Visita: parte 1

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—Choi SiWon, tienes visita pedazo de escoria.— anunció el guardia abriendo las rejas de su celda. Cuando el nombrado se acercó a la salida el oficial tomó bruscamente sus brazos para colocarle las esposas.

Llegando al área de visitas la ansiedad carcomía al preso. ¿Acaso por este era el momento que tanto esperó? ¿Estaría allí su amado, desesperado por verlo, tanto como él?

Una vez en la sala sus ojos se enfocaron en la persona que llevaba cabellera rubia. Sus ojos brillaron y sintió desfallecer en ese mismo instante.

—Choi SiWon.— pronunció firme. No contestó al llamado, no podía pensar en otra cosa que no fuera aquel chico frente a él.

Su sedoso cabello rubio, sus rosados labios, su naricita de botón y aquellos ojos avellanas que lo miraban con desicion. Sin dudas era perfecto, con su elegante traje entallado.

Volvió a la realidad cuando el hombre movió su mano frente a él, con el objetivo de llamar su atención. —Estoy aquí por su pareja.— informó tomando asiento, acción que copió inmediatamente sin quitar la vista del apuesto joven.

—¿Mi pareja? ¿Habla de YoonGi?— cuestionó sin mucha importancia.

—No, el señor Min no es su verdadera pareja.— habló sin titubeos. —me refiero a MinHo.

Se sintió temblar ante la mención del nombre, y podía vislumbrar una pequeña sonrisa de parte del desconocidos por su reacción.

—No tengo nada que ver con él. Mi única pareja es Min YoonGi, vive a dos manzanas de mi casa junto con sus padres y hermano. Estamos felizmente juntos hace dos años.— contestó brusco, casi colérico. No tenía derecho de burlarse de él, no iba a permitirlo.

—Suena a que es una persona posesiva, Señor Choi.— comentó al aire.

—¿Estás burlándote de mí?— gruñó molesto —Quién demonios eres.

—Que rudeza de mi parte. Soy Park JiMin, psiquiatra especializado.— su habla elegante lo dejó mudo. No podía concentrarse, no cuando tenía esos carnosos labios moviéndose provocativamente. —Solo he venido a hacer una pequeña evaluación superficial, nada importante.— mencionó.

—Es usted interesante, Park JiMin.

Sus ojos mostraron un brillo peculiar, no entendía aquello, mucho menos la presencia de un psiquiatra con él. Pero ahí estaba, como una aparición frente a sus orbes, buscando meterse en su cabeza.

—¿es usted sodomizado frecuentemente?— su sonrisa se borró al instante, le había dado un golpe bajo.

—¡¿Quién te crees para hacer esa clase de preguntas?!— gritó colérico.

—¿Problemas para controlar la ira?— continuó sus preguntas.

—No responderé. Es usted una bestia.— aseguró con desprecio.

—No se ofusque, Choi. Son simples preguntas, pero si le estoy incomodando me retiraré en este momento.—

Maravilloso, es como caracterizaba Choi SiWon el habla del rubio. Todo en él destilaba elegancia, un ser perfecto se mire por donde se mire. —¿Se va?— preguntó cuando el otro se puso de pié.

—Si. Me parece que el ambiente no es muy adecuado para seguir mi evaluación.— contestó en tono neutro.

—¿Volverá?

Frunció el ceño en confusión, dió un leve asentimiento a modo de respuesta. Antes de desaparecer de la sala de visitas escucho como gritaban “un placer, doctor Park”.

—Es hora de volver a tu celda.— demandó un guardia en tono brusco, y de la misma forma lo guió al lugar mencionado.

Desde su cama los pensamientos desordenados ahora eran tenían menor efecto, y posiblemente extrañaba menos a Yoonie.

Síndrome de Estocolmo JimSu +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora