Capítulo 11

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Kirishima definitivamente lo estaba ignorando. Pensaba Bakugou.

Después de ese fin de semana Kirishima ignoró las dos llamadas que recibió de su novio. Probablemente Bakugou lo llamaba como siempre a preguntarle de su día, pero no tenía ganas de hablar con él.

Por otro lado el cenizo no pensó demasiado en ello, tal vez Kirishima estaba muy ocupado. Pero su percepción cambio el día lunes cuando entró a clase y lo saludo sacudiendo su mano ligeramente, pero el pelirrojo solo vio y desvío su mirada.

Sintió una gran punzada en su pecho, algo estaba mal.

Después Kirishima le sonrió incómodo y dijo que prefería hoy pasar su receso con sus amigos. Y en la tarde cuando iban a estudiar Katsuki se quedó esperandolo en la biblioteca, y él nunca apareció....

Bakugou tenía un mal sabor de boca, su pecho dolía y los únicos pensamientos que sucedía eran relacionados con su novio.

¿Hizo algo que le disgusto? Tal vez Kirishima en realidad no quería tener una cita con él y solo fingió emoción... no entendía nada.

Gastó el pasaje a su casa y en vez fue hasta la casa de Kirishima.

La madre del chico dijo que no se encontraba en casa.

Ahora le tocó ir a pie, y todo empeoró cuando empezó a llover. Su expresión era sería, no sabía que sucedía, estaba tan perdido en sus pensamientos.

Llegó a casa empapado, su madre se preocupó mucho. Pero él no reaccionaba.

Tomó una ducha y se acostó, no sabía que hacer.

Desde que se enamoró de Kirishima se volvió débil, eso pensaba él. Podía ser duro con los demás pero cuando se trataba de Kirishima no era lo mismo.

Una sola sonrisa de él podía alegrar todo su ser, pero ahora esa sonrisa era de incomodidad.

Si hizo algo mal quería saberlo del mismo Eijirō.

←☼→

Por otro lado Kirishima con cuidado de no lastimarse —ya que aún seguía mal de su pierna— bajó las escaleras de su casa y vió a su madre.

— ¿Ya se fue? — Preguntó con un rostro que parecía al borde de las lágrimas.

— Si cariño pero... — Su madre se veía preocupada — ¿Por que querías que le diga que no estás en casa?

— No es nada — Camino hacia la cocina y agarro un vaso de jugo.

— Eijirō — Lo llamó, su tono era tan serio que lo asustó un poco — ¿Que sucedió? Y no quiero que me mientas, mírate, parece que estas a punto de llorar

— Yo... — ¿Saldría del clóset con su madre? Tendría que hacerlo para contarle lo que sucedía — Estoy saliendo con él

Su madre solo lo miro desde la puerta de la cocina miedo tras él evitaba su mirada, apretando sus puños.

— Y creo que las cosas entre nosotros no están tan bien... — Confesó.

— ¿Por que crees que más cosas no están bien?

— Siento que lo canse, prefirió pasar con alguien más que conmigo — Apretaba sus ojos para no llorar y aún así no lo logró — Aunque es idea mí–

Demasiado brillante → kiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora