Yur me hace de sentarme, creo que puede ver lo pálida que me encuentro en estos momentos como para comunicarme las palabras de Kike.
— Angie, parece que estás temblando un poco. No temas, Kike no te guarda rencor, simplemente me ha dicho que respeta tu decisión. Me ha dicho que te desea mucha suerte en tu elección y desea que todo te vaya bien. Pero, está dolido por la manera que tuviste al no haber hablado con él y salir huyendo como si te hubiera hecho algo malo. También me ha dicho que te recordará llevándote en su corazón.
— Kike lleva razón, debí haber hablado con él antes de tomar una decesión tan drástica. Como el tiempo no se puede volver a echar atrás, lamento mucho haberle causado daño. Aunque, me quedo tranquila de haberme enterado de que no me guarda rencor. Bueno, yo también pienso en él y lo llevo en mi corazón.
— De verdad amiga, no me explico cómo pudiste ... —Espero durante unos minutos impaciente por querer saber en la manera que se ha referido Kike sobre mí.
— Quería decirte que fuiste ingenua en tu decisión, querías alejarte de un muchacho tan amable y gentil como lo es Kike. Añadiendo lo mucho que te amaba. Hacéis tan buena pareja.
— Lo sé, pero te prometo que no tuve elección, solo quería que Kike fuera alguien en la vida y por lo que me cuentas todo le va muy bien. Acepto que me equivoqué, aunque soy muy feliz de haber tenido noticias sobre él.
— Debo de marcharme amiga, espero poder visitarte en otro momento y contarte que muy pronto mi hijo estará a mi lado. Ese es mi sueño.
— Rezaré para que tu sueño de tener a tu hijo a tu lado se cumpla. Yo fui testigo de cómo sufriste en carnes propias el sacrificio y humillación para que nada le falte a tu hijo.
— Gracias por todo Angie, cuídate mucho.
Me despido de mi amiga en vernos en otro momento porque, a decir verdad, me ha hecho mucha ilusión poder encontrarme con ella después de tantos años.
Al marcharse Yur voy hacia el salón donde se encuentran los niños aprendiendo su lección. Me quedo parada viendo uno a uno de los niños como hacen sus tareas notando dentro de mi pecho una sensación embriagadora de haber podido ser útil para ayudarles para que sean jóvenes con un futuro prometedor.
Teresa, al verme es la primera que viene a mi corriendo para enseñarme lo que ha aprendido en la lección. A continuación, les doy permiso para que vayan al patio a jugar antes de la hora de la cena.
Mientras los niños juegan yo hablo con Sor Lucía y Sor Juana sobre la buena dicha de haber reunido el dinero suficiente para poder hacer un orfanato nuevo y con mejores instalaciones.
Precisamente en ese momento me llaman comunicándome de tener una visita. Me quedo algo sorprendida por recibir otra visita, aunque la curiosidad me supera y salgo caminando dando grandes zancadas hasta llegar a la capilla donde veo la silueta de mi tía parada mirando los santos.
Al escucharme se voltea mirándome de arriba abajo con su semblante serio.
Respiro hondo antes de comenzar a hablar con ella. Pienso que, aunque hayan pasado los años, debemos de entablar una conversación sobre el pasado. Por lo que sin andarme sin rodeos comienzo a cuestionarle cual es el motivo por el que se encuentra aquí. Y no me creo que venga a comprar dulces.
— Gracias por venir tía, ahora mismo mando para que traigan sus dulces.
— No te molestes, ya los compré. He venido para verte, porque aún no me creo que estés vestida con un hábito. Creo que no estas totalmente curada Angie, y te has refugiado en un convento porque es lo que se parece a la clínica. Me pregunto, ¿Qué haces en un lugar como éste?
ESTÁS LEYENDO
DEMUÉSTRATE QUIÉN ERES
RastgeleTan solo era una niña cuando Angie pierde de manera trágica a su padre y por presenciar la muerte de su padre todo comienza a cambiar en su vida. No sólo, opta por coger el camino más fácil cegada por la rabia de meterse en líos a lo que su mente le...