~Genave~
Leonardo me tomo del brazo y me volvió a besar. De esta manera iba a ser imposible alejarme de él, porque debía admitir que me encantaba aquella forma suya tan salvaje, la forma en que me reclamaba me enloquecía. Y quizás si fuese una maldita desgraciada tomaría esto como ventaja, pero no podía darle el gusto a Emiliano de verme derrotada. Me aparte de él nuevamente con la respiración acelerada y el cuerpo ardiendo, no podía entender lo que querían decirme sus ojos y tampoco buscaría la forma de entenderlo.
—No—dije cuando este dio un paso hacia mí—No lo compliques más—Pude ver la decepción en su mirada, pero también había algo más. Muy en el fondo había furia.
—Tú eres la que lo está haciendo complicado—no pude evitar reírme con sorna, porque sabía exactamente lo que significaban sus palabras—Me gustas y me gusto todo lo que hicimos aquella noche no tiene por qué ser más. No he pedido nada más—Levanto una de sus cejas de manera sarcástica y aunque me molesto no se lo iba a demostrar.
—Tengo una hija Leonardo y una vida demasiado complicada en este momento para andar de aventurillas contigo—le di la espalda para al fin poner distancia, pero sus siguientes palabras me dejaron fría.
—Es por los rusos ¿verdad? Y es que no termino de entender como una abogada como tú puede estar relacionada con la mafia ruso-italiana—No sabía cómo había obtenido aquella información, pero ahora mismo estaba demasiado molesta para preguntar.
—Simplemente, no tienes que entender nada—gire el pomo de la puerta y salí de allí. Para simplemente complicar más la situación, porque me encontré de frente con Alessio. Este me miro, primero a mí y luego la puerta con sospecha.
— ¿Qué está pasando?—Di un paso adelante y tuve que apartar la mirada de sus ojos. Leonardo abrió la puerta repentinamente y se unió a nosotros en aquel momento. Se quedó paralizado mirando a su primo.
—Hablemos mañana—dije al fin—Lo que es hoy estoy demasiado cansada—camine hacia mi habitación y me perdí detrás de la puerta. Mañana tendría algunas cosas que decirle a mi cuñado y de paso a mi hermana.
***
Acaricie el rostro de mi hija mientras ella dormitaba acostada sobre mí pecho. Allison ya me había llamado cuatro veces aquella mañana, pero yo estaba dilatando la complicada conversación con la que debía comenzar aquel día. Sabía que tenía que ser sincera respecto a lo que estaba pasando, eso incluía decirle a mi cuñado la absurda propuesta que me había hecho Emiliano y la forma en la que me había amenazado.
Rubí me acaricio el rostro y luego dejo un beso sobre mi mejilla. Me regalo una tierna sonrisa y yo deje un beso su frente. Por ella tenía que mantenerme firme, por ella tenía que soportar esta tormenta que parecía no tener final. Todo se reducía a que tenía que protegerla tanto a ella como a mi familia. Escuche unos golpes en la puerta y apresure a Rubí para que saliera de la cama. Corrió hacia la puerta y abrió los brazos en cuento vio a Gina.
— ¿Dónde están Alessandro y Genny?—pregunto mientras Gina la cargaba en sus brazos.
—Estoy aquí por trabajo. Se quedaron en casa con Dya, pero te prometo que los traeré pronto—Rubí puso cara triste mientras Gina la dejaba nuevamente sobre sus pies.
—Amor necesito que laves tus dientes y luego vayas con el abuelo—se apresuró a salir de la habitación y Gina cerró rápidamente la puerta detrás de ella.
—Alessio me dijo que te vio—la mire con cansancio y se contuvo de seguir hablando.
—Tendré una conversación con ustedes dentro de media hora y lamento si sueno cortante, pero ahora hermana necesito estar sola—Gina asintió y salió de la habitación, porque mi hermana comprendía que todo esto era demasiado difícil para mí. Y tenía que pensar claramente por donde iniciaría aquella conversación.
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Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)
Romance**ALERTA SPOILER, NO LEER ESTA SINOPSIS SINO NO HA LEÍDO EL LIBRO 2** Leo Lombardi, si el mismísimo Leonardo Lombardi estaba acostumbrado a la buena vida sin esfuerzos, ni mucho trabajo solo disfrutaba del dinero de su padre, era descarado, liberal...