El desayuno es delicioso y demasiado para dos personas. Las empleadas despertaron a las cinco de la mañana para trabajar y deben estar por ahí, haciendo sus cosas.
Sin embargo, el desayuno lo ha preparado Derek, a pesar de que no aparenta cocinar. Debe de tener otros dones escondidos.
Por otro lado, mientras Miguel y Julio desayunan en silencio. Miguel aun se encuentra atónito por lo que sucedió en el cuarto del rubio, ni si quiera se atreve a preguntarle. No pueden ignorarlo para toda la vida, lo correcto será hablarlo, si es que Julio quiere. Con lo agresivo que es, puede golpearlo con el plato de vidrio o el jarrón.
— Bonita casa —inicia Miguel para ponerlo de buen humor, de ese modo podrá hablar de lo sucedido y Julio no estará tan molesto.
— Fue construido en el Porfiriato...
— No me hables de Historia tan temprano. Por fis...
Julio carcajea por la respuesta de Miguel, quien sonroja levemente. La Historia no es lo suyo, apenas y logro sacar un ocho.
— Oye, lo de la mañana... —Julio saca el tema antes de que Miguel lo haga—. No sé qué mosca me pico...
— Tranquilo, nada más me diste un tremendo susto, me lastimaste la muñeca y no olvidemos el último detalle que por un momento pensé que me ibas a besar.
— Está bien, lo confieso. Soy...
— ¡¿Gay?!
Julio vacila, lo que es nuevo para Miguel, verlo más nervioso de lo normal. Luego, el rubio juega con la comida ruborizado.
El sonido del reloj en la pared sólo consigue incomodar aún más la atmosfera.
Derrotado, Julio suelta el tenedor.
—Carajo, sí, soy gay.
—¿Y por qué... te acuestas con chicas?
—Me meto con ellas por... para olvidarme de mi orientación —Julio toma un respiro, ladea la cabeza de un lado a otro.
—Pobres chicas. No deberías usarlas...
—Me gustas.
Esa confesión fue tan repentina que Miguel por poco se desmaya de la impresión y sus ojos se abren en par en par, su corazón late con nervios.
¿Cómo debe reaccionar?
Miguel no sabe qué cara poner. Tampoco sabe como sentirse.
No esperaba escuchar esa respuesta.
No esperaba que Julio...
—Doy asco —anuncia Julio—. No pido nada, necesitaba decirlo. Tú tienes la palabra.
— ¿La palabra?
— De que si quieres ser mi amigo. Aunque, me gustas...
— ¿Des-desde cuándo?
—Te vi en las canchas, en el primer día de clases. Me observabas como un bobo.
Las mejillas de Miguel enrojecen tras recordar el primer momento que vio a Julio. En ese momento contemplaba su belleza porque jamás había visto un hombre tan deslumbrante como él. Parecía todo un príncipe.
Entonces Julio ya lo había notado desde antes.
—Ah... yo... es que... parecías un príncipe y... ehhh...
—Carlos me convenció de hablarte, se dio cuenta que me parecías lindo y vio como me estabas observando. Creímos que yo te... —Julio calla, observando a la nada. Cierra los ojos y suspira con dificultad. Tiembla y alza su mirada hacia Miguel—. Trate de acercarme, pero huiste. Ya no quise hablar contigo. Me rendí.
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Corazón de Ángel
Novela JuvenilSer adoptado no es un crimen, tampoco ser otaku, ni tartamudear, ni mucho menos tener cicatrices. Aún así, es ignorado por medio mundo, pero es algo muy normal para Miguel Ángel. Sin embargo, dejará de ser invisible cuando se convierte en víctima d...