Capítulo 1. Mi propia tumba

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~Genave~

—Gena, él es Leo Lombardi el primo de Alessio—me extendió la mano y yo se la estreche. Después de cinco años sentí que el corazón me latió de nuevo y aquello me asusto, por eso lo solté rápidamente y apure a Rubí para que nos sentáramos a la mesa.

—Un placer—dije sin mirarlo a los ojos, mientras me acomodaba en la silla más alejada de él.

—El placer es todo mio—su voz era áspera y profunda, pero trate de que la misma no me afectara más de lo que podía, no estaba lista. Todavía el pasado me perseguía.

La mesa se animó rápidamente en cuanto mis sobrinos aparecieron en escena y me sentí calmada. Los niños eran una distracción para las conversaciones incomodas y nos alejaban de aquellas preguntas a las cuales quizás no querías dar una respuesta. Gina me miro preocupada, pero hice un gesto negativo con la cabeza, lo menos que necesitaba mi hermana era seguir lidiando con mi mierda.

— ¿Y ella es alguna sobrina tuya?—pregunto el primo de Alessio de manera inocente, levante la mirada y sentí que mis mejillas se encendían ¿Qué demonios te está pasando Genave Stevens? Me pregunte para mis adentros, debes controlarte.

—Es mi hija—afirme y pude ver decepción en su mirada, esa era la única respuesta que necesitaba para sentirme tranquila, para saber que nada pasaría entre Leo Lombardi y yo.

— ¿Y su padre?—cuestiono. Gina se apresuró a cambiar de tema.

—Leo, porque no nos cuentas que es lo que te trae por aquí—pero yo no estaba dispuesta a dejar ver que el asunto de Rubén era algo que no podía manejar.

—Según me comento Alessio tenías algún tiempo sin venir a Italia—mi padre fue quien hablo ahora lo mire de manera disimulada, pero realmente hoy no quería que ninguno de ellos me cubriera la espalda.

—Muerto—confirme y todos se quedaron en absoluto silencio—Murió trágicamente—le sostuve por un momento la mirada y pude ver la vergüenza asomar a sus ojos, continúe ayudando a Rubí con su comida, no podía seguir mirando aquellos ojos.

—Solo estoy de paso, mi padre quiso que visitara a mi primo ya que teníamos mucho tiempo sin vernos, como confirmo el señor Stevens—pude notar que aquello era una mentira, sentí el titubeo en su voz aunque fue muy mínimo. Mis años en los tribunales no habían sido en vano. Y con aquella ultima introversión por parte del hombre, la conversación quedo zanjada.

***

Ayude a Gina a recoger la mesa mientras los hombres hablaban animadamente en el jardín de la casa y no pude evitar pensar en aquello nuevamente, el hecho de que Rubí ya había cumplido cinco años. Eso significaba que se había cumplido el plazo, su tío y abuela querían heredarle todos los bienes de su padre, pero yo no quería aquel dinero sucio. No podía permitir que la convirtieran en la heredera de la mafia.

—Puedo acompañarte, no tienes que hacer esto sola—mire por la ventana como los niños jugaban sin preocuparse por nada, envidiaba aquella inocencia.

—Es algo que debo hacer sola Gigi, tú debes preocuparte por tu familia y tienes que ayudar Alessio con la empresa. Ahora más que Alexander está de vacaciones—sabía que Gina se encontraba realmente asustada con toda esta situación, desde lo sucedido con Rubén la paz en mi familia se había acabado.

—No te confíes de los Patrovick, si Rubén estuviese vivo quizás no estaría tan preocupada, pero esa mujer y su hijo, no confió en ellos—Yo tampoco lo hacía, pero declararles la guerra seria cavar mi propia tumba.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora