DEMUÉSTRATE QUIÉN ERES

Capítulo 19

Después de lo ocurrido con ese chico, Vera y yo hablemos del tema y ella entendió que no estoy preparada para dar el paso. Fiorella me aconseja de entregarme cuando me sienta preparada pues cada una tenemos nuestros pensamientos y sabemos lo que hacemos.
Amo a mis dos amigas. Ellas se han convertido en mis muletas, donde puedo apoyarme siempre y con toda libertad hablamos de todo.
No hay tabú entre nosotras y ellas me entienden.
Y eso me hace feliz, caer bien a la gente, que me comprendan y sobre todo, sentirme a gusto.

Y aquí estamos las tres preparándonos para la graduación.
Hemos acabado nuestra carrera y hoy nos vamos a graduar.

Estamos muy nerviosas, no dejamos de reír nerviosamente sentadas en nuestras sillas del gran jardín de la universidad esperando que el decano deje de dar el discurso para que el director de la universidad nos de los diplomas.
Por lo que me entero a última hora ha habido un cambio y será el hijo de la fallecida Greta Donan quien nos haga el honor de entregarnos nuestros diplomas. Una pintora de las  más respetadas y querida aquí en Florencia a pesar de haber transcurrido años desde su muerte se le sigue recordando y sus obras son las más demandadas en cuanto venta aunque algunos de sus cuadros se exponen en distintas galerías de arte.

Al subir al atril me quedo tan asombrada como mis amigas y demás estudiantes. Creo que todos esperamos un hombre de unos cincuenta años, bueno algo menos, pero no un hombre joven y apuesto vestido con un traje gris que le sienta demasiado bien realzando su belleza.

— ¡OMG! ¿Habéis visto lo bello que es? Qué calores me están entrando. — Sin cortarse ni un pelo y dándose aire con la mano Fiorella habla alto haciendo que las chicas que estamos sentadas en fila comentamos los bello que es el señor Donan.

Un rato después, nos van nombrando para subir arriba para recoger nuestros diplomas. Primo va  Fiorella, al verla con sus mejillas rojas puedo llegar a adivinar que sea el señor Donan más bello de cerca que de lejos.

— Chicas, os informo de lo bello que es. No tenéis que poneros nerviosas, pero eso sí, quiero que seáis conscientes que él   está para hacerle un favor. — Todas comenzamos a reírnos por las ocurrencias de mi amiga.

Al llegar mi turno, me levanto con una sonrisa caminando segura de mí misma y con ganas de recoger el diploma donde está plasmado todo el trabajo y esfuerzo que me ha costado durante estos tres años para poder conseguir una de mis metas.

— Gabriela, aquí tiene su diploma. — Su voz es ronca y suave, no quiero mirar al apuesto hombre que tengo delante debido a que en mi estómago hay un cosquilleo que me vuelve más torpe.

— Gracias. — Es lo único que puedo responder antes de terminar de saludar a los demás profesores.

Con mi diploma en la mano busco a mis amigos. Los cuales estamos contentos como para irnos esta noche a un club nuevo que han abierto hace poco para celebrarlo.

La noche prometía, estamos de celebración y por ello me salto mi propia regla de no beber. Quiero liberarme por esta noche estoy muy contenta de verme en esta situación, rodeada de amigos que me conocen y me quieren como yo a ellos.
Filipo me anima para ir a bailar, yo estoy deseando y Vera junto a Fiorella y Ernesto se unen a nosotros.
Bailamos, bebemos, reímos hasta que el alcohol comienza apoderarse de nosotras y acabo por decir estupideces.

— Gabriela, mira quién está en la barra pidiendo algo de beber. — Sin cortarse un pelo, Fiorella señala con el dedo en dirección donde se encuentran tres chicos guapísimos con pinta de ser americanos. Mis ojos se quedan fijos en la figura masculina que está enfrente mío pero a unos cuantos metros.
En esta ocasión va vestido de informal, con unos tejanos y un polo blanco haciéndole que su pelo negro y su piel canela resalte aún más.