Capítulo 6

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Me quedan pocos metros para llegar al instituto, de pronto, noto una sensación rara en el ambiente, dándome la impresión de que todo el mundo me observa e incluso en los pasillos algunas chicas se ríen de mí.
Me tapo mi rostro sintiéndome cohibida hasta llegar al aula, donde al dejar mis cosas en mi pupitre, un chico de la clase, se acerca hasta mí, descaradamente coge una silla y se sienta mirándome.

— Disculpa, ¿Te se ha perdido algo? — Pregunto desconcertada ante la mirada avellana y pícara de mi compañero.

—  Nada, ¿no puedo saludarte María? — ¿María? ¿Qué está pasando aquí?

— No me llamo María y lárgate de aquí. — Alzo la voz enojada intentando apartar a ese chico de mi lado.

— Johan, haz el favor de respetar a una chica. ¿O no te han enseñado modales en tú casa? — Respiro aliviada al escuchar como Aarón lo pone en su lugar.

El chico se marcha entre risitas, yo sigo temblando consternada por lo que acaba de suceder.
Miro Aarón, pero él se marcha dejándome una sensación de vacío.
El profesor llega y las clases comienzan.
En un momento dado debo de levantarme para hacerle entrega de unos ejercicios.
En la clase no se escucha nada, y de pronto la voz de otro chico hace que me altere.

— Disculpa, tienes una mancha roja en el pantalón. — Puedo oír risas por lo bajito de mis compañeros mientras  yo busco en mi pantalón la mancha.

— Ah no, pero si tú eres pura no debes de buscarte manchitas. — ¿Pura? ¿Qué ha querido decir con eso? El profesor los manda a callar a todos, pero es tarde, me he convertido en el centro de burlas de mis compañeros.

Al llegar el descanso, espero que se vayan todos para poder hablar con Aarón, pero él me responde con un mensaje de vernos en la biblioteca.
Exactamente, no entendía que estaba ocurriendo y porqué personas que no conozco me miran descaradamente mofándose de mí.
Llego todo lo deprisa que puedo a la biblioteca. Agradezco de que no haya nadie, solo cuatro personas y parecen que están concentrados en sus estudios.

Tomo asiento en la mesa, miro a mi alrededor, no hay nadie que me intimide, saco mi material y al momento una chica con pelo verde, vestida todo de negro se acerca a mí.

— ¿Eres Angie verdad? — Clavo mis ojos en la chica sin saber qué demonios está sucediendo para que venga a mi mesa tome asiento como si nos conocemos presentándose.

— Depende. ¿Quién eres tú?

— Soy Jazmín, mucho gusto. Disculpa si me presento así, pero quería preguntarte cómo una chica tan tímida como tú, que te la pasas todo el rato en la biblioteca escondiéndote de todo el mundo, aunque no pongo en duda de que quieras estudiar, puede aspirar a desvirgarse con un chico como Aarón Koner.

— ¿Qué? Eso no es cierto. Yo... — Siento un nudo en mi garganta ante lo que me acabo de enterar. — Eso es mentira, como, digo...— Balbuceo por el impacto que siento dentro de mí al haberme enterado de algo así.

— Tú misma lo publicaste en el muro del grupo del instituto. Dejaste un comentario diciendo que tú fantasía sexual es poder desvirgarte con Aarón  Koner — Niego con mi cabeza mirando a Jazmín dejando caer gotas pequeñas por mí rostro.

— Es mentira, eso no es verdad. — Jazmín me observa al mismo tiempo que me ofrece agua.

— Mira Angie, yo no soy nadie para juzgarte, todas hemos fantaseado con Aarón, por lo buenísimo que está. Pero pienso que deberías tener más cuidado con lo que escribes, aquí en el instituto, cualquier cosa por la mínima que sea, sirve para ser más popular o ser un fracasado.

— ¿Porqué? Yo no he hecho nada. Ni siquiera sé si hay un grupo del instituto o no. Yo solo quiero estudiar, no me meto con nadie, no estoy haciendo nada malo y mucho menos haría algo así.

DEMUÉSTRATE QUIÉN ERESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora