hopeless | #1 | teen wolf

08. batman and robin.

| batman y robin.

—ERES TERRIBLE jugando a los bolos —escupió Stiles, bajando las escaleras detrás de su mejor amigo, siguiéndolo por el pasillo rumbo a la salida.

— ¡Lo sé! Soy un tonto —se lamentó Scott.

—Fue como ver un choque de autos. Primero, salió lo de la cita en grupo. Y luego, de la nada, salió ese término.

—Pasar el rato —recordó el moreno con pesar.

—No pasas el rato con chicas atractivas. Es decir, ni siquiera yo voy a pasar el rato con Abby, tú la oíste decir que era una cita. Es fatal para ti. Apenas pasen el rato, puedes convertirte en su mejor amigo gay. Danny y tú podrían pasar el rato —manifestó con seguridad, moviendo la cabeza de forma afirmativa.

— ¿Cómo está pasando esto? Maté a un hombre o no lo maté —soltó Scott afligido.

—Creo que no le agrado mucho a Danny.

—Invité a salir a Allison, y ahora pasamos el rato mientras que tú tienes una cita con Abby.

— ¿No le atraigo a los homosexuales?

—Soy titular y el capitán del equipo quiere destruirme —continuó, mirando la hora en su celular—. Y ahora voy a llegar tarde al trabajo —refunfuñó, caminando con prisa al estacionamiento, dejando a Stiles atrás.

—Espera, Scott, tú no... ¿Le atraigo a los homosexuales? No contestaste mi pregunta —se quejó al aire, suspirando cuando se quedó solo.

—Si te sirve de consuelo, incluso si no le atraes a los homosexuales, yo opino que eres bastante guapo —comentó Abby, apareciendo junto a Allen detrás de su espalda. Las mejillas de Stiles se encendieron y sonrió nerviosamente, avergonzado.

—Yo... gracias —agradeció quedamente.

Abby asintió con la cabeza, sonriendo también. Allen se mantuvo al margen, sin querer interrumpir o sabía que Stiles iba a golpearlo al llegar a casa, manteniendo su brazo en los hombros de la chica como gesto protector.

—Creo que no te pregunté, pero ¿eres bueno jugando a los bolos? Está bien si no, yo podría enseñarte un poco —ofreció amablemente.

—Soy bastante bueno jugando a los bolos, de hecho, siempre le gano a Allen —se jactó con orgullo, sonriendo.

—Eso es solo porque papá me da un dólar por cada ronda que te dejo ganarme —dijo su hermano.

—Sí, sí, como digas.

Los hermanos desataron una pequeña discusión, haciendo reír a la chica pues eran lo suficientemente divertidos como para hacerla olvidarse del mal rato que había pasado hace unas horas. Jackson salió del salón de su última clase mientras ellos dos seguían peleando por quien era mejor en bolos, dispuesto a interrumpirlos para llevar a Abby a casa, pero una mano envolviéndose en su muñeca lo detuvo.