ANGEL ━ CAPÍTULO TRES: ❛ PARA ESO ESTÁN LOS AMIGOS ❜
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Si en el verano alguien le hubiera dicho a Calíope Kane que hoy en día se encontraría ayudando al skater odia musicales en su primer ensayo como rol principal en la nueva obra de la escuela, lo más probable es que más de una fuerte carcajada hubiera salido inconscientemente de ella, sin emabgo aquí estaba.
Uno de los pasillos principales de East High se encontraba completamente vacío, claro, sólo con la presencia de la muchacha Kane y Ricky Bowen. Ambos adolescentes charlaban sobre lo que habían hecho durante su largo día escolar, en especial en los momentos que ninguno de los dos había logrado pasar el tiempo juntos, pero, como si no fuera algo de esperarse, el de ondulados cabellos llevó la conversación una vez más hacia su ex novia.
─¿Sabes algo, ángel? Voy a solucionar esto con Nini y lo voy a hacer con feromonas. ─un orgulloso y sonriente Ricky paró en seco en medio del pasillo, logrando que Calíope imitará su acción y él se posicionará frente a la castaña; observó como la neutra expresión en su rostro había cambiado por una de confusión, ante esto sacó una pequeña botella de perfume medio llena de su bolsillo─ Lo que quiero decir es que lo que hueles es más importante que lo que ves.
Las palabras del ruloso no ayudaron que el semblante de Callie cambiaran, debido al hecho de haber apreciado como su amigo sacaba una botella del bolsillo de su azulado polerón.
─Espera, ¿cómo es que ese perfume cabía en tu bolsillo? Yo ni las llaves de mi casa la puedo guardar.
Ricky la miró con una ceja alzada y sacudió su cabeza divertido.
─Eso no es lo importante aquí, ¿bien? Lo que en verdad importa es que la primera vez que usé esto ─le tendió la botella, a lo que ella la observó con atención, leyendo cada letra del envase─ fue porque una chica que trabajaba en el centro comercial me lo roció encima y yo le dije: "¡Oye, lárgate!", pero Nini estaba en plan de: "Nunca vuelvas a lavarte esa parte del cuello". Y hace no mucho rato atrás le pedí a Big Red que me rociara todo el cuerpo con esta cosa y así lo hizo ─se acercó más a la chica─. Si quieres puedes olerme.
Calíope, sin pensarlo dos veces, acercó su cabeza al cuello de su amigo y lo olfateo, acción que provocó que Bowen soltará un leve risa al sentir la respiración de la chica chocando con su cuello, sin embargo un estornudo amenazó con escapar de la chica al tener el fuerte aroma de aquel perfume muy cerca de sus fosas nasales, pero, para la suerte de ambos, logró mantenerlo dentro de ella, causando que su nariz y ojos picaran.
