Capítulo Cuatro

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Bela se impacientaba a diario, no sabía cómo volver a esa bendita escuela para vengarse de esa demente.

Una semana desde el atrevimiento más grande que han hecho contra ella y no sabía cómo demonios hacerse respetar. Es obvio que por ahora duda de la calidad profesional de la morena y mucho peor, no la quiere siendo tutora de su hijo. ¿Qué clase de enseñanza impartirá a sus dirigidos? ¡Ni lo quiere imaginar!

Pero tampoco se le vienen ideas y los casos que a diario le llegan, debido a que son las elecciones presidenciales y ya tiene a dos partidos pidiendo por ella, Bela resultante incapacitada para pensar en otra que no sea cómo generar ingresos, no puede quedarse atrás ni desaprovechar tremendas oportunidades que le cayeron por suerte. Eso explica la semana que se mostró pasiva ante los ojos oscuros de esa docente, quien para ser sincera, la esperaba al día siguiente con una demanda por acoso o lo que sea que se pueda inventar para hundirla; mayor fue la sorpresa de que aquello nunca ocurrió, ni al día siguiente, ni el siguiente.

Pasada una semana, la morena se siente en paz.

Pero este lunes, los docentes del instituto Quergarts, recibieron un documento académico para que asistan lo más presentables ya que tendrán visitas del Ministerio de Educación y por ende, deben mostrar la mejor imagen a los invitados. Momentos de tensión se vivían entre los pasillos. Tanto docentes como estudiantes sabían que estos días están una tortura; Debería actuar y presentar lo correctamente debido para seguir obteniendo el mejor certificado nacional y tener esa reputación inalcanzable, un logro que precede a la escuela desde décadas. Y aquel que se mostrara rebelde al cumplir órdenes, no querrá saber lo que le espera.

Eso es lo que a Bela le parecía la mejor noticia después de mucho. La noticia de que es una de las abogadas elegidas por el Ministerio para representarlos en la evaluación ISSO 2020, le parecía ese manjar de leche que hace años no prueba, pero el sabor es inolvidable. Se lamía los labios al pensarlo, al pensar quería a ver a esa mujer y volver sería ella quien la evaluara.

Esa mañana lleva puestas unas gafas de sol negras, su cabello negro y tan lacio que ninguna hebra se levanta ni con el viento. Su smoking negro con su camiseta blanca le daba el aire poderoso, con tacones altísimos que las mujeres admiraban la fortaleza de caminar con ellos puestos. Siempre ha adquirido la vanidad de vestir bien, en especial, para eventos de alto rigor. Pero lo que sobresalía de Bela, no era ni su escasa joyería, ni su elegante traje, ni sus altísimos tacones, es esa particular sonrisa de diabla que no se le borra, ni agarrando a Daniel de la mano, ni dándole su beso de buena suerte, ni al saludar al director; no, incluso parece efectivamente ensanchado, mostrando esos perfectos dientes blancos perfilados al mirar a la profesora .

Al parecer, una Rebecca estupefacta por la belleza de esa mujer quien parece haber venido a buscarla para cobrarse lo pendiente. No es una mujer de lamentaciones, jamás se había lamentado de haber hecho algo en su vida, y haber besado a la mujer que parece salida de una revista de negocios no le iba a causar remordimiento a estas etapas de su vida. Así que, agarró su cabello en una alta coleta y se estiró la falda para que ninguna arruga crepara.

Rebecca tiene más experiencia en esto, si quería jugar, si quería hacer caer, si quería incluso llegar a intimidarla, pues le va a ser muy difícil conseguirlo.

Después de todo, ella es Rebecca Lozado, una mujer que no acepta medios.

La clase ya había comenzado y sus estudiantes favoritos estaban muy cómodos sentados en sus escritorios.

—Espero que la hayan pasado excelente este fin de semana. Pero como ya sabrán, la semana de refuerzo ha finalizado y hoy empezamos con materia nueva.

Dijo mientras caminaba entre las filas. Ella solo los miraba y su corazón se envolvía en un cálido entorno. Y no pasaba mucho para que los pequeñitos se sintieran a gusto con ella.

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