~Capitulo 13~

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Verónica:

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Verónica:

El sonido de las maquinas de hospital retumban en mis oídos, historias de sucesos que no reconocía eran contadas por parte de mi madre, no entendía lo que pasaba pero era tan real.

—Veronica.

Siento pánico y dolor, quiero despertar pero algo me lo impide, huele a hospital ¡Por Dios apaguen esas cosas!

—Verónica despierta...

Abrí mis ojos titiritando de frio, mechones de mi pelo de adherían a mi piel y las finas gotas se sudor cubrían mi rostro, mi respiración era entrecortada.

—¿Cariño estas bien? —Las caricias y besos por mi piel desnuda me traían de nuevo a la "realidad". —¿Pesadillas?

—Son tan reales... —Abría mis piernas dejando que quedara en el centro de ellas.

—¿Tan reales cómo esto? —Mordía mi cuello acariciando mis labios vaginales con sus dedos.

—Tan reales como eso. —Sonreía cerrando mis ojos centrándome en las sensaciones que tenia.

—¿Qué pasa en esas pesadillas? —Quitaba las sabanas de mis senos besando los alrededores sin despegar sus ojos ahora de un azul oscuro de los míos.

—En ellos estoy en un hospital... —Jadeaba acariciando su pelo mientras veía su lengua jugar con mi pezón izquierdo. —Siento como si quisiera despertar pero no se de que.

—No se como tu marido puede tener todo esto a su lado todos los días y no hacerte suya cada vez que pueda. —Dejaba un camino de besos por todo mi abdomen hasta llegar a mi sexo. —¿Le dolerá saber que me estoy comiendo a su mujer a las tres de la mañana a las afueras de roma?

Sonreía arqueando mi espalda en cuanto sentí su lengua moverse con total libertad por sobre mí clítoris.

—¿Cuántas veces te ha cogido por el ano? —Sonreía con una morbosidad en sus ojos increíble.

—Yo nunca lo he... —Salía de entre mis piernas tomandome de la nuca algo brusco acercando mis labios a los suyos.

—Para todo hay una primera vez nena. —Me tomó del mentón mordiendo el mismo haciéndome soltar un quejido leve.

—Poe no estamos en el hotel no quiero...

—Si sigues hablando tanto voy a ocupar esa linda boquita en algo más.

Metía dos dedos en mi vagina y los movía sin despegar su mirada de la mía.

—Quiero que hagas algo. —Sacaba sus dedos buscando entre mis cosas tomando mi teléfono haciéndome poner la contraseña algo confundida.

—¿Para que lo quieres?

—Levántate. —Me tomaba del cuello besando mis labios pegándome de bruces contra la madera vieja de las paredes. —Posa para mi.

Los ojos de neptuno.© (1) [✔️] EN EDICION.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora