ANGEL ━ CAPÍTULO CUARENTA Y UNO: ❛ HOGAR ES DONDE EL CORAZÓN ESTÁ ❜
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El resto de la tarde pasó más rápido de lo que Calíope Kane hubiera esperado o deseado, pero como dicen por ahí el tiempo vuelo cuando uno se divierte... Y tal vez esto de conocer la cabaña en la que se hospedería ━ la cual era nombrada como "La Colmena" ━, desempacar partes de sus pertenencias, tener una charla de chicas, visitar a sus amigos en su cabaña y esquivar a lo menos tres golpes en el rostro que dos de los compañeros de sus amigos estuvieron a punto de darle con un balón de rugby, conocer un poco más el lugar con un poco de la ayuda de Gadget o Maddox, el cuál era su nombre, era algo que la lograba emocionaba más de lo que ella siquiera hubiera esperado.
Sí, unas horas atrás no hubiera pensado en eso luego de escuchar a Dean decir que EJ les había comentado sobre como podría encontrarse a un oso de vez en cuando, pero al ver la maravillosa naturaleza que se encontraba rodeándola, aquel miedo simplemente se esfumó como si hubiera sido por arte de magia.
Pero ahora ella se encontraba con su cuerpo en el suelo, mientras que su cabeza reposaba en su mano derecha y en su otra se encontraba uno de sus lápices de tinta de diferentes colores, el cual al moverlo sobre la blanca hoja de papel con un poco de su perfume ━ una de las locas ideas que Ashlyn le había dado o, bueno, en realidad le había obligado al rociar cuando tomó la botella del perfume de su mesita de noche ━ escribían largos párrafos sobre como había estado su día y todo lo que había ocurrido hasta el momento, al igual sobre como lo mucho que lo extrañaba y esperaba para poder verlo en un par de días.
Poco sabía ella sobre la poca cantidad de horas o incluso minutos que faltaban para que ambos se reunieran una vez más.
Las comisuras de sus labios se elevaron con rapidez una vez que escribió su nombre al final de la carta como una firma y luego comenzó a decorar las esquinas del papel con diferentes pegatinas que Ashlyn le había entregado antes de que ella comenzará a escribir su carta para Big Red... Unas diferentes a los que ella había usado, por cierto. Luego, Calíope volvió a leer cada una de las palabras que había plasmado en el papel para asegurarse de que no existiera ni una sola falta ortográfica y tras notar que no se encontraba ninguna, tomó el delgado papel con sus manos y lo dobló por la mitad con sumo cuidado de que cada punta quedara con la otra; un pequeño suspiro de alivio logró escapar de sus labios al darse cuenta de que todo salía a la perfección.
Cuando la muchacha tomó el sobre hecho por ella de color rosa pastel de su cama, el sonido de la puerta de madera rechinar al ser abierta capturó su atención, causando que elevará su mirada del suelo y la posara en la persona que ahora sólo la miraba con sus brazos enredados en su pecho y una pequeña sonrisa.
