Me encuentro en casa de Yur terminándome de arreglar para que me vea linda Kike, ya que me habló está mañana, expresando las ganas que tiene de volver a estar conmigo. Debido a que él había estado en casa de sus abuelos durante unos días mientras su padre seguía solucionando su divorcio.
Kike había ido a buscarme a mi casa por la mañana, dándome la noticia de que esa misma noche quería presentarme a su padre. Estaba muy contenta de poder conocer al padre de Kike, aunque Kike no me había hablado hasta el momento bien de él, yo quería al menos poder ayudarle para que padre e hijo tuvieran un acercamiento y dejaran atrás su enemistad.
Debo de reconocer que estaba demasiado nerviosa, tuve que pedir ayuda a mi amiga Yur para que ayudara arreglarme para al menos caer bien al padre de Kike. Yur me había prestado un vestido color rosa pálido de tirantes y sin apenas escote, también me prestó unas sandalias con algo de tacón y por supuesto me ayudó con mi pelo y maquillaje. Mientras que Yur que me arreglaba, yo más fascinaba estaba con mi cambio de look.
Debido a que yo siempre he llevado el pelo en una trenza o coleta, mi vestimenta ha sido pantalones anchos, zapatillas de deporte y sudaderas, verme luciendo tan bella y todo para que el padre de Kike tuviera una buena impresión de mí.
A las misma siete de la tarde, Kike toca la puerta de mi apartamento. Al verme, sus ojos brillan como dos estrellas, esbozando una sonrisa me sujeta por mis manos expresando lo bella que me veo.
— ¡Wuau! Te ves realmente bella Angie.
— Espero causar buena impresión a tu padre. — Pronuncio chupándome los labios viendo como mi novio me devora con la mirada haciendo que me entre más nervios y más ganas de besarlo.
— Angie, no debes hacer esto por mi padre. Por mí, te hubieras presentado como yo te veo todos los días, y por eso te amo. Por quién eres, no por lo que pretendes aparentar. Recuerda que no debes de demostrar a nadie otra persona que no seas tú. Tú eres así de bella, el maquillaje y este vestido son complementos, pero tu belleza eres tú misma. — Miro con adoración a mi guapo novio. Ya no puedo aguantarme las ganas de rodear su nuca y besarlo. Él me rodea por mi cintura susurrándome lo mucho que me ha extrañado estos días.
— Yo también te he echado mucho de menos. Y por ello, hoy, que es tú cumpleaños quiero regalarte esto. — Le hago entrega del retrato que le he hecho.
Kike sonríe impresionado por el retrato, agradeciéndome el que le haya dibujado declarándome que era algo que había deseado desde pequeño, ya que su madre también era una excelente pintora.
Acto seguido, y tras haberle presentado a Yur, nos vamos hacia su casa.
Durante el trayecto, pienso en cómo será su padre y si me aceptará. Al fin de cuentas yo no tengo nada, soy una chica pobre que no tiene nada, mientras que Kike lo tiene todo. Yo lo único que puedo ofrecerle es mi amor y apoyo incondicional. Esperando que esta felicidad que recién comienza sea eterna y nuestro amor no muera. Quiero a Kike y hasta ahora él me está demostrando su interés hacia mí.
Al llegar a su casa, pasamos agarrados de la mano hasta el salón donde hay una gran mesa preparada con un mantel blanco, copas de cristal y una vajilla blanca con cubiertos de plata. Todo muy elegante. Miro algo desconcertada a Kike, incluso estoy demasiado histérica, hasta las piernas comienzan a flaquearme pensando en que todo saldrá mal y su padre no aprobará nuestra relación.
— Angie, no debes de temblar, mi padre dentro de lo que cabe no es tan malo con las demás personas. Solo saca su mal genio conmigo. Estoy más que seguro que le vas a caer bien.
— Eso espero. — No quería preocuparar a Kike, pero en cierto modo, estaba temblando de pánico debido a que era más que evidente de la gran diferencia que había entre Kike y yo.
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DEMUÉSTRATE QUIÉN ERES
AcakTan solo era una niña cuando Angie pierde de manera trágica a su padre y por presenciar la muerte de su padre todo comienza a cambiar en su vida. No sólo, opta por coger el camino más fácil cegada por la rabia de meterse en líos a lo que su mente le...