sesión dos: relato

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—me dijo que no hablaría del tema, y que no intentara escaparme porque me perdería.— explicó —decidí hacerle caso, no quieria terminar asesinado o algo peor.— negó con su cabeza. —Estuve encerrado en la habitación por más de un mes, por voluntad propia, el jamás había puesto seguro ni había intentado algo más conmigo. Solía hacerme compañía, hablabamos y poco a poco comencé a darme cuenta de mis sentimientos. Me negué rotundamente en un principio, no quería tener nada con la persona que me secuestró, lo que si no podía era controlar mis latidos desenfrenados cada vez que me sonreía. Y un día le pregunté, y aunque muchas veces evadió el tema, ese día no lo hizo. No me importaba demasiado ya una respuesta, después de todo iba a huir esa noche.

“—Si Yoon, te secuestré, pero fue por tu bien.—”

—¿Cómo era aquello posible? Estaba lunático, no te llevas a una persona por su propio bien, le dije, más bien le grité. Y respondió todas mis dudas.

“—En realidad vivíamos en el mismo vecindario, siempre quise hablar contigo pero no me atrevía, te veías demasiado gruñón.— soltó una risa. —un día escuche hablar unos tipos en el bus. Planeaban como atraer a un chico a una trampa, no quería meterme, no era mi asunto. No hasta que mencionaron tu nombre, te llevarían a las seis, después de que vuelvas de tu caminata diaria. Te torturarían por venganza, querían que sintieras todo lo que le hiciste a una tal HiHye.— contó serio. —Fuí a advertirte pero llegaron antes que yo estaban detrás de tí y solo pude tomarte a la fuerza, conducí por horas y llegué a este lugar. Ni siquiera se donde estamos, la casa estaba sola y la gente de aquí no parece ser buena. Realmente lo lamento YoonGi, traté de que volviéramos a casa pero no lo logré.— comenzó a llorar frustrado, pasando sus palmas por su rostro.”

—Fue suficiente para mí. El chico estaba deshecho y todo por mi culpa, solo intentó ayudarme y a cambio solo le dí desgracia, perdió su casa, sus padres, su auto.— negó lentamente, unas finas largas bajando por su mejilla. —Me contó que fue con la policía pero nadie le creyó y lo amenazaron de que si algo me pasaba él sería el principal sospechoso e iría a la carcel de por vida. Le dije que no se preocupara, que no diría nada. Me quedé con él esa noche, y la siguiente, y en poco tiempo ya me sentía en mi propio hogar, solo los dos. Aquellos sentimientos se reforzaban con el pasar de los días, al igual que los de él y pronto comenzamos a ser pareja. Vivimos bien por mucho tiempo hasta el día que irrumpieron en nuestra casa.

“—¡Al suelo! ¡Al suelo, maldito!— gritó uno de los uniformados. En el momento en que SiWon se puso de rodillas corrieron a esposarlo con movimientos bruscos. Y a él lo escoltaron rápidamente hacia afuera.

—YoonGi, recuerda lo que hablamos— fué lo último que escucho de su pareja antes de que se lo llevaran.”

—Fue tan reconfortante volver a casa, todo estaba como siempre, las caras no eran las mismas. Todos ellos tenían pronunciadas ojeras y se notaba lo delgados que estaban, incluso papá había vuelto a fumar. Todo ese tiempo había sido egoísta, jamás pensé en la falta que le había a mi familia y lloré, lloré porque le había causado mucho daño a las personas que amo. Fui mimado como cuando era niño, tenía tanto amor que no cabía en mi mismo. Escuché la conversación entre mis padres, hablaban de las estrategias del abogado, de como hundirían a Choi SiWon en un pozo negro para que jamás vuelva a ver la luz del día. Me negué, le pedí que retirara de inmediato los cargos, que yo me había ido con el por mi propia voluntad. Obviamente no me creyeron y contemplaron la posibilidad de mandarme a terapia. Insistí y aún lo hago en que deben dejar libre a mi novio, y por eso me mandaron aquí, contra mi voluntad.— término de relatar.

—Puedes irte si gustas, no te obligaré a nada.— anunció el médico, esperó alguna respuesta o que saliera por la puerta pero nada de eso pasó. —Hay algo que me da vueltas de la historia. ¿Eso fue lo último que te dijo? ¿No un te amo, ni un te quiero?— preguntó confuso, el menor solo negó. —Bien— trazó algunas palabras en su cuaderno y volvió a centrase en su paciente.

—Hasta el momento antes de que te contara la verdad, ¿también querías ver a Choi tras las rejas?

—Eso fue antes de saber que me salvara la vida.— contestó a la defensiva.

El rubio solo asintió. —¿Con cuánta anticipación sabía del secuestro?— implantó la duda por fin, lo vió en rostro confuso y en su silencio que no sólo decía la incógnita que tenía de aquel hecho, si no que también se preguntaba millones de otras cosas. —Si tenías la oportunidad de escapar, ¿qué te detuvo? Quiero decir, tenías todo planeado pudiste salir de allí en cualquier momento.— otra duda más, estaba logrando hacer que pisara la realidad de a poco. —¿alguna vez te golpeó?— cuestionó suave, casi con miedo.

—¡¿Qué?! ¡¿Q-qie clase de pregunta es esa?!— el temblor en sus manos no pasó desapercibido, y aunque lo negara era evidente que SiWon ejerció violencia con él, se notaba a leguas que no era un chico fácil de manipular, eso sumando que fue mimado la mayor parte de su vida, alguien al que simplemente Choi no llegaba ni a sus más bajas expectativas.

Suspiró, quería mantenerse sereno. —Las parejas tienen días difíciles, solo quiero saber que tan malos eran. Por ejemplo, mi ex-novia de la secundaria trató de apuñalarme cunado le dije que quería separarme de ella. ¿Alguna vez te amenazó o algo si lo dejabas?— preguntó cauteloso.

El silencio durante unos minutos le dieron paso a dar por terminada la sesión. —Es todo por hoy, Señor Min. Espero verlo mañana, trataré de ser puntual. Pídele esto a mi secretaria.— le extendió un papel con, a su parecer, varios garabatos.

El psicólogo acomodó sus cosas y se colocó su saco negro, hasta ahora se había dado cuenta de que había ido con traje. Llegó hasta la puerta y la abrió, dándole paso a él. Llegaron hasta el puesto de la mujer y ambos se detuvieron allí.

—Iré a ofrecer mis condolencias y volveré. Por favor llama a ChaeRin y dile que se ocupe de Young hasta que llegue. Que tenga buen dia Señor Min.— se despidió y caminó rápidamente para perderse en los pasillos.

—Uhm.. El doctor Park dijo que le entregará esto.— le entregó el papel.

La Secretaría lo recibió con una sonrisa escribiendo algo en su computadora. —Las indicaciones dicen que tome una en la mañana y otra en la tarde.— anunció rebuscando en uno de los cajones hasta sacar dos cajas de pastillas. —Sea responsable por favor.— pidió con una reverencia entregándole los medicamentos y la receta en una bolsita, aunque el transfondo de aquellas palabras lo dejó paralizado unos segundos.

Caminó hasta su auto, ¿de verdad creía que iba a empastillarse con su propio medicamento? Esos médicos si que estaban locos, el recuerdo de la conversación entre el doctor Park y su asistente le llegaron como un flash, ¿será que lo decía por eso?

Llegó a casa, subió hacia su habitación dejó su medicina en la mesita de noche y fue a ducharse. Cambio su ropa por algo más cómodo y bajó a buscar algo de comer. Pero habia algo que no salía de su cabeza, todas las preguntas de Park rondaban por su sistema y por más que intentaba no encontraba respuesta. Lo mejor sería preguntarle directamente a SiWon.






¡Capítulo doble! ¿Será que YoonGi habla con SoWon? Será que le cree a él ó empieza a confiar en JiMin
Todas estas dudas y más en el siguiente capítulo.

Cuídense, tomen agüita y coman verduras. Un beso








Cinthya

Síndrome de Estocolmo JimSu +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora