Lo claro y oscuro del placer (Libro #3 serie Oscura +18)

Capítulo 31. Oscuro

~Leonardo~

Me quede mirándola fijamente y al fin pude entender lo que sentía por dentro. La había visto muchas veces, pero no de la manera correcta y es que estuve tan metido en toda mi mierda que no había reparado en que yo también me había enamorado de Genave. Quizás primero que ella, mucho antes de que Alessio y Gina nos presentaran aquel día. Y es que nadie conocía lo que escondía detrás de aquella fachada que les había mostrado a todos a mí alrededor.

***

5 años antes

EDAMIR eran las siglas para el (Escuadrón de destrucción anti mafia italiana/rusa) me habían reclutado al final de mi servicio militar y era que mi desempeño dentro de la fuerza había sido destacado. Siempre pensé en el crimen organizado como algo lejano, no era de los que se metían donde no lo llamaban, sin embargo cuando me propusieron hacer aquella misión no pude negarme. No quería quedarme simplemente con el título de hijo de Leopoldo Lombardi, el único heredero de aquel gran imperio petrolero; yo estaba dispuesto a ser mucho más que eso.

Las cosas para los Berlusconi se habían puesto oscuras y la estupidez de Camilo de haber abusado de aquella modelo puso en entredicho el control que ejercía Alfredo sobre su familia y todos sus aliados uno por uno comenzaron a darle la espalda aquella fue mi gran oportunidad. Comencé a frecuentar el club Velmez el lugar donde los corruptos y mafiosos de Italia se reunían. Era el primer paso para adentrarme en aquel mundo, debía convertirme en una cara conocida, ganarme su confianza y con mi dinero y conexiones convertirme en alguien importante para ellos.

La primera vez que vi el rostro de Genave quede encantada con su belleza. Había aterrizado en el aeropuerto de Rusia y aunque no estaba relacionada directamente con las operaciones ilícitas de la familia Patrovick, si existía algo entre ella y el jefe de la mafia. Esa era la información que nos habían suministrado y por eso se había convertido en alguien de cuidado. Descubrir que era la cuñada de Alessio había hecho todo más complicado, por eso decidí mantenerme alejado de mi primo. Cosa en la que era lo bastante bueno y para lo que habían entrenado muy bien.

—Entonces eso significa...

—Significa que mi única relación con la mafia italiana es poder destruirla desde dentro Genave—mi móvil se ilumino en aquel momento interrumpiendo nuestra conversación y lleve mis pasos fuera de aquella habitación.

— ¿Qué crees que estás haciendo?—cuestione alterado a la persona del otro lado de la línea—Esta es tu maldita forma de tener el control—mire detrás de mi para cerciorarme de que Genave no había salido del cuarto.

—Emiliano no quiere errores—lo escuche decir con tono brusco—Y por eso necesito poner a salvo a mi hija, necesito que me ayudes, si quieres que siga adelante con esta mierda—todavía no confiaba en él, sin embargo él había sido la opción más viable para conocer los movimientos de Emiliano desde dentro.

—Alessio—mire otra vez detrás de mí y sabía que la mención de mi primo no era nada agradable para él—con su familia la niña estará a salvo y en un ambiente que ella conoce.

El silencio que acompaño aquellas palabras fue realmente perturbador, sin embargo sabía que Rubén estaba pensando de qué forma iba a poder acercarse Alessio.

—Yo hablare con él, pero tienes que saber que todo será aún más complicado—escuche el pitido de la llamada terminada al decir aquellas palabras sin obtener respuesta de su parte. Las cosas comenzaban a tomar un giro inesperado. Uno que se tornaba realmente peligroso.

Guarde el teléfono en el bolsillo y regrese a la habitación. Genave se encontraba con una bolsa de hielo sobre el ojo y me sentí como la mierda. Estaba enojado, confundido y extasiado porque sentía demasiadas cosas por la mujer frente a mí, sin embargo debía poner fin a todo esto para poder darle la paz que tanto merecía. Me miro con sospecha y yo me senté a su lado sobre la cama. Sabía que me estaría arriesgando a perderla con lo que estaba a punto de decirle, pero tenía que tranquilizarla. Debía hacerle saber que su hija estaría a salvo.