CAPÍTULO 27

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"La fiesta"

Pasaron dos meses y Aidan y yo seguíamos sin hablar. Yo había dejado de ir definitiva al Starbucks pero seguía viendo a Mau, ahora éramos muy buenos amigos. Tampoco hablaba con Roby, pero Dani sí lo hacía, ellas se llevaban muy bien. Yo llegué a pensar que Daniela me estaba cambiando por Roberta, pero sólo eran mis celos, Dani nunca me reemplazaría, y si lo hacía, al menos seguía teniendo a Mau, ok no, pero sí.
Un día estaba en la cocina de mi casa, había bajado por agua, agua era ahora lo que bebía mientras leía. Tocaron la puerta y abrí.
–¿Roby? Uh, hola. ¿Qué haces aquí? -pregunté sorprendida-
–¡Hola! Me gustaría hablar contigo -dijo sonriendo-
–Ok, pero, ¿cómo sabes dónde vivo?
–Aidan me lo dijo. Entonces, ¿qué dices si sólo caminamos por ahí, damos una vuelta y hablamos? Por favor
–Está bien -le sonreí y empezamos a caminar-
–Ok. T/N, primero que nada, me gustaría pedirte disculpas -comenzó a decir, parecía realmente apenada-
–¿Disculpas? -pregunté con confusión-
–Sí, Aidan me contó todo lo que pasaron juntos y...
–¡Espera! ¿Todo? -dije ligeramente alterada-
–Bueno, según Aidan, sí, todo. Pero yo siento que sólo me dio detalles relevantes, no te preocupes -me sonrió- Como te decía, discúlpame, yo no sabía que entre Aidan y tú había algo, de haberlo sabido, te juro que jamás hubiese intentado algo con él -se disculpó-
–Está bien, no tienes que disculparte, al contrario, discúlpame tú a mí por haberte mentido sobre la orientación sexual de Aidan -le di una sonrisa atenuada-
–No pasa nada, entiendo por qué lo hiciste -me sonrió- Entonces, ¿todo bien entre nosotras?
–Sí, todo siempre ha estado bien entre nosotras -le sonreí-
–Cool. Igual, yo también vine porque quiero invitarte a mi fiesta de cumpleaños, me gustaría que fueras
–Claro, ¿cuándo es?
–¡Hoy! -dijo sonriendo-
–¿Hoy es tu cumpleaños?
–Sí -rio-
–Pues, ¡feliz cumpleaños! -le do un abrazo-
–¡Gracias! Entonces, ¿vendrás? Ten, esta es la dirección de mi casa, la fiesta empieza a las 8:00pm -me dio una nota con su dirección escrita- También invité a Dani ya, y ella dijo que iría, sólo faltas tú -sonrió-
–Uh, Roby, es que no sé si pueda, digo, tengo que pedir permiso primero y...
–¡Por favor, T/N!
–Ok, te prometo que intentaré ir -sonreí-
–Tomaré eso como un "sí". Te veo en la noche, bye. -dijo y luego se marchó-
Regresé a casa.
–¿Dónde estabas? -preguntó mi madre-
–Uh, fui a dar una vuelta con Roby
–Oh. Daniela está aquí, en tu habitación. ¿Irán a una fiesta?
–Eso parece, claro, si tú y papá me dan permiso
–¡Por supuesto! -dijo sonriendo-
–Ok, gracias -me limité a responder-
Subí a mi habitación y vi a Dani más linda que de lo habitual. Daniela era el tipo de persona que siempre se veía bien, en cualquier momento, en cualquier lugar, con cualquier outfit. Supongo que su secreto era la seguridad que tenía de sí misma. Dani era demasiado bella.
–Wow, Dani, te ves...
–No tienes que decirlo, soy perfecta, lo sé -rio-
–¡Lo eres!
–Y estoy aquí para que hoy tú luzcas, quizá, un poco mejor que yo
–Dudo que eso se pueda, pero agradezco la intención
Daniela empezó a buscar outfits para mí en mi armario.
–¿En serio, T/N? ¿Ni un vestido?
–No, ninguno -reí- 
–¿Una falda? ¿Unos shorts, al menos?
–No, y antes de que preguntes, tampoco hay tacones, ni crop tops, ni ninguna otra cosa que sea "femenina" -dije haciendo comillas con los dedos- Sólo pantalones, remeras, buzos y tenis. Ahora, ¡sal de mi armario! -grité-
–¡Esto! -dijo mostrándome un overol negro-
–Ah, sí. Ese overol también
–Entonces será esto, con esto, y, ¿además de Converse y Vans, no tienes otro tipo de zapatos?
–Uh...
–¡Perfecto! Estos serán -dijo mostrando unas botas militares-
–Dani... -ella me ignoró- Dani -insistí pero volvió a ignorarme- ¡Dani! -dije logrando finalmente que respondiera-
–¿Qué? Estoy buscando un perfume, ¿sólo tienes de vainilla?
–¡Ahhh! Ni siquiera sé si iré a la fiesta -dije sonando frustrada-
–¡Claro que iremos! Por eso estoy aquí, ya hasta le pedí permiso a tus padres. Por favor, vamos, ¡por favor!
–¡Está bien! -suspiré- Sólo porque no me gusta que me rueguen
–Yo no estaba rogándote... Lo que sea, sólo ponte esto -me dio finalmente el outfit-
Una remera a rayas no muy gruesas blanco y negro, overol negro, botas militares negras, algo sencillo pero fuera de lo habitual.
–Ya voy, ya voy -dije y luego me puse rápidamente el outfit y se lo mostré a Dani-
–¡Me gusta! Digo, es algo sencillo pero es mejor que tenis, pantalones y hoddies
–No pues, ¡gracias! Oye, ¿y el regalo de Roby?
–En el camino le compráremos dulces, chocolates, lo que sea, ¡pero ya vámonos!
–Ok -dije y luego nos dirigimos a la fiesta-.

Aidan Gallagher, el primer chico del que me enamoré (Aidan y tú) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora