Aidan Gallagher, el primer chico del que me enamoré (Aidan y tú) [1]

CAPÍTULO 12

"Yo leeré el libro"

–Aidan, comienza a leer el libro , por favor -le pedí amablemente-
–Es que no puedo
–No entiendo, ¿cómo que no puedes?
–No sé, es que, siento presión porque mañana tengo que entregar el reporte, pero no puedo leer un libro de 100 páginas en sólo unas horas. No soy un lector como tú, no tengo la habilidad de leer un libro en un día, no puedo -dijo abrumado-
–¿Estás tratando de decirme que no leerás el libro y no entregarás el reporte? -pregunté con tono de confusión-
–Por supuesto que voy a entregarlo  -dijo con voz firme-
–Entonces, ¿qué estás tratando de decirme, que no quieres leer? Aidan, no puedes hacer un reporte sin haber leído un libro antes
–¿Y si vemos la película?
Esperaba que fuera broma lo que dijo, pero por el tono de voz con el que lo había dicho, parecía que hablaba en serio.
–Está bien. -Suspiré- Espero que ver la película cuente como haber leído el libro
Pasamos 20 minutos buscando la película en internet.
–Está bien, ya. ¡Ya basta! Ya buscamos la película en todas las plataformas de películas en internet y no está. Hemos perdido 20 valiosísimos minutos de nuestro tiempo buscando la película cuando ya podríamos ir a la mitad del libro. -Dije un poco exaltada- No pienso perder más tiempo, por favor, sólo leamos el libro
–Uh, está bien. Tranquila, no te alteres
–Perdón, pero es que tú viniste aquí para que te ayude con tu reporte y aún no hemos leído ni una sola página del libro, por eso, por favor empecemos a leer ya, ¡por favor!
–¡Está bien! Está bien, leamos el libro ya
Aidan tomó el libro y empezó a hojearlo. Yo sólo lo observaba
–¿Sucede algo? -volteó a verme-
–Tú no leerás el libro, ¡lo haré yo! -exclamé mientras le arrebataba el libro-
Aidan trató de decir algo pero no se lo permití y continué hablando.
–Ok, como te dije , nunca he leído Rebeldes, pero sí he escuchado sobre el. En realidad, no tengo mucho para ti, todo lo que sé es "sigue siendo dorado, Ponyboy" -cité una frase del libro mientras reía-
–¿Una frase del libro?
–Sí, y también sé que es un libro breve pero con montones de diálogos, así que, ¡aquí vamos! -abrí el libro para comenzar a leerlo- «Cuando salí hacia la brillante luz del sol»
–T/N, no... -me interrumpió-
–Por favor déjame continuar -seguí leyendo, pero ni siquiera pude terminar la primera frase del libro porque Aidan volvió a interrumpirme-
–T/N, de verdad no tienes que hacer esto, no tienes que leer el libro por mí, yo puedo hacerlo
–Claro que puedes, pero el reporte es para mañana y estás presionado, ¿o no fuiste tú mismo quien dijo que se sentía presionado?
–Pues sí, pero...
–¡Pero nada! Yo te ayudaré y te leeré el libro. Ve, -dije señalando a la ventana de mi habitación- es el atardecer, pronto anochecerá. Tenemos un libro que leer y un reporte que escribir. Así que, ponte cómodo, evita interrumpirme y presta atención. Ven, sentemonos acá...
Estábamos sentados en la orilla de mi cama, me arrastré hacia la almohada y me apoyé contra la pared, Aidan hizo lo mismo. Después de dos horas de leer y de estar en la misma posición, dejé caer el libro sobre mis piernas. Ya había anochecido y la única luz que había en la habitación era la de mi lámpara de buró.
–Puedes parar cuando quieras -dijo Aidan incitándome a dejar de leer-
–No, no quiero parar, sólo estoy muy...
–Cansada, lo sé
–No, no es cansancio, sólo estoy sedienta  -expliqué-
–Oh, claro. Déjame traerte algo , ¿quieres agua?, ¿un refresco?
–No bebo refresco
–Ok, entonces vuelvo en diez con frappé y galletas
Quería decirle que no, que no se molestara, que no era necesario, pero sólo asentí.
–Vuelvo en diez -dijo mientras sonreía y salía de mi habitación para ir al Starbucks-.