. Y creo que esa fue la razón que impulsaba a YoonGi a querer experimentar, quería complacerme, pero jamás pondría mi propio placer por sobre el bienestar de mi pareja.

—¿Ama al  señor Min?

—Desde siempre.

—Si tuviera oportunidad, ¿sería nuevamente su pareja?

—Por supuesto, pero entiendo que su corazón ahora pertrnce a alguien más y solo le deseo felicidad.

—Muchas gracias por su testimonio, señor Jung.— el nombrado solo asintió, seguro de que estaban ganando terreno.

—¿alguna vez escuchó la frase “lo único constante es el cambio”?— preguntó la defensa.

—Si.

—Y como usted bien mencionó, Min YoonGi lo cambió por mi cliente, es solo un ejemplo. Y aquí la pregunta: Si fué capaz de reemplazarlo ¿no sería también capaz de cambiar sus gustos sexuales?

—Objeción, está especulando.

—Lo retiro.— dijo fugaz. —¿por qué terminó  su relación con Min YoonGi?

—YoonGi estaba interesado en otra persona.

Su mirada viajó hasta encontrarse con la del pálido, Lucía algo conmocionado, no es que ventilar sus vida privada le agradaba, pero hacía esto por el bien de YoonGi, y él, parecía no entenderlo.

—Eso es todo señor Jung, puede retirarse.— demandó el juez.

El muchacho asintió y camino bajo la atenta mirada del jurado, esperando que ellos crean en sus palabras.

—Su Señoría, si me permite expresar, esto está siendo demasiado largo y tedioso para las personas. Sugiero que llamemos a declarar de una vez a Min YoonGi.— comentó YongHwa.

El hombre asintió tocando su barbilla. — nos tomaremos un receso de veinte minutos, en ese lapso hablaré con los abogados y tomaré mi desicion.— demandó golpeando su martillo.

Cinthya