La playa de este lugar era enorme. La arena era blanca y el agua estaba limpia. Cristalina. Se formaban pequeñas ondas en la orilla y si te metías un poco más adentro había buenas olas. Cuando Jace había picado, llevaba un bañador, una camiseta y unas chanclas y llevaba dos tablas. Una algo más grande que la otra.
Cuando llegamos lo primero que hice fue estirar la toalla y quitarme la ropa para quedarme en bikini. Mientras buscaba las gafas de sol en la mochila notaba como Jace me miraba de arriba a abajo discretamente. En cambio, cuando me llegó el turno de mirarle yo a él mientras que se echaba crema, no fui nada discreta. Luego se ofreció a echármela a mí en la espalda y cuando hubo acabado, me abrazó y me susurró:
-Te quiero
-Yo también
Luego nos pasamos un rato tirados en la misma toalla, pero no porque no tuviésemos otra, hablando de temas banales y riéndonos. Mike me iba a matar. Lo único que había averiguado era que hacía surf, que estaba para mojar en mantequilla y que le gustaba el pollo.
-¿Tenías hermanos? -pregunté, haciendo el trabajo sucio.
-Sí, tenía un hermano
-Mm... ¿Cómo se llama?
-Se llamaba Harry. Murió antes que yo.
-Oh. Lo siento mucho.
¿Para qué habré preguntado nada? ¿Qué le puedo decir ahora?
-No lo sientas. Siempre intentaba hacerme la vida imposible.
-¿No os llevabais bien? Supongo que seríais como mi hermana pequeña y yo. Todo el día discutiendo.
Sonreí, y él me devolvió la sonrisa.
-No es eso. Él era el típico chico malo. El que salía con todas las chicas. Y el que hacía cosas que no debía hacer. Se drogaba, bebía, y bueno ya sabes lo siguiente, ¿no?
Asentí con la cabeza. Decir eso de tu propio hermano debe de ser muy duro.
-¿Cómo era? Me refiero, físicamente.
-Ah, bueno. Éramos gemelos. Yo era el guapo.
Solté una carcajada.
-¿Y tu hermana? -me pregunto. Supongo que para cambiar de tema.
-Ella tenía 5 años. Era muy pesada. Morena, con los ojos grises. Era muy traviesa. Y me odiaba.
-Oh, venga. No digas eso. Seguro que te quería mucho.
Recuerdo aquel día en ese coche. Todo el dolor que sentí. Y después...nada. Después aparecí aquí, como si nada hubiese pasado.
-Gracias a ella estoy aquí. No creo que me quisiese mucho.
Jace no dice nada. Y le comprendo. Yo tampoco sabría que decir. Se acerca más a mí y me rodea la espalda con su brazo. Con el otro me acaricia la cabeza, intentando tranquilizarme. Noto como mis ojos se empiezan a llenar de agua y me comienzan a picar. Aflora la primera lágrima, pero Jace rápidamente la seca con su dedo.
-¿Cómo pasó?
Supongo que este momento llegaría tarde o temprano. Solo se lo había contado a Mike, pero supongo que sería ya la hora de contárselo a alguien más.
-Veníamos mis padres, mi hermana, mi perro y yo de la playa. Se le había olvidado el cubo de arena. Su favorito. Mi padre dió la vuelta, pero se equivocó de sentido. Chocamos contra un árbol y el coche de atrás chocó contra nosotros. Scooby y yo aparecimos aquí -las lágrimas vuelven a surgir en mis ojos- cuando quisimos irnos, ya era muy tarde.
-Lo siento.
Noto como traga saliva y me abraza más fuerte.
-En el coche de atrás iban dos personas. El copiloto murió.
Ahora Jace deja de respirar por un momento. Y al momento siguiente traga saliva. Lo sabe. O al menos piensa lo mismo que yo. Me planteo decirle mi teoría, pero tal vez me equivoque y no me quiera hablar más por acusarlo de eso tan horrible.
En su lugar me acurruco en él y veo como las olas pasan mientras las lágrimas siguen saliendo.
..............................
-Ahora, gira a la derecha.
Y le hago caso. Estoy encima de su tabla, en la arena. Aprendiendo las cosas básicas antes de meternos en el agua para intentar no matarme. Llevo puesta una licra de Jace encima del bikini. Me queda enorme.
-Haz más fuerza aquí -me dice tocándome una parte de la barriga con la mano.
Y le hago caso. Practicamos un par de veces más como ponerse de pie y nos metemos en el agua. Cojo firmemente la tabla para que no se mueva con el agua y se me vaya. Cuando estamos un poco más adentro la poso y Jace me indica como sentarme en ella. Le imito y cuando me dice que reme lo hago. Miro hacia atrás y veo una ola. Desde aquí abajo parece enorme, pero a Jace no parece importarle.
-Jace es muy grande -grito
-Eso parece. En realidad es diminuta.
Sigo remando y cuando estoy encima de ella me subo como me había dicho hacía unos minutos. Y lo consigo. Consigo ponerme encima de una ola por primera vez en mi vida. Mejor dicho, en mi muerte. Me dirijo a girar, y...me caigo. Sumerjo la cabeza en el agua y consigo levantarla justo a tiempo para ver a Jace haciendo giros que parecen ser fruto de años de práctica. Luego se cae y se sumerge en el agua. Cuando sale tiene el pelo negro mojado, que se le pega en la zona de la nuca. Sus ojos se funden entre el mar azul, y sus pestañas, negras y rizadas, tienen gotas de agua adheridas. Su boca luce una sonrisa. Orgulloso, se acerca a mí y posa los labios sobre los míos. Ahora la que se funde soy yo. No sus ojos.
..........................
Al lado de la playa hay una fila de chiringuitos. Entramos en uno en el que hay un gran cartel en el que pone que se venden batidos. Jace compra uno de zanahoria, manzana y pepino. Sé que suena mal. A mi me compra uno de chocolate y manzana. Delicioso. Volvemos a las toallas y nos sentamos, yo entre sus brazos. Hace poco he compartido la causa de mi muerte con él. Y creo que él piensa lo mismo que yo. Estábamos los dos en la muerte del otro. Presentes. Causándola. Y ahora estábamos los dos en la playa. Entre sus brazos. Nos habíamos besado y todavía no habíamos hablado de nada de esto. Íbamos a pasar juntos el fin de semana.¡Y nos acabábamos de conocer! Era todo tan extraño... Y si pasábamos juntos el fin de semana, ¿dormiríamos juntos? No podía quitarme todo esto de la cabeza. Esto estaba mal...muy mal. Demasiado.
Me acordé de que tenía la cámara en la mochila y la saqué. Jace miraba como la encendía y colocaba de l objetivo. Salí de entre sus brazos y me senté como una india en la otra toalla, llena de arena. Acerqué la cámara a mi cara e instantáneamente vi a Jace en la pantalla. Su pelo negro y ondulado, sus ojos azul oscuro y sus labios rosas y carnosos. Bajé la mirada hasta toparme con su torso. Podía ver perfectamente sus músculos y su barriga sin una pizca de grasa sobrante.
Apreté el botón.
Y la imagen se guardo en la memoria. Entonces me quitó la cámara de entre las manos y miró por el objetivo. Me di cuenta de que esta despeinada y levante las manos para colocarme el pelo.
-No. Para. Así estás perfecta.
Bajé de nuevo las manos y apretó el botón.
-Listo
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Cuando el pasado sí importa
Teen Fiction¿Qué pensarías si un día llegas a clase y descubres que el chico nuevo ha muerto contigo? Lara parecía que llevaba una vida normal "en la zona del puente" hasta que conoce a un chico con unos ojos pragmáticos: Jace. Su mundo se viene abajo con la ap...