Sesión cuatro

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—¿cómo estás con los medicamentos?— preguntó sentándose esta vez al lado de su paciente.

—Bien, aunque aún no controlo la parte del sueño.

—¿y tu apetito?

—disminuyó un poco, ¿eso es malo?— preguntó consternado.

—No, es normal con los fármacos. Pero es importante que te alimentes sanamente.— el pelinegro asintió. No sabía por qué, pero desde el  día del juicio sentía más confianza con JiMin, no quería ocultarle nada. —¿has tenido pesadillas?— preguntó mirando sobre sus lentes mientras seguía garabateando en una hoja.

Contuvo la respiración un segundo, ¿cómo es posible que leyera su rostro de esa forma? ¿Era transparente para él? —Yo... Si, he tenido demasiadas últimamente.— guardó silencio un minuto mientras Park se concentraba únicamente en él.

—H-hay un hombre que quiere ahorcarme y si risa es espeluznante, siempre está en la oscuridad, escondido. L-luego aparece SiWon y me jura a-amor mientras... — su voz se quebró e incontables lágrimas escaparon de sus pequeños ojos. — mientras me golpea..  Ni siquiera puedo  moverme o hablar, después de eso la oscuridad me atrapa y es cuando despierto.— término de contar secando sus lágrimas.

—Yoonie, te amo.— escuchó decir.

—¿Q-que?— atónito observó al hombre frente suyo ponerse de pié y caminar a paso rápido hasta él, repitiendo una y otra vez que lo amaba.

A unos escasos centímetros de su cuerpo y como ambas manos en sus antebrazos, sosteniendolo firme pero suave le dijo: —Siempre he estado enamorado de tí, y es momento de que seas mío.— gritó la más fuerte que pudo, alejándose del contrario.

Cayó de su silla hacia un frío suelo de oscuridad, se arrinconó en la primera esquina que estuvo a su alcance, temblando y llorando, tan lejos de la realidad como la tierra del sol.
Otra persona irrumpió en el lugar, no lograba distinguir su rostro, ni siquiera si era un hombre o una mujer, su voz le sonaba muy lejana. La iluminación variaba constantemente, a veces lo encandilaba totalmente y luego parecía que iba a apagarse del todo. La gente se acercó cautelosamente hasta él.

—esto te hará sentir mejor.— distinguió la voz de JiMin entre tantas voces que se reproducían a la vez. El brazo le picó por un segundo antes de que la oscuridad lo  consumiera por completo.

Al abrir los ojos se encontró con los de su madre, la preocupación brotaba de aquellos iris negros y se notaba que había llorado por un buen rato.

—Mi niño, ¿estás bien?, ¿te duele algo?, ¿quieres agua, comida? — habló ansiosa.

—Estoy bien, mamá.— sonrió para reconfortarla al menos un poco. —¿Dónde estoy?, ¿qué me pasó?...— las imágenes llegaron como un balde de agua fría sobre él, y sus manos empezaron a temblar incontrolablemente.

—Tranquilo, bebé. Estas conmigo, estas a salvo.— entrelazó sus dedos con los de su hijo después de presionar el  botón para llamar a las enfermeras.

—Señor Min.— saludó Park al entrar en la habitación. —¿Cómo se siente?— su madre se alejó para que el médico lo revisara. Pasó un par de veces una pequeña linterna por sus ojos. —¿le duele algo?— siguió hablando mientras le tomaba el pulso en la muñeca, mirando su reloj.

—E-estoy bien, solo me duele un poco la cabeza.— murmuró, incómodo por el toqueteo incesante del rubio.

—Abra la boca.— pidió con seriedad. Obedeció mientras él inspeccionaba sus dientes y movía su cabeza hacia todos lados. —ordenaré placas de relajamiento.— le dijo a su madre para luego  mirarlo directamente. —Aún tienes nieveles elevados de adrenalina por eso no sientes dolor, cuando termines de relajarte tus dientes y cuerpo doleran como nunca.— advirtió. —estarás aquí está noche, para controlarte, las enfermeras vendrán a suministrarte calmantes más tarde.

—¿Puedo preguntar qué pasó?

—luego de contarme tu sueño sufriste de alucinaciones debido a la crisis nerviosa. Traté de controlarte pero solo agravé la situación, comenzaste a auto infligirte daño, llorabas y gritabas cosas sin sentido aparente. Una enfermera llegó y te sedamos.— tomó su brazo y  le mostró la diminuta marca de la aguja. —YoonGi, no me mientas, ¿Has tomado adecuadamente los medicamentos?— su voz y su postura rígida le provocó ganas de llorar, jamás pensó ver molesto al sonriente y curioso doctor.

—L-lo siento, creí que no habría diferencia si dejaba de tomarla en la tarde.

—Créeme que entiendo lo difícil que es esto, sé como te sientes. Pero debes entender que trato de ayudarte, esto es por tu bien, tienes que ser completamente sincero para saber como tratarte.— el pelinegro asintió avergonzado por la reprimenda.

—gracias por su ayuda, doctor Park.— la mujer hizo una reverencia hacia el nombrado junto a su hijo, él regresó el gesto.

—Es un honor para mí. No dude en llamar a la enfermera ante cualquier problema, por más pequeño que parezca.— y con esa recomendación se retiró de la habitación.

Su madre se acercó y le dejó un suave beso en la cabeza. Pero había algo que no dejaba de rondar su cabeza, ¿cómo sería escuchar un “te amo” de los labios de JiMin?









¡Volví! Lamento mucho no  haber contestado sus comentarios y tampoco haber actualizado  pero últimamente he estado muy estresada y ocupada con los estudios.
Espero poder actualizar nuevamente en estos días.
Hasta pronto, cuídense :)


-C

Síndrome de Estocolmo JimSu +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora