Capítulo 12

194 35 11
                                    

Podría decir que durante estos tres meses había logrado sonreír. ¿Porqué? Muy simple. Había encontrado todo lo que más anhelaba, y hasta ahora todo en mi vida comenzaba a tener sentido.
Tenía el trabajo perfecto.
Me encanta lo que hago, además el   dinero que gano me permite obtener todo aquello que siempre he deseado. Kike y Aarón me visitan siempre que pueden. Ya que Aarón dispone de poco tiempo debido a sus entrenamientos y Kike anda de viaje con su padre, y está algo liado con los exámenes.

Yo no he podido seguir estudiando debido a mi trabajo. Rubén me ha informado sobre las clases nocturnas.
Le he dado muchas vueltas, que creo que iré hacerme la matrícula.
Yur y yo hemos creado una bonita amistad, y en ocasiones, he tenido que curarle sus heridas mientras ella se desquita con lágrimas de todo el calvario que debe pasar.
Lo único que puedo hacer es apoyarla y abrazarla en sus momentos más amargos, de alguna manera, nos consolamos ambas.

Al llegar al trabajo Rubén me dice que una de mis compañeras se ha puesto enfermera, por lo que la tengo que sustituir.
Asiento con mi cabeza y me voy hacia el baño donde me cambio, poniéndome el uniforme de camarera.
En un principio todo es tranquilo, y aunque estoy algo nerviosa porque pocas veces he realizado este trabajo de camarera, me esfuerzo y trato de hacerlo lo mejor que puedo.
Todo va perfecto, hasta que veo de pasar al grupo y como no, entre ellos se encuentra Cala.
Paso inmediatamente a la cocina y le pido a Rubén de ser reemplazada. Él, se niega.
Yo debo de callarme y obedecerle.
Por lo que con toda la tranquilidad que pueda fingir me dirijo hacia la mesa donde se encuentran todos mis amigos menos Kike, al parecer sigue de viaje con su padre.

Saludo a todos mis amigos sin dejar de sonreír. Tomo nota de lo que me piden, pero es Cala quién comienza hablar lanzando indirectas referente a mi.
Hago que no escucho nada y me voy hacia la cocina para entregar el pedido.
Al regresar con la comida, Cala comienza hacer ascos a la comida.
Trato de dirigirme a ella con normalidad, aunque por dentro sienta fuego y ganas de querer hacerla callar.

— Esto no ha sido lo que yo he pedido.— Protesta Cala dejándome en evidencia delante de los demás.

— Disculpe. Dígame qué desea y se lo cambiamos ahora mismo. — Yo sé perfectamente que todo lo está haciendo a propósito.

— Por favor, que me atienda otra persona que no seas tú.

— De acuerdo. — Me giro sobre mis talones caminando hacia la cocina.
Hablo con Rubén contándole lo que ocurre.
Rubén me dice que sea yo quien la atienda.
Vuelvo de nuevo hacia la mesa. Cala al verme comienza a protestar, hablando en voz alta dice:

— Es que no quiero que está chica me sirva. De hecho, no sé qué hace trabajando aquí cuando ha tenido que estar en una clínica de locos porque tiene problemas mentales.

— ¡Cállate Cala! — Grito intentando silenciarla para que no siga hablando. No quiero que mis amigos se enteren de nada.

— Deberías seguir en esa clínica. Sabéis, tengo mucho miedo de que pueda golpearme, lo ha hecho a menudo, incluso golpeó a mi madre. Su propia tía, después de portarnos bien con ella. — Cierra la boca Cala. Ya no puedo más y me acerco a ella agarrándola del brazo.

— Eres un peligro Angie. No puedes controlar tu ira, y todo por qué no estás bien de la cabeza.

— ¿Eso es verdad Angie? — Escucho por detrás de mí a Rubén haciendo la pregunta haciendo que me quedé callada soltando de mala gana a Cala.

— Yo...— Comienzo a ponerme nerviosa. — Puedo explicarlo.

— Ven, acompáñame.  — Antes de seguir a Rubén miro directamente a mi prima y la cara de satisfacción que tiene. Mientras que el resto del grupo me observan sorprendidos. Como si en verdad estuviera loca.

DEMUÉSTRATE QUIÉN ERESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora