A la rutina que tanto se había acostumbrado se había acabado. Ahora solo veía a Bakugou durante sus sesiones de tutoría, más allá de eso no llegaba. Sentía como si todos sus esfuerzos de lograr al menos una amistad con el rubio habían sido en vano.
Pero, eso no era lo que lo hacía sentir mal —al menos no por completo—.
Sino que, se sentía celoso de ya no ser el único en contemplar la risa y las pequeñas sonrisas de Bakugou, y después caía en cuenta que esas actitudes eran inmaduras.
¡Pero no podía evitarlo, era como si automáticamente esos sentimientos llegaban!
Claro que nunca le reclamó a Bakugou, no es como si fuera su pareja para hacerlo, e igual si lo fuera, tampoco tenía el derecho de reclamarle por tener amigos aparte de él.
— ¡¿ESTÁS PRESTANDO ATENCIÓN?! — Si es que Bakugou le gritaba tan fuerte, más de lo de costumbre; significaba que le había estado llamándolo un buen rato.
— S-Si, lo estoy....
El rubio notó como los ojos rojos de Kirishima solo se veían avergonzados y decaídos, no podía seguir así.
— Andate a casa — Indicó directo.
— ¿Eh?
— No estás prestando una mierda de atención, andate a casa. Descansa y mañana continuamos — Tal vez no quería decirlo, pero Bakugou estaba ciertamente preocupado.
— P-Pero...–
— ¡Nada de peros! Andate a tu casa o dejo de darte tutoría — Esos ojos llenos de furia mataban internamente al pelirrojo — ¿Entendido?
— Si Bakugou.....
Se levantó avergonzado, tomó sus cosas y ambos salieron de la ya conocida biblioteca. Sacaba su bicicleta, volteando a ver al otro para ver si notaba su cara de perro triste; típica de una película.
—¿No quieres que te lleve? — Preguntaba, era su maldita culpa perder el tiempo con Bakugou gracias a su maldito egoísmo.
— No, ahora largo
— Bien....
Se subió, se despidió con un gesto con su mano y arrancó.
No tenía ni un poco de sueño, nada de cansancio. Solo decidió pasar por alguna tienda, comprar un refresco cualquiera y continuar con su viaje sin rumbo en su bicicleta.
No quería volver a casa. Escuchar a su madre llorando por el engaño de su ahora ex-esposo no era nada lindo para el sensible corazón de Kirishima.
Sin darse cuenta ya estaba yendo por el típico camino que llegaba a la casa de Bakugou.
Como antes fue mencionado Bakugou vivía en una zona un poco rural, así que los sonidos de las cigarras eran comunes.
— ¿Qué hago aquí? Ni siquiera llevó a Bakugou....— Se decía a si mismo.
Paró su bicicleta y se sentó debajo de la sombra de un árbol. Y quedó ahí en silencio, tampoco es que tenía algo que hacer.
El profesor no había mandado tarea sorprendentemente —la autora de este fan fic quiere eso— además de que se sentía una mierda con sus celos irracionales y eso le quitaba las ganas de hacer algo, y sin darse cuenta quedó dormido.
El calor del sol y las cigarras de alguna forma lo arrullaba, pero cuando despertó solo sintió un frío inmenso y ahora sonaban grillos.
Era de noche, exactamente las 11:56 de la noche. Lo descubrió al revisar su celular, también descubrió más de veinte llamadas perdidas de su madre y al rededor de 67 mensajes de la misma.
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Demasiado brillante → kiribaku
Hayran KurguDurante su segundo segundo año, Bakugou Katsuki para mejorar su comportamiento y subir su promedio, empezará a darle tutoría a uno de sus compañeros. Kirishima Eijirō, quién sin el rubio saberlo, ya había pegado el ojo en él. - AU sin quirks - ¡Los...