Capítulo 6. Deseo de poseerla

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~Leonardo~

Me había despertado con una erección y con el deseo ardiente corriendo por mis venas, pero al mirar a mi lado ella ya no estaba allí y no sé porque aquello me molesto era la primera vez que sentía que aún no había obtenía todo de una mujer. Mire el pequeño papel doblado en dos sobre la almohada y me sorprendió leer aquellas palabras "Espero cumplas tu promesa, gracias por el sexo" ¿quién demonios agradecía por sexo? Pero todos los días se descubría algo nuevo. Genave era un verdadero descubrimiento.

Mire mi pene y sabía que si no hacía algo por él, este no cedería así que rememore cada una de las posiciones en las que había colocado a aquella hermosa mujer anoche y no sé porque, pero presentía que aquello que había pasado entre nosotros se convertiría en un verdadero dolor de cabezas. Comencé a tocarme pensando en aquel coño apretado, había sido casi una odisea entrar en ella y no venirme en el mismo instante en que lo hice, todo un reto y mi mente no procesaba el hecho de no volver a tenerla.

Cerré mi mano sobre mi longitud y me deje perder en el anhelo de volver a tenerla sobre mis sabanas. Frote suavemente y recordé el sabor de sus labios y su lengua jugueteando con la mía, que maldita fantasía era aquella mujer y como había jugado con mi mente, no sabría si tendría la fuerza necesaria para cumplir mi promesa. Mi móvil resonó con aquella melodía incesante haciendo que perdiera la concentración, mire el nombre en la pantalla y solté una maldición.

—Tenías que estar en la torre Lombardi hace más de una hora, comenzamos mal Leonardo—Escuchar Alessio llamarme por mi nombre completo solo indicaba que se encontraba molesto.

—Solo dame media hora y prometo que no volverá a pasar—las medidas de mi padre habían sido demasiado extremas, pero tenía que demostrarle que yo era competente o todo su trabajo de años se iría a la mierda. Así que pospuse mi calentura, pero sabía que no podría posponer mis pensamientos que estarían en un solo lugar.

***

Las miradas se posaron sobre mí desde que pise el edificio Lombardi. En otro momento hubiese disfrutado la atención de aquellas mujeres, pero ahora mismo me estaba odiando a mí mismo por no haber intercambiado números con Genave. Sabía que había sido una estrategia suya para no tener nuevamente ningún tipo de contacto conmigo, pero sabía que encontraría la forma de conseguirlo, ya había probado y quería más, deseaba mucho más. Yo no era de los que se rendían tan fácilmente.

—Crista, hermosa—salude animadamente a la secretaria de Alessio, pero esta me miro de arriba abajo con fastidio.

—El señor Lombardi lo espera, por cierto llega tarde—dijo con frialdad y camine a la oficina de Alessio para no ser devorado por la mirada intensa de aquella fiera.

Alessio levanto la mirada de sus papeles y señalo con su pluma la pequeña mesa que se encontraba a un costado. Tome la tableta que se encontraba sobre esta y lo mire esperando a que dijera algo, pero sabía que él primero buscaba que me disculpara por mi tardanza.

—Lo siento, si, sé que debo enfocarme—Alessio resoplo con desdén y llevo nuevamente la vista a sus documentos.

—Estudia las estadísticas que se muestran en la pantalla y sé que estabas pensando que te convertirías en mi asistente, pero lo pensé mejor y Gina prometió que me ayudaría con la agenda en lo que Alexander regresa de su viaje. Tú debes concentrarte en las finanzas, eso es lo que quiere tu padre—Ni siquiera levanto la vista al decirme todo aquello. Aquel hombre realmente estaba concentrado en su trabajo, por eso era tan exitoso, por eso se había convertido en el más poderoso en todo Italia.

Miré los números en la pantalla y me sentí familiarizado inmediatamente con ellos. Estudie finanzas en la universidad y había sido uno de los mejores de mi generación, pero me preocupe muy poco por poner atención al negocio familiar. Mi padre quería un título colgado en la pared y eso le había dado, pero ahora mi desinterés me estaba cobrando caro.

—Y ¿cuándo regresa Genave de Rusia? — hice aquella pregunta sin pensar y sin despegar mis ojos de la pantalla, pero al levantar la mirada Alessio me miraba con mucha atención.

—Nunca mencione que Genave iría a Rusia—maldita sea, eso era totalmente cierto. Demonios, Alessio nunca había mencionado aquello y eso era malo, muy malo porque solo me había puesto en evidencia y ahora mismo no se me ocurría ninguna mentira para tapar mi error—Estoy esperando por ti—agrego y se puso de pie. Camino hacia mí y sentó en el mueble que se encontraba junto al mío.

—Lo escuche cuando estábamos en casa, por casualidad ella y Gina hablaban sobre eso—Sabia que no me creería pude notarlo en su mirada.

—Eso no es verdad. Gina y Genave no serían tan descuidadas para hablar de algo así libremente en la casa—Escuchar aquello lo único que hizo fue alimentar mi curiosidad, pero sabía que mi primo no me diría nada, en cambio intentaría averiguar cómo me había enterado, pero no podía faltar a mi promesa.

—Me encontré con ella anoche—solté al fin, aunque sería precavido —no un encuentro consensuado, lo aclaro para que quites esa cara. Salí a despejar la mente y al parecer ella estaba en lo mismo, tuvimos una conversación y ella menciono su viaje—Alessio me miro desconfiado, pero se puso de pie y volvió a su escritorio, sabía que con sus siguientes palabras daría por terminada y cerrada aquella conversación.

—No le menciones a nadie sobre el tema y mantente alejado de ella. No lo repetiré otra vez—me intrigaba demasiado el hecho de que quisieran mantener oculto aquel tema, pero ya estaba demasiado fascinado por aquella mujer. Todo lo que la envolvía alimentaba más mi interés y todo aquel misterio solo incentivaba mi deseo de poseerla.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora