Juicio parte 2.1

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—Objeción— antes de que dijera otra palabra el juez lo interrumpió.

—No hay nada que objetar, abogado. Considero indispensable el testimonio del señor Kim para evaluar aspectos de la vida del acusado, y considerar un veredicto justo. Prosiga, fiscal.

—¿Está seguro?— le preguntó al testigo.

—Vengo de una familia disfuncional, siempre estuvo presente la violencia doméstica. Fácilmente puedo identificar este tipo de casos.

—¿Podría relatarnos cuándo fue a primera vez que sucedió el hecho de violencia?— la abogada se recargó en la parte delantera de su escritorio.

—Mi día comienza a más tardar a las siete de la mañana. Los fines de semana me dedico al aseo y cuidado de mi casa. Como de costumbre comencé a regar mi jardín, luego planté algunas en los límites de mi casa con la de SiWon, fue entonces que llegó su pareja. No cargo reloj así que supongo deberían haber sido las siete con cuarenta de la mañana. 

 —¿Cuánto tiempo pasó desde que llegó, hasta que usted se dio cuenta de lo que ocurría?

—Una hora media. No me considero una persona chismosa, pero ese día algo me detuvo a escuchar lo que sucedía. El señor gritó algo que no entendí, supongo que dijo "harás lo que te ordene" o algo así. Luego escuché un portazo, después de eso comenzaron los gritos de SiWon pidiendo que se detuviera 

—¿Qué hizo usted?—cuestionó con voz suave.

—Llamé a la policía, acudieron de inmediato. Al parecer, ellos no lo consideraron algo importante, salieron acompañados de ese hombre, charlando como si fueran viejos amigos. Cuando los agentes se fueron me dedicó una mirada tan espeluznante que ese mismo día coloqué cámaras de seguridad.

—Evidencia número dos.— anunció SoMin. — ¿Podría relatarnos que sucede en el video?

—El video está grabando la parte delantera de mi casa, es de las cámaras que había colocado el día anterior. Volvía de una caminata con mi perro, en ese momento, el hombre que se acerca es la ex pareja de SiWon.

Las imágenes pasaban, mostrando un día que parecía normal para una persona, hasta que la silueta de un hombre saltó la cerca, en menos tiempo del que le tomó reaccionar lo tenía frente a frente gritando y amenazando.

—Dijo: "La próxima vez que metas tus narices en mis asuntos lo vas a lamentar". Yo estaba aterrado, sentí que volvía a tener cinco años. Por suerte, mi perro me sacó de mi trance, le ladraba e intentaba morderlo, como se muestra en el video. Le respondí que no le tenía miedo, y que si seguía lastimando al muchacho se las vería conmigo. En ese momento se marchó, no sin antes recordarme que me arrepentiría.

—Según vemos en la hora del video, esto sucedió temprano.— el joven asintió. —¿Qué pensó al respecto de las amenazas?

—Realmente estaba aterrado, así que le comenté todo lo sucedido a mis amigos.

—¿Alguna vez denunció este hecho?

—Si, lo denuncié junto con el asesinato de mi perro, pero la policía no hizo caso, me dijeron que no había nada que probará que fué ese hombre.

—Aquí está registrado el asesinato de su mascota, fue el mismo día, y aún así se negaron a ofrecerle ayuda.— Mientras corría el video saltó a unas horas más adelante, donde sólo se mostraba su perro en tranquilidad.

El perro se puso alerta de repente y comenzó a ladrar, luego fue arrojada una bolsa, cerca del animal, quien la comió, al parecer, gustoso. A los minutos empezó aullar y llorar, en ese momento el dueño de la casa salió en rescate de su mascota, pero ya era muy tarde.

—Objeción, ¿cómo sabemos que fue por obra de él hombre y no de algún malestar o enfermedad previa a esto?.— el juez miró al testigo, esperando su respuesta.

—El veterinario lo examinó, dijo que en su estómago encontró carne mezclada con vidrios, lo que desgarró varios de sus órganos y por eso murió. Nadie tenía nada en contra de mi mascota, nunca había ladrado a nadie, hasta que apareció SiWon y su novio.

—¿Cuándo fue que la pareja del acusado lo "dejó"?, por así decirlo.

—Ese día, nuevamente escuché los gritos y golpes, me asomé a una de las ventanas, que daba vista a la casa de ellos, de repente SiWon saltó desde la ventana de un segundo piso, se golpeó fuerte pero no le importó, se levantó lo más rápido que pudo, cruzó la cerca y golpeó frenéticamente mi puerta. Desde luego lo ayudé, llamé a la policía y a una ambulancia. Ese día el hombre se marchó de allí, salió como un día cualquiera,  pero nunca regresó. Cuando los médicos revisaron a SiWon, dijeron que era sometido a varios tipos de sadismo y masoquismo.

—¿Y luego?

—Luego de aquello, SiWon insistió en volver a su casa, se negó a hacer algún tipo de denuncia, y fingió que nada había pasado. Pasaron los días, y, aunque intenté acercarme a él, prefirió evitarme.

—¿Y el joven Min?, ¿Cuándo lo conoció?— preguntó suavemente.

—La familia Min vive a dos calles, ellos ya vivían allí cuando me mudé. A YoonGi lo conocí desde que era adolescente, no parecía muy sociable, hasta que un día nos cruzamos y hablamos un poco. Siembre que salía a caminar me saludaba y pocas veces se detuvo a conversar.

—¿YoonGi, conocía al acusado?— cuestionó.

—No.— Respondió firme.

—¿Cómo está tan seguro?

—Aproximadamente seis meses después de que aquel hombre desapareciera, SiWon y yo manteníamos una charla casual, cuando YoonGi pasó, haciendo su rutina, y me saludó. Al parecer captó su atención días anteriores, porque comenzó a preguntarme cosas sobre él.

—¿Cosas como qué?— trató de hacer énfasis en esa charla.

—Me preguntó, si lo conocía, si era su amigo, cuantos años tenía, si siempre pasaba a esa hora. En ese momento comentó que era tierno, y nunca volvió a hablar de él, por eso no sospeché nada.

La fiscal sólo asintió. —¿Quiere agregar algo más?

El testigo negó y la rubia se dirigió a su asiento.

—Durante casi diez años estuvo escuchando a SiWon sufrir, ¿es cierto?— preguntó la defensa.

—Si, pero no podía hacer nada.— trató de explicar.

—¿No puedo llamar a emergencias?, ¿o a alguien que lo ayudara?

—La policía no me escuchaba y al parecer estaban de su parte.

—¿Entonces porqué no reportó este hecho con alguien más?

—Tenía miedo.

—Mi cliente lo tenía más, y no solo eso. SiWon tuvo que aguantar los hechos que usted relata solo por que temía hablar.

—Objeción, está hostigando al testigo.— dijo rápido SoMin.

—Al lugar. Señor YongHwa, absténgase de señalar al testigo, cuando demostró con pruebas de que realmente fue amenazado, y, por ende, tenía miedo.— habló firme.

—No tengo más preguntas, su señoría.

—La fiscalía llama al detective Wang Jackson a declarar.






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Síndrome de Estocolmo JimSu +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora