Capítulo 1

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-¿Qué tal Lara? Hacía mucho que no te veía. O al menos eso creo.

Este es Mike. Lo conocí cuando llegué aquí. Él ya llevaba un año y fue el que me enseño este lugar. Sin él habría estado perdida.

-He estado en el mundo real, ya sabes, cotilleando un poco y eso- digo haciendo un pequeño gesto con la mano para quitarle importancia.

-Siempre ahí metida -así dicho parece que me paso el día metida en un antro de mal muerte - ¿Es que no te aburres?

-Deberías ir algún día, no está tan mal.

Cuando me doy cuenta estoy subiendo las escaleras del instituto. Sí, en este sitio también hay instituto, pero aquí entramos a las 10 en punto. Es como una gran ciudad, pero cuando piensas mucho en el mundo real, la persona que controla este lugar, te deja visitarlo. Y cuando te aburres vuelves, tan sencillo como eso.

-Sí, cuando los ángeles dejen de volar. En ese momento te acompañaré - bromea Mike y no puedo evitar soltar una risilla. Mierda, he caído. Ahora se pasará haciendo chistes malos todo el día.

-Hey, ¿sabes lo que le dice un tomate a otro? -pregunta

-¿Qué vamos a llegar tarde a clase? -respondo mientras giramos el último pasillo para llegar a nuestra clase.

-¡No! Venga, piensa un poco -me insiste. Yo niego con la cabeza y pongo la típica cara que siempre parece indicar: estás loco. -Vengaaaa -sigue insistiendo.

-No lo sé, me rindo.

Me siento en el sitio de siempre, entre la pared y Mike. Así puedo hablar y dormir contra la pared a la vez. Ninguna profesora de Naturales se entera de nada. Jamás. Ni siquiera cuando estaba viva.

-Este es muy bueno, atenta -hace una pausa para hacer la mierda de chiste que está a punto de soltar un poco más interesante - ¡Te has puesto colorado!

Mike suelta una risa. Esas típicas risas de los chicos que no llegan a ser una risa completa.

-Si, tienes razón, es buenísimo-exagero y pongo los ojos en blanco.

Al fin llega la profesora. Mike puede ser todo lo que tu quieras, pero nunca, nunca, habla en clase. Para él es una gran falta de respeto. ¡Vaya tontería! Y no sólo no habla en clase, tampoco hace señas ni juega a hacer cosquillas en la espalda al de delante con un boli. Su antigua profesora debía de estar encantada con él.

-Buenos días chicos, ¿qué tal las vacaciones? -pregunta Sophie, la profesora de Naturales.

Se oyen muchos murmullos por la clase. Oigo algún "Bien" "Cortas". Debo de ser la única que diría "¿Cómo me van a ir? Estoy muerta." Me arrebujo en la silla para soportar una clase entera hablando sobre la reproducción asexual cuando Sophie suelta una bomba.

-Hoy ha llegado un nuevo alumno -la sala se llena de voces -¡Callaos! Quiero pediros por favor que seáis delicados con él y le ayudéis en todo lo que podáis. De todas formas acaba de morir.

-¿Y dónde está? -pregunta Ainhoa, la pija de la clase. Otro más para su lista.

-Llegará dentro de unos minutos, estará hablando todavía con el director -responde Sophie con una sonrisa en la cara- Bueno, sigamos con el tema. ¿Habéis hecho todos los deberes?

Me vuelvo a sumergir en mi mundo. Ahora lo veo todo borroso y me lleno de escalofríos. Me relajo y creo que llego a cerrar los ojos cuando el pesado de Mike me despierta.

-Hey, Lara, ¿cómo crees que será? -espera unos segundos y continúa- Lara, ¿Lara? Ya sabes que no me gusta hablar en clase.

-¿Qué más da? Se juntará a Ainhoa, tendrán un gran romance, vivirán felices y comerán perdices hasta que ella se aburra, pasará algo grandioso -llego a esta parte poniendo una cara de asco- se olvidará de él porque ya tendrá todo lo que quiere y el pobre muchacho se sumirá en la desesperación y vivirá angustiado y solo toda la eternidad. Es lo que les pasa a todos -comento sin abrir los ojos haciendo un gesto de indiferencia con los hombros.

-Vaya, alguien se ha levantado con el pie izquierdo.
Oigo como Mike se echa hacia atrás en su pupitre. Estar muerto te proporciona un gran oído. Me tapo bien en mi capucha y me pongo los cascos. Así no tendré por qué ver al nuevo compañero de clase, y tampoco tendré que ver la ansiosa cara de Ainhoa mientras esté ocupa el sitio que curiosamente hay a su lado. De repente alguien pica a la puerta y los músculos de mis compañeros se contraen. Puedo sentirlo.

Cuando el pasado sí importaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora