Capítulo 4

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Bakugou se veía bien esa mañana, bueno, para Kirishima siempre se veía bien.

Esto hacía muy difícil la tarea impuesta por el mismo rubio: “Prestar atención a clases”

Aunque cuando percataba que Bakugou le observaba para verificar que esté prestando atención, Kirishima intentaba disimular.

El timbre del receso sacó al pelirrojo de sus pensamientos, y cuando menos lo notó, el rubio ya se había ido.

— ¡KIRI! — Llamaba su amiga pelirrosa — ¡REACCIONA!

— ¿Q-Qué...?

— ¿Podemos ya ir a comer? Estoy muerta de hambre, tú me debes una comida, ¿Recuerdas? — Mina como su mejor amiga decía ese tipo de cosas para ocultar que le gustaba esperar a su amigo — ¡Vamos!

— ¡Voy, voy!

Se levantó y agarró su dinero, era verdad que le debía algo de la tienda de la escuela a su amiga por un antiguo favor.

Y mientras entraban a la cafetería, Kirishima notó a Bakugou cerca de una máquina expendedora que se encontraba en el lugar con su mochila en su espalda.

Vió como se agachaba a recoger su bebida y se retiraba del lugar.

Por primera vez Kirishima notó algo “nuevo” de Bakugou.

Él siempre estaba solo, tal vez el estar admirandolo no le hacía ver lo solo que estaba Bakugou.

Este hacía lo que tenía que hacer —estudiar, leer, comer — y se iba a su casa aunque claro gracias a las tutorias ya no iba directamente. Nunca lo vió junto a alguien más.

¿Era egoísta y malo estar ligeramente feliz por ello? ¡Kirishima sabía que eso estaba mal! Pero... no podía decir que ser el único que se acerca a Bakugou no era algo que le alegraba.

— ¡Bakugou! — Corrió a saludarlo.

— ¿Eh? ¿Kiri? — Decía la pelirrosa confundida — ¡Me abandonó!

— Ya, ya — Apareció de repente Serio, quién le daba unas palmadas en los hombros a la chica — Déjale disfrutar de Bakugou antes de que lo mandé a la mierda

— ¡Aún me sigues debiendo mi comida! — Le gritaba a lo lejos, para después retirarse con el de cabello moreno.

— ¡Bakugou! — Seguía llamando, ahora llevándose no solo la atención del rubio, sino de la mayoría que se encontraba en el lugar — ¡Bakugou!

— ¡CÁLLATE, MIERDA! — Fue lo primero que escuchó del chico, poniendo su piel de gallina al instante. Además de recibir un  golpe en la cabeza — ¡¿Por qué carajos gritas tanto?!

— Ahora tú estás gritando....— Recalcaba la redundancia.

Bakugou solo suspiro del enojó y arrastró de la mano al pelirrojo hasta afuera de la cafetería, ahora estando en la cancha y áreas verdes de su escuela.

— ¡¿Por qué andas gritando mi apellido como un estúpido por toda la maldita cafetería?!

— S-Solo quería llamar tu atención

— ¡Puedes simplemente acercarte a mi, no necesitas nada para llamar mi atención! — Esa línea sonó un poco romántica, tan solo unos segundos después ambos se dieron cuenta de lo “mal” que se escuchaba — ¡C-Como sea! ¡¿Por qué me buscabas?!

— ¿Y-Yo? Hm... — Le sonrió — ¡Por qué quería verte!

— No creas que no me di cuenta que me pasaste viendo casi toda la maldita primera hora de clases — Intentaba ocultar un poco su sonrojo, esa sonrisa y esas palabras eran demasiado para él.

Demasiado brillante → kiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora