Capítulo 13. Fuego

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~Genave~

Había estado todo aquel día distraída en la oficina. Allison me miraba de manera extraña, pero realmente no podía contarle lo que me pasaba. Solo pensar que podía poner nuevamente en peligro su vida me hacía sentir muy angustiada, así que opte por quedarme callada para protegerla. Trate concentrarme en los documentos que tenía en la mano pero fue imposible. Solo de imaginarme la conversación que Alessio tendría con Leonardo me ponía ansiosa. Muy en el fondo quería creer que aquello era la solución al problema, pero algo me decía que era más complicado que eso.

—Recuerdas que debemos asistir a una reunión el día de hoy, lo digo porque pareces estar en otro mundo ¿pasa algo que yo no sepa? —Sabía que Al se preocupaba por mí, pero la necesitaba enfocada.

—No es nada, solo sigo cansada por el viaje. Nada de qué preocuparse—dije restándole importancia —Y sí, tengo muy pendiente nuestra reunión de hoy—Allison me miro no muy convencida, pero al final sabía que no haría más preguntas.

Al fin preste atención aquella carpeta. Un empleado de una de las petroleras más importantes había demandado la compañía por un accidente de trabajo. Iba a reunirme con uno de los ejecutivos de dicha empresa para tratar de llegar a un acuerdo, sino llevaría el caso a los tribunales. La situación era algo compleja, porque no sabíamos del todo si aquel empleado quedaría lesionado de por vida o tendría alguna posibilidad de tener una vida normal, así que debía asegurarme de que la indemnización fuera justa.

Mire el reloj en la pared y había llegado el momento de ponernos en marcha. Cuando eran casos como estos Allison siempre me acompañaba. Trataba de que estuviese involucrada para que fuese aprendiendo las mañas del oficio. Las dos pasamos por experiencias desastrosas y en algún momento pensamos en abandonar el lado legal, ella por aquel entonces tenía la oportunidad de cambiar de carrera. Pero al final decidió quedarse a mi lado para luchar.

Las oficinas de Lom's Petroleum se encontraban ubicadas en uno de los edificios más lujosos de Nueva York. En cuanto me baje del auto me acomode la falda tubo y Allison término de dar el visto bueno a mi aspecto. Siempre había tratado de lucir profesional y segura, era el primer paso dentro de una batalla legal y era el primer caso importante para nuestra pequeña firma, no podía haber errores de ningún tipo.

— ¿Hacia dónde nos dirigimos?—le pregunte a Allison en cuanto estuvimos en el lobby.

—Cuarto nivel—se apresuró a decir mientras nos dirigíamos hacia donde se encontraban los ascensores.

Era la primera vez que el bufete tenía un caso de esta magnitud y era que mi propósito era demostrar a los más vulnerables que no estaban solos. El estado con Arsher William a la cabeza, lo único que buscaba era beneficiarse y sacar ventaja, yo quería demostrar que esto era ganar- ganar de una forma que ninguna de las partes se vieran realmente perjudicadas. El ascensor se detuvo y me extraño ver a los allí presente reunimos en grupo, pero no es como si fuera alguna reunión de trabajo. Algo estaba pasando.

—Disculpen—todos se separaron de golpe en aquel momento—Tengo una cita con la señora Brizna Princeton. Soy Genave Stevens la abogada del señor Rodríguez —le entregue mi tarjeta y la joven la tomo algo nerviosa.

—Creo que la señora Princeton no podrá atenderle. En este momento está algo indispuesta—tendría que estar más que indispuesta para que yo me fuera.

—He conducido hora y media para estar a tiempo en esta reunión. No estoy dispuesta a marcharme sin ver a la señora Princeton—la mujer miro detrás de ella y pude observa lo nerviosa que se encontraba. Aunque lo lamentaba por ella no pensaba irme así nada más.

Observe que todos se separaban rápidamente y luego sentí un extraño cosquilleo en el estómago. Leonardo apareció en aquel momento y por su ceño fruncido deduje que se encontraba enojado. Sus ojos revelaron algo de asombro al mirarme, aunque realmente la sorprendida era yo y descubrí en aquel momento que Lom's era una abreviación de Lombardi. Si, quede como payaso de circo.

Leonardo camino hacia nosotras, pero me fije en que Allison dio marcha atrás. Él se había aflojado la corbata y pude ver las llamas arder en sus ojos. Me tomo del brazo y me arrastro con él y quede desconcertada. Escuche la voz de Allison detrás de mí gritar mi nombre, pero aunque lo intente no pude soltarme de su agarre.

— ¿Qué demonios crees que haces?—pregunte con los dientes apretados, pero este no contesto. Solo presionó el botón del ascensor sin aflojar el agarre de mi brazo.

—Leonardo—escuche decir a una voz femenina con distinción. En aquel justo momento se abrieron las puertas y nos perdimos en su interior. Leonardo ignoro por completo aquel llamado me sostuvo con más firmeza y presiono el botón que decía sótano.

— Me puedes decir ¿qué demonios está pasando? —pero en vez de contestar se colocó delante de mí, me cubrió con su cuerpo y en aquel justo momento se me corto la respiración.

Miro por el rabillo del ojo la cámara de seguridad y se acercó un poco más para cubrirme del todo. Lo observe separar sus labios y no pude evitar morder los míos. Leonardo saco la lengua y con la punta rozo mi labio inferior. Apreté las piernas porque sentí mi coño palpitar ante semejante insinuación. Trate de levantar los brazos, pero este lo impidió y los sostuvo con firmeza mientras pegaba mucho más su rostro al mio.

—No hagas preguntas—dijo sobre mis labios, provocando que su aliento me hiciera cosquillas y haciendo camino con su boca sobre mi cuello me susurro—Te necesito—Su mirada era un grito silencioso que no sé por qué demonios no pude ignorar y cuando el ascensor se detuvo en vez de salir huyendo deje que me llevara con él.

Su limosina esperaba frente a la salida del sótano. El chófer nos abrió la puerta y Leonardo me cedió el paso. Entre en el vehículo con el corazón acelerado y la cabeza vuelta un garabato. Y cuando él se sentó a mi lado no tardo en colocar su mano sobre mi pierna y comenzó acariciar suavemente mi muslo.

— ¿A dónde señor?—pregunto el conductor.

—Solo conduce—dijo con voz profunda—Yo te diré cuando te detengas—aquel hombre me observo por el espejo retrovisor y luego la ventanilla de privacidad comenzó su ascenso.

—Leonardo—dije, pero este puso su dedo sobre mis labios y luego los acaricio con el mismo de una manera jodidamente caliente.

Tomo mi cartera y la carpeta que tenía en las manos y las coloco hacia un lado. Deslizo su brazo por mi espalda y me sujeto firmemente por la cintura. Anote mentalmente no volver a usar falda, pues cuando este me cargo y me coloco encima de él la misma se subió más allá de mis rodillas. Nos miramos de manera intensa y sabía que en aquel momento las palabras estarían de más. Lo deje ahuecar mis pechos con sus manos y mis pezones se endurecieron. Leonardo sabía cómo jugar, tenía demasiada experiencia en el juego de seducción.

—Otro hombre te diría que te llevara al cielo, pero déjame decirte algo—metió sus manos por debajo de mi ropa interior y una maliciosa sonrisa adorno su rostro al darse cuenta de lo húmeda que estaba—Yo Genave Stevens quiero darte una probada del infierno—Y con aquella afirmación se adueñó de mis labios y la llama comenzó arder.

Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora