Candy traffic [TREASURE]

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—Levantaremos todos los cargos.

El padre de Jihoon estrechó su mano con la madre de Kazama. Todos los presentes en la sala salieron de la comisaría junto a los abogados. El caso estaba cerrado. El juicio de Reaesung y Noa se daría por terminado en una fecha diferente.

—Entonces, si habían cámaras— Dijo Haruto, sonriendo y disfrutando de su libertad.

—Muy bien escondidas— Jeongwoo aún temblaba.

—Chicos, él único que estaba en peligro de ir al reformatorio era yo.

—Tenemos suerte... Además, fue en defensa.

—Partirle la cara a ese bastardo no solo fue defensa.— Mashiho estaba orgulloso, aunque sus nudillos estuviesen lastimados, y le repitieran que la violencia no era la solución.

—Takata Mashiho silencio, o yo por mis propios medios lo haré— La madre tomó a su hijo del brazo— Hasta luego muchachos.— Llevándoselo lejos del estacionamiento por el que caminaban, mientras el chico hacía un pobre ademán con su mano desocupada.

—Debimos quemar todo el lugar.— Jihoon no podía creer hasta donde fueron capaces para limpiarse las manos. Por suerte los padres de los distintos abusadores reconocieron los actos de sus estúpidos hijos.

—Y  limpiamos todo el desastre por nada.

La señorita NoRa asistió para representar a su hijo, que no se encontraba en las mejores condiciones para hacer parte de la reunión donde hablarían una condena injusta. Impotencia era lo único que podía sentir la mujer, después de encontrar todo lo que le sucedía a su hijo detalle por detalle, y todos los momentos que estuvo a punto de perderle por completo. Estuvo a punto de irse, cuando Jihoon le detuvo antes de que colocase un pie sobre su automóvil.

—Lo siento por... No protegerlo.

—Yo también lo siento, Jihoon.

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Los siguientes días de clase, después de un tedioso fin de semana de papeleos y acuerdos legales, los chicos pudieron volver de una manera u otra a su rutina diaria.

Juntos de nuevo, en el receso, con la ausencia de otros claro.

—Yoshi.

—¿Hmm?.

—Muevo un poco tu trasero, lo ocupas todo.

La guarida como siempre, se encontraba vacía, pero nuevos integrantes se unían a la junta. Jaehyuk y Yedam no se veían tan animados del todo. Nadie lo estaba, ni siquiera Doyoung, que dormía en las piernas de Haruto.

—¿Alguien ha hablado con él?

—Su madre le tiene prohibido hacerlo.

—¿Hablarnos?— Preguntó Hyunsuk.

—Hablarnos, vernos, tener contacto con nosotros.— Contestó Jeongwoo.— Lo pidió la última reunión.

—Por ahora ¿No?

—Eso queremos pensar.— Haruto masajeaba su frente, intentando ignorar la migraña.

Mashiho se colocó en pie, y abandonó el lugar.

—Iré yo.— Jihoon de nuevo le seguía.

Pararon en algún punto del camino, solo para enfrentar por fin lo que tenía por decir cada uno.

—Todo esto ¿Lo hizo para protegernos?

Park pensó por unos instantes que era mejor callar.