Los ojos de neptuno.© (1) [✔️] EN EDICION.

~Capitulo 21~

(FLASHBACK 1 mes antes)
Veronica:

—¿Poe estas seguro de que...? —Aunque este era uno de los bosques más concurridos de todos me generaba algo de miedo estar literalmente a la intemperie.

—Veronica, esta feria se trata de esto, dicen que es una tradición japonesa. —Me sostiene más fuerte dándome seguridad. —Si te digo más simplemente pierde la magia.

El camino era oscuro, sin embargo, sabía que, así como nosotros había muchas personas deambulando por ahí, además de que tenía toda la confianza del mundo depositada en él.

—Necesito que cierres los ojos. —La luz de la luna se reflejaba en sus ojos asemejándolos las estrellas que la acompañan o a lo que hay más allá de lo que conocemos.

Cierro mis ojos quedándome con la imagen de aquellos luceros que habían guiado mi vida hasta un lugar feliz del que jamás quiero despertar.

Su mano en mi cintura me guiaba por un par de segundos escuchando las ramas crujiendo bajo nuestros pies, ya no tenía miedo, sentirlo a mi lado me daba la seguridad de que nada me podía pasar, aunque hablando de realidades habían posibilidades.

—Puedes abrirlos.

Abrí mis ojos asombrándome en extremo por lo que veía, una sábana blanca extendida el suelo, faros de luces apuntando a una pequeña mesa con dulces, licores y globos de color rojo adornado toda la mesa.

Se acumulaban lágrimas en mis ojos de forma involuntaria, nunca habían hecho esto por mí y mucho menos a tal magnitud, miraba atónita cada detalle emocionada en mi interior por lo que veía.

Me lanzo a sus brazos besándolo con bastante emoción corriendo por mis venas.

—Sorpresa. —Toma mis mejillas y deja un beso en mi coronilla apuntado a la mesa para que tomara algunos dulces, eran mis favoritos por lo que no dudaba un segundo en girarme, acercarme y tomar algunos.

—Poe esto es realmente... —Me giro dejando caer los dulces de mis manos al verlo arrodillado frente a mí. —Poe yo...

—Shhh... escúchame. —Me mantenía en mi lugar sintiendo las lágrimas correr por mis mejillas asustada en gran parte por lo que podría salir de sus labios. —Sé que has pasado por mucho y que tal vez no he estado ahí para ti, eres una mujer increíble, deberías ser venerada por lo hermosa que eres. —Sus palabras no mermaban las lágrimas, pero hacían que mi corazón quisiera salir del pecho. —Eres apasionada en todo lo que haces y créeme que no hay una mujer en esta tierra que haga el amor como tú.

Lo último me saca una pequeña sonrisa mientras paso mis dedos con cuidado por mis mejillas limpiando las lágrimas.

—Sé que no soy igual que él, ni cerca de serlo, pero también sé que debo darte tiempo de superar un matrimonio, quiero amarte como nadie lo ha hecho y entregarme a ti por completo, por eso... ¿Quieres ser mi novia? —Abre la pequeña cajita que tenía en sus manos y sonríe nervioso ante mi dejando ver un hermoso anillo sencillo, aunque con pequeños diamantes hermosos incrustados por todo el anillo.