Capítulo 18. Primera jugada

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~Leonardo~

Quería arrancarle el vestido y reclamarla aquí mismo, pero me contuve. Y aunque mi erección apretaba duro dentro de mis pantalones puse distancia por el momento. Tenía que mantener la cabeza fría y el pene dentro de mis pantalones. Nuestras vidas estaban a punto de convertirse en un volcán, uno que en cualquier momento haría erupción. La sujete firmemente de la mano mientras recibía otra llamada de Alessio la cual nuevamente decline. Mi primo tenía que dejar de ser tan intenso, no entendía como su mujer podía soportarlo.

— ¿Nerviosa? —le pregunte mientras la limosina se detenía en la entrada principal.

—Estoy bien—afirmo—hagamos esto—el chófer nos abrió la puerta y los flashes llovieron encima de nosotros.

Entrelace mis dedos con los de Genave y la guié por aquel mar de periodistas que nos bombardearon a preguntas. No solía llegar acompañado a los eventos. Las pocas veces que fui captado con una mujer había sido saliendo de algún motel, sin embargo hoy todo era distinto. Y aunque lo que había entre Genave y yo se había pactado a través de un trato, debía admitir no me sentía para nada incomodo llevándola de la mano.

— ¿Es verdad que será el nuevo sucesor de Lom's Petroleum?—pregunto uno de los reporteros, pero solo sonreí y seguí caminando no era momento para responder a nada la respuesta a esa pregunta la obtendría aquella noche.

Hice un gesto de cabeza a mis guardias para que los mantuvieran alejados y fuera del salón.

Entramos al pasillo principal y sostuve con más firmeza la mano de la mujer a mi lado. Camine hacia mis padres mientras todas las miradas se posaban sobre nosotros. Mi primo y su esposa nos miraron con sorpresa y eso era la que buscaba causar. Una reacción genuina no levantaría sospechas, ni mucho menos. Ni siquiera le daría oportunidad a la duda. Y la zorra de Brizna parecía a punto de explotar y eso que este era solo el comienzo.

—Leonardo, hijo—Saludo mi madre aunque pude notar que se encontraba algo avergonzada, no había que ser muy inteligente para darse cuenta el porqué.

—Madre—conteste cortante—Quisiera presentarles a Genave—mire con altivez a Brizna antes de decir las siguientes palabras —mi novia—Alessio y Gina se unieron a nosotros en aquel justo momento. Genave se aproximó hacia su hermana.

— ¿Novia?—cuestiono dudoso mi padre—Nunca antes nos habías presentado una novia ¿Por esto eran tus viajes américa?—pregunto y no pude evitar mirar a Genave.

—Creo que soy la culpable—dije extendiendo la mano hacia mi padre y así agregamos algo más aquella mentira.

—Pero, tú eres la abogada que lleva el caso de la demanda laboral en contra de la compañía ¿Qué no estabas al tanto de esto, Leonardo?—mi madre miro a Brizna de manera despectiva y yo sentí molestia solo de escuchar su voz.

—Negocios son negocios señorita Princeton—se apresuró a decir Genave —Nuestra relación esta fuera de todo eso—Genave coloco su mano sobre mi pecho y en aquel momento sentí un extraño latido.

—Veo que está bien clara en su objetivo, señorita...

—Stevens. Genave Stevens soy la hermana de la esposa de Alessio.

—Vaya, al parecer se quieren quedar con todos los Lombardi—mire a Brizna porque su comentario estuvo más que fuera de lugar.

—Porque no te largas a otro rincón con tu veneno—di un paso adelante, pero Genave coloco su mano sobre mi rostro y me obligo a mirarla.

—Aquí no cielo—miro a su alrededor, mientras la susodicha aprovechaba para alejarse del grupo.

Mire a mis padres esperando que uno de los dos dijera algo, pero sabía que ninguno tendría el valor para decir nada y la maestra de ceremonia de aquella noche los libró por el momento de tener aquella conversación. Nos pidió que nos acercáramos al centro del salón y Genave soltó mi mano, pero la volví a sujetar. Porque haríamos las cosas bien y a lo grande ya no había marcha atrás. Ya las cartas se encontraban sobre la mesa.

Como todos los años la petrolera Lom's hace esta cena pro-fondo para ayudar a los más necesitados del mundo. Y este año es propicio para hacer un anuncio importante por parte del dueño y fundador de esta compañía el señor Leopoldo Lombardi.

Mi padre subió al escenario acompañado de mi madre. Desde aquí se veía realmente hermoso, una de las parejas más durares y poderosas de toda Italia. Lo que nadie sabía era lo que se escondía detrás de aquella fachada de perfección. No pude disimular y lleva la mirada donde se encontraba Brizna.

—Como todos saben hace algunos meses que se viene especulando sobre mi retiro y esta noche quiero poner fin aquellas especulaciones—mi padre llevo la mirada donde me encontraba y aunque lo intente no pude cambiar la dura expresión de mi rostro—Dentro de unos meses Lom's Petroleum pasara al mando de mi único hijo Leonardo Lombardi.

Todos estallaron en aplausos y pude ver a mis tíos mirar de lejos con disgusto. Alessio me regalo un asentimiento de cabeza y estaba al tanto de que todavía me faltaban algunas cosas por aprender, pero todo estaría resuelto para el momento en que me convirtiera en el presidente. Arrastre a Genave conmigo al escenario y mi padre me cedió el paso. No tenía un discurso preparado y tampoco era que tenía interés en dar uno, solo quería dejar saber una cosa aquella noche.

—No tenía nada preparado, porque mi padre me ha tomado desprevenido y solo me resta agradecerle su confianza. No lo defraudare, ni tampoco a los colaboradores de nuestra compañía.

Los aplausos resonaron nuevamente y extendí la mano para que Genave para que se acercara un poco más a mí ya que se había quedado algo alejada.

—Ahora quiero hacer un anuncio oficial—mire de reojo a Genave quien me miro algo confundida.

—Esto no es necesario—me susurro mientras parecía que iba arrancarme la mano—No tienes que anunciarlo—pero hice caso omiso a su petición y seguí hablando.

—Pronto tendremos una nueva señora Lombardi—los pocos periodistas que cubrían el evento parecían estar al punto de volverse locos y el murmullo de los presentes se hizo eco. Pose la mirada donde se encontraban mis padres quienes miraban en nuestra dirección asombrados. Pero lo que más me lleno de satisfacción fue ver el rostro encolerizado de Brizna Princeton.

—Sigan disfrutando de la fiesta—dije para concluir mientras nos sacaba de allí, para así dar inicio a nuestra verdadera fiesta de aquella noche.

Pero algo raro paso justo antes de que pudiéramos bajar del escenario. Todas las luces repentinamente se apagaron y uno de los focos ilumino solamente donde nos encontrábamos nosotros dos. La banda había dejado de tocar y el repiqueteo de unas pisadas resonó por encima del cuchicheo de la gente que comenzaba a ponerse nerviosa. Sujete con más firmeza a Genave quien se encontraba con el ceño fruncido y la mirada fija en la oscuridad.

—Algo está realmente mal—dijo sin apartar la mirada de donde la tenía puesta y pude sentir el peso de sus palabras.

Saque rápidamente el celular y marque el número de Alessio.

—Tenemos visitas inesperadas—me apresure a decir—llévate a mis padres y haz que evacuen el edificio. Yo me llevo a Genave. Es mejor no volver a reunirnos hoy.

Bien—fue lo único que contesto primo y no había porque agregar nada más. Él sabía al igual que yo que esta había sido la primera jugada de la mafia.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora