hopeless | #1 | teen wolf

46. keep going.

| sigue adelante.

⭐ 50 votos y 100 comentarios para la siguiente actualización.

—CUANDO ESTÁS ahogándote, no inhalas sino hasta justo antes de desmayarte. Se le llama apnea voluntaria —dijo Stiles, sentado frente a la consejera escolar en su oficina mientras anudaba la red de su pelo de lacrosse—. Es como si sin importar que tanto miedo tengas, el instinto de no dejar entrar agua es tan fuerte que no abres la boca hasta que sientes que te explota la cabeza. Pero cuando la abres, ahí es cuando deja de doler. Ya no tienes miedo. De hecho, es muy pacífico.

— ¿Quieres decir que deseas que Matt haya estado en paz al final? —le preguntó ella.

—No siento lástima por él.

— ¿Sientes lástima por el Matt de nueve años que se ahogó?

—Solo porque unos idiotas lo llevaron a la piscina cuando no sabía nadar, no le da el derecho a matarlos uno por uno —aseguró bruscamente, molesto, sobre todo porque había utilizado a Abby para matar a todas esas personas—. Y, por cierto, mi papá dijo que hallaron fotos de Allison en la computadora de Matt. Y no solo de ella. Utilizó photoshop para incluirse en las fotos. Tomados de la mano y besándose. Creó toda una relación falsa. Quizá ahogarse cuando tenía nueve años lo volvió loco, pero su locura ya había empezado.

—Al menos algo bueno surgió de esto, ¿verdad? Tu padre volvió a ser alguacil.

—Sí, pero todavía siento que hay algo mal entre nosotros. No lo sé. Hay una tensión cuando hablamos. Lo mismo que con Scott.

— ¿Has hablado con él desde esa noche?

—Él ya tiene sus propios problemas. Tampoco he hablado con Allison, pero eso es una decisión de ella. La muerte de su mamá la afectó mucho, pero la unió a su padre.

— ¿Y qué hay de Abby?

— ¿Abby? Ella no ha estado bien últimamente —aseguró, recordando lo extraña que lucía cuando apareció con Scott en el estacionamiento la noche que consiguieron el bestiario; ese fue el inicio del fin—. Lo gracioso es que ahora, Lydia es la que parece más normal.

— ¿Qué hay de ti, Stiles? ¿Estás nervioso por el campeonato de mañana por la noche?

— ¿Por qué me pregunta? —cuestionó curioso. Morrell no respondió con sus palabras, sino que miró hacia sus manos, señalando que mordía la red de su palo—. No, no lo estoy. De hecho, yo nunca juego, pero dado que un compañero murió y otro de ellos está desaparecido, ¿quién sabe?

—Te refieres a Isaac. Uno de los tres fugitivos. No sabes nada de ellos, ¿verdad?

— ¿Por qué no está tomando notas?

—Las escribo al final de la sesión. Quiero dedicar toda mi atención a ti.

—Qué buena memoria, ¿no?